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¿Por qué no se reedita la Hemingway? ...y otras cosas del mercado

La Parker Duofold, La Pelikan 101 o a Sheaffer Legacy. Son reediciones de plumas en su día famosas y que han dado un buen resultado económico. Cierto es que, salvo Pelikan, las otras se limitan a reproducir las viejas formas con mecánicas completamente diferentes. Hubo también intentos  fracasados, como muchos de las que Parker ha intentado realizar a la sombra de la mítica 51, incluyendo la 100; Waterman con su Charleston (Hundred Year Pen);  o Wahl con su Skyline.

Hay un modelo, con todo, por cuya reedición clama la comunidad estilófila. Se trata de la Montblanc 139. Ante todo, hay que decir que la 139 se reeditó limitadamente con la Hemingway y con la Dumas, dos de las primeras plumas de la colección de escritores. Por la Hemingway también hay duelos y quebrantos dada su meteórica revalorización en los últimos años. Pero, ¿por qué Montblanc no reedita la 139 o la Hemingway? ¿Por qué no hace ediciones normales de estos dos iconos de la estilográfica?


 (foto: pinterest)

A primera vista, no parece entenderse por qué  no se reedita la 139 dentro de la familia Meiterstück; sería una hermana chata de la 149, a la manera en que las plumas japonesas tienen versiones de extremos planos junto a las de extremos redondeados sin que, aparentemente, ninguna de ellas se vea perjudicada por la existencia de la otra. Pero la 139 ha alcanzado la categoría de icono y su rareza permite considerarla como algo excepcional, mucho más que si se tratara de una edición especial. Esta es la razón, a mi parecer, de que no se reedite. Lo que nos lleva a estudiar por qué no se hace lo propio con la Hemingway y, a continuación, realizar un somero análisis del mercado estilográfico. Hablo de esta marca y de estos modelos porque considero que son el epítome del fenómeno, pero se aplicaría igual a cualquier otra.


(foto:hepworthdixon)

¿Por qué compramos las ediciones limitadas? Hay dos razones fundamentales: porque nos gustan y queremos usarlas o porque pensamos que son una buena inversión de futuro. Esta dicotomía se aplica a cualquier producto en el mercado y constituye lo que los economistas denominan valor de uso y valor de cambio, respectivamente.

El valor de uso de una estilográfica es el de la funcionalidad o el disfrute que proporciona a su propietario. El valor de cambio, es su capacidad para ser cambiada por otros bienes o por dinero.

¿Cuál cree el lector que prima en el caso de las ediciones limitadas?. Parece obvio que el segundo pues no se suelen comprar para ser usadas sino para guardar, pensando que, en el futuro, su precio se incrementará. Es el mismo caso de las grandes obras en maki-e.

(foto: pelikan)

Las ediciones limitadas son  un buen ejemplo de ese principio económico que se llama la utilidad marginal decreciente: cuantos más ejemplares hay de una cosa en el mercado, su valor decrece.

El interés económico -más que utilitario- de un producto escaso hace que la demanda sea muy alta pero muy explosiva. Es decir, alcanza solamente al número de ejemplares que el emisor pone en el mercado procurando que no sean muchos para que siempre haya clientes insatisfechos que, a su vez, buscarán en el mercado secundario (la segunda mano), su propio ejemplar. Este fenómeno, a su vez, incrementa el valor de cambio de las piezas lo que satisface a sus primeros compradores.

Con este mecanismo, bastante sencillo por otro lado, los fabricantes mantienen una clientela fiel, ávida de comprar ediciones limitadas, al mismo tiempo que ofrece una expectativa de revalorización atractiva que incrementa la demanda.


(foto: Montblanc)

Pero, ¿Qué ocurriría si Montblanc decidiera reeditar la Hemingway como un modelo normal? ¿o la 139?:  Estas cosas negativas que intentaré concretar desde el punto de vista del fabricante:

a) Todos podrían comprarla, de tal manera que los desorbitantes precios que hoy se pagan por ellas caerían al nivel de PVP. Se habría anulado, por tanto, el valor de cambio de estas piezas hasta su mero valor de uso.

b) Todas las ediciones especiales de Montblanc seguirían, lógicamente,  el mismo camino, privando a las respectivas colecciones de su valor de cambio y, por tanto, de su sentido económico. Se habrían acabado las ediciones limitadas  porque los clientes no confiarían en ellas. Tampoco se hablaría de la 139 como de un valor seguro porque todos podrían comprarla a precio de catálogo.

c) Los propietarios de ediciones limitadas verían frustradas sus expectativas económicas; es decir, sus colecciones -desprovistas de valor de cambio- perderían su atractivo como inversión lo que, a su vez, inundaría el mercado de segunda mano con estas piezas. Sería, pues, el estallido de la burbuja.

