De entre aquellos intentos de acercarse al mundo del lujo y la exclusividad me atrevo a destacar el lanzamiento de la Serenité una pluma verdaderamente singular.
La Serenité destaca, sobre todo, por sus formas curvas que pretenden emular las lineas naturales de una pluma de ave que, a juicio del fabricante, constituye una de las formas más ergonómicas para un instrumento de escritura. La Serenité no se parecía -ni se parece- a ninguna otra pluma si exceptuamos las modernísimas Nakaya Dorsal Fin que en cierta medida replican sus líneas curvas. Pero la Serenité no solo era originalísima por sus formas sino también por la elegancia de un diseño que prescindía de casi todo para dar la máxima relevancia a la ergonomía y a la forma.
El diseño curvo no sólo evoca a una pluma natural sino que otorga a la pieza una estética claramente oriental. El grosor de la pluma es variable, más delgado en la cintura y más ancho en los extremos. Esta forma -sin curva- ha sido claramente replicada por Montblanc en su modelo Marlene Dietrich de su serie divas.
El plumín y la boquilla forman un todo que se extrae del cuerpo haciendo girar el conjunto contra el grueso anillo de plata que lo remata por debajo. Retrata de un anillo de plata que luce unas bellísimas ondas y que sirve para sujetar la pluma entre los dedos. Este anillo y su diseño han variado mucho en sucesivas versiones.
En el extremo posterior del cuerpo, aparece una pequeña placa con el nombre Waterman y el remate es una pieza metálica con el número de la edición limitada y con la palabra France
El cuerpo de la pluma es metálico, lacado en un azul profundo, muy atractivo. Pero el conjunto resulta notoriamente pesado a la mano lo que limita un uso demasiado prolongado. Quizá la mejor versión a estos efectos fuera la de madera, que otorgaba a la pluma una belleza añadida realmente apreciable a la vez que la aligeraba notablemente.
El clip, de plata e igualmente novedoso, es una sencilla barra insertada en un soporte apoyado en el extremo superior del capuchón. Muy proporcionado y elegante, acompaña discretamente las líneas de la pluma sin estorbar su pureza general.
El plumín es, a mi juicio, el elemento menos afortunado del diseño de esta estilográfica. Se trata de un elemento también específico pero de pequeño tamaño, de oro rodiado de 14K y forma tubular. Es un plumín muy duro y rígido del que no se han recibido buenas críticas, acusándolo frecuentemente de demasiado duro y con problemas de corte de flujo. Aparte de eso, que puede resultar poco definitorio, resulta demasiado pequeño para la entidad de la pluma y, a mi juicio, el gran trabajo de diseño del cuerpo hubiera merecido un plumín algo más consistente o rompedor.
La Serenité nunca ha tenido el éxito que la casa esperaba de ella. Aunque se ha producido en numerosas variantes, en múltiples materiales y diferentes detalles de diseño, la pluma no ha logrado conectar con el público en general y se ha refugiado en el sector de las estilográficas más especiales o "de arte" como las últimas versiones ofertadas, ya claramente orientadas al mercado de lujo.
La Serenité es una gran pluma con un espectacular diseño que no ha sido demasiado bien comprendido. Sus cualidades funcionales son algo distinto pero su precio, sobre todo últimamente, siempre la ha alejado del consumidor medio
(NOTA: Agradezco de nuevo a mi gran amigo Ricardo que me haya facilitado generosamente esta pluma para su examen)