Decíamos ayer que la industria china se había lanzado hacia una espiral técnica insospechada hace apenas unos pocos meses. 2019 nos mostró avances increíbles para unas estilkográficas que, tradicionalmente, apenas eran otra cosa que copias baratas de sus modelos japoneses o europeos. Cuando hablar de pistones, sistemas vacumáticos y demás exquisiteces técnicas de diseño, estaba asociado a las plumas niponas, europeas o norteamericanas de rango alto, apenas TWISBI y alguna otra marca minoritaria hacían incursiones en terreno tan arriesgado. Sin embargo, China decidió dar un paso al frente y, aparentemente de la noche a la mañana, inundó el mercado con modelos provistos de sistemas de carga anteriormente inéditos en su industria. Y no sólo eso. También comenzó a utilizar acabados y materiales de calidad y, sobre todo, a ofrecer un desempeño perfectamente honmologable con sus competidores. Todo ello, eso sí que es una característica china, a un precio sensiblemente inferior a cualquier otro en el mercado; en algún caso, escandalosamente bajo.
Habíamos visto ya algunos modelos chinos vacumáticos y de pistón pero hoy vamos a examinar la primera pluma china, que me conste, que ha comercializado un modelo perfectamente funcional de estilográfica provista con sistema de carga de bomba de vacío. Todo un desafío perfectamente resuelto. Se trata de la Wing Sung 699, un modelo que remeda sin pudor la que a mi juicio es la mejor pluma en la categoría: la Pilot Custom 823, un peso pesado de la industria japonesa hacia la cual se han vertido todo tipo de alabanzas.
La pluma se presenta en una conocida caja negra que, a su vez, imita a la de las Lamy. Viene acompañada de un pequeño folleto de instrucciones en chino pero bien iluminado de esquemas que permiten entender el funcionamiento de la pluma.
La pluma replica exactamente el esquema de colores de Pilot y se ofrece, por tanto, en azul ultramar, marrón ahumado y transparente. Dentro de la caja, la pluma viene protegida por una bolsita de celofán.
Esta pluma replica exactamente las medidas y apariencia de la Pilot 823 por lo que doy aquí por reproducido todo lo dicho respecto a partes y medidas.
El material plástico usado para construir el cuerpo de la pluma es de notable belleza. El azul translúcido exhibe calidad y buenos acabados. No son los de una Pilot, desde luego, pero no hay diferencias escandalosas. La apariencia general de la estilográfica es magnífica.
El color de la resina está muy conseguido. Es un azul profundo, denso y sin mancha o defecto alguno. Tanto el cuerpo como el capuchón están muy bien mecanizados, sin rebabas ni imperfecciones.
Un punto algo más delicado es el de las fornituras metálicas que, en plumas de coste muy bajo, dejan entrever muy fácilmente su baja calidad. La Wing Sung cumple decentemente en este aspecto. Es cierto que no tiene el nivel de acabado de su modelo japonés pero los anillos aparecen bien terminados, correctamente chapados y sin aparentes defectos. Las líneas de adorno, las incisiones y las impresiones son de calidad aceptable teniendo en cuenta su precio. En el capuchón se aprecian bien estos extremos.
El clip, sencillo y elegante, está marcado con el logo de la casa. Una impresión nítida y bien definida
Lo mismo cabe decir del anillo dorado del labio. No es exactamente igual que el de la Pilot 823 pero sí replica el tipo de texto inciso hasta con la letra usada por la japonesa.
En el anillo se puede leer la leyenda WING SUNG 699 MADE IN CHINA. La incisión es nítida y de aceptable calidad.
La combinación del color azul con el discreto color dorado de las fornituras, resulta muy elegante aunque, en este caso, el mérito global del diseño corresponde a Pilot.
La boquilla, al igual que ocurre con la japonesa, es sumamente cómoda y práctico. Es una pluma apta para un uso confortable y prolongado.
La carga de la pluma se verifica mediante una bomba de vacío exactamente igual a la usada por la Pilot 823. Se trata de una varilla que empuja un émbolo móvil que crear un vacío y que, al ser empujado hacia la boquilla, libera el aire comprimido y succiona la tinta en la que se sumerge el plumín. El mecanismo es sobradamente conocido y su funcionamiento resulta perfecto.
El punto más débil de la estilográfica es el plumín, pero no porque tenga deficiencias funcionales sino porque queda muy lejos de la formidable pieza de oro que exhibe la 823 de Pilot.
En realidad, el de la china es un plumín muy bien realizado. Está decentemente chapado y tanto los grabados de los adornos como los logos, están limpiamente ejecutados para tratarse de una pieza barata de acero.
La mecanización es correcta. El orificio de respiración está bien realizado y el canal entre gavilanes es limpio y bien alineado. La impresión de letras y logos no es perfecta pero solo se aprecia con grandes aumentos.
El acabado de la punta de iridio está también decentemente ejecutado. El corte es limpio, bien centrado y con una apertura perfecta que garantiza un desempeño eficaz. El alimentador, de plástico, esta bien instalado y cumple su función perfectamente sin necesidad de ajustes ulteriores.
En cuanto al desempeño, la 699 vuelve a mostrar su buena calidad general. La carga de tinta es sencilla, rápida y con una enorme capacidad. El plumín ofrece un trazo generoso para tratarse de un M, y con una continuidad, densidad y precisión, realmente equiparables a los de cualquier buen plumín alemán de acero
El flujo es muy bueno e incluso permite un trazo húmedo que se demuestra con la posibilidad de que la tinta manche antes de secarse
El plumín es muy rígido, típico de los ejemplares chinos. Aunque se apriete, la variación en el trazo es prácticamente inapreciable
La escritura con esta pluma es muy agradable. Suave, húmeda, continua y sin sobresaltos. Un desempeño asombrosamente fiable y eficaz. Como es una estilográfica grande pero no pesada, escribir con ella es una experiencia muy confortable.
La Wing Sung 699 cuesta menos de 19 euros. Comparado con el de la Pilot 823, que cuesta más de 200 euros, parece un precio ridículo. Es cierto que la japonesa bate a la China en todos los parámetros de calidad, acabado y materiales. Solo el plumín constituye un punto de inflexión. Pero la relación calidad/precio de la china es realmente impresionante y, si quitamos el oro, la funcionalidad de esta pluma es realmente formidable. Además, está dotada de un mecanismo de carga que hasta ahora estaba reservado a modelos muchísimo más caros.
Como es lógico, la 699 no restará mercado a la Pilot 823, pero será un modelo que merecerá la pena adquirir para probar sus excelencias.