d) El  negocio de las ediciones limitadas desparecería para Montblanc con la pérdida inherente de maquinaria especializada y costosas inversiones realizadas para fabricar este producto.

e) La propia imagen de marca y su reputación resultarían enormemente perjudicados. Los clientes frustrados no continuarían comprando sus productos, especialmente los que los adquirieron en el mercado de segunda mano a un alto precio.

f) La reedición de la Hemingway o de la 139 o,  dicho en términos económicos, el exceso de oferta, conduciría, por tanto, a la frustración de los genuinos coleccionistas de ediciones limitadas o de piezas raras -en cierta medida especuladores económicos- y a los que las compraron en el mercado secundario a un alto precio, creyendo que adquirían un producto con un gran valor de cambio que, de repente, desaparece.

g) Los aparentes beneficios de una posible reedición de la Hemingway -o de la 139- ocasionarían enormes perjuicios para la marca. No solo vería afectada su producción limitada, sino la de todos sus productos, dado que su imagen y valor de cambio se benefician de una política restrictiva que es, precisamente, en la que se funda la imagen exclusiva de la compañía ¿Por qué las Montblanc se venden tan bien y a un precio tan alto? Esta es la respuesta.


Comentarios

  1. Estimado Pedro:

    En este artículo has llevado a cabo una explicación sencilla de varios (complicados) principios de la Economía.
    No conozco tu formación, pero estoy seguro que tienes una sólida formación económica.Las reflexiones y el desarrollo son de economista. Lo sé bien.
    Un saludo y gracias por tus valiosas aportaciones.
    Juan

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    1. Coincido con Juan Martínez. Una excelente explicación, Pedro. Ojalá en la universidad me lo hubieran explicado así, me hubiese gustado más que con ejemplos de jerseys. :D

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    2. Gracias a ambos por vuestros inmerecidos elogios y me alegra ser útil trasladando las cosas del plano teórico a aspectos prácticos como el de nuestra común afición. Recibid un fuerte abrazo.

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  2. Coincido con ambos, el presente artículo es una estupenda lección sencilla y útil de economía de mercado. Sustituir el objeto de estudio (Una Montblanc) por cualquier otro objeto, y sería perfectamente válido. Como economista le doy la enhorabuena, como amante de las estilográficas, también.

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    1. Gracias por tus palabras, amigo CeMa. Recibe un cordial saludo

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  3. No soy coleccionista de plumas, sólo un mero usuario de las mismas, que se dejó seducir por la Hemingway nada más verla en una pequeña tienda -hoy ya desaparecida- que había en un portal de la calle Carmen. Me llevó unas cuantas semanas y una paga extra hacerme con ella y total para enviarla sobre la marcha a Alemania a cambiarle el punto M por uno F; porque lo malo de la Hemingway es que era la primera edición especial de Montblanc y sólo ofrecía esos dos puntos. Lamentablemente no gané con el cambio y tras un par de usos la pluma fue a dormir el sueño de los justos en la soledad de su caja-libro y años más tarde me hube de consolar de la decepción con la J. S. Bach, aunque más mal que bien.
    Tras esta parrafada de abuelo Cebolleta, que espero se me disculpe, mi lamento es que Montblanc no reconsidere su política hacia los "coleccionistas" y les ofrezca algo más que cartas con las novedades.

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    1. "Una pequeña tienda de la C/ Carmen"... Allí compré yo mis primeras plumas. Qué recuerdos. Era pequeña, sí, pero tenían un montón de material, y todo de primera. Eran los tiempos en los que pensaba que solo eran buenas las plumas de 300 en adelante. Por una parte, me duele un poco haber pensado así pero, por otra, no me arrepiento porque, dada la situación actual, ahora me sería imposible adquirir las plumas que tengo. Un saludo a todos.

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    2. La tienda de la Calle del Carmen era una papelería muy antigua llamada Casa Pontes. Hasta hace poco se mantuvo abierta hasta que la presión del mercado le hizo trasladarse. También había otra tienda, de mínimo tamaño, en la C/ Preciados, en medio de un portal. Aquella tiendecita tenía un surtido impresionante. Un saludo muy cordial a ambos.

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    3. La tienda de Preciados es la que yo decía y no la de Carmen. Gracias por el recuerdo.

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  4. Me uno a los colegas del gremio para elogiar la didáctica explicación de economía. Aunque impecable desde el punto de vista de la empresa, no deja de ser una lástima para el aficionado con presupuesto ajustado. Un saludo cordial

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  5. me parece que la de preciados se llamaba estilográficas cortes , la atendía un señor mayor que arreglaba el los plumines en ese espacio diminuto, tenían alguna relación con sacristan/Jomar. fue donde primero compre una estilográfica.Vgl

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