Una pluma es un objeto que requiere mantenimiento. No ocurre lo mismo con un bolígrafo o un roller o cualquier otro instrumento. Una estilográfica trabaja con tinta que es, básicamente, agua coloreada. El problema es que los elementos que proporcionan el color provocan efectos colaterales que se concentran, en lo que ahora nos interesa en dos aspectos: manchan y, al evaporarse, se solidifican.
Por estas razones, es imprescindible llevar a cabo ciertas labores de mantenimiento en nuestras plumas que eviten los dos problemas derivados de cuanto antecede,a saber: manchas indelebles en el material de la estilográfica, por un lado, y mal funcionamiento debido a la formación de depósitos sólidos en el conjunto plumín/alimentador.
Las manchas son especialmente visibles en plumas construidas con materiales porosos o absorbentes, como la ebonita, las piedras, la madera o el celuloide. Son mucho más delicados, lógicamente, los colores claros en los cuales las manchas serán más ostentosas.
El producto básico para la limpieza de las plumas es el agua fría. Disolvente universal, el agua corriente será nuestro mayor aliado para mantener nuestras estilográficas en forma. Es posible que, en algún lugar, el agua corriente tenga un exceso de cal en cuyo caso será mejor utilizar agua destilada, la cual no dejará depósitos.
No pretendo ofrecer aquí un tutorial en sentido estricto, sino exponer algunas reglas básicas que son de aplicación a casi todas las plumas.
1.- Una pluma cargada, debe usarse. Cuando cargamos una estilográfica, hemos de usarla hasta que la tinta se termine. Los mayores atascos y suciedades se provocan por olvidar una pluma en el cajón durante meses o años. Si, una vez cargada y probada, se desea guardar, es mejor vaciarla y limpiarla antes concienzudamente.
2.- Antes de limpiar, desmontar. Para proceder a una limpieza adecuada, es imprescindible desmontar la pluma en sus partes básicas: cuerpo, capuchón y boquilla. Si es posible, también hay que dejar aparte el sistema de alimentación siempre que, naturalmente, no forme parte del cuerpo como ocurre con el pistón o los depósitos interiores. Ha de hacerse siempre con los cartuchos o convertidor.
3.- A cada uno, lo suyo. No se limpia igual el conjunto plumín/alimentador, que el cuerpo o el capuchón. En general, no es buena idea sumergir la pluma completa en agua; ésta es una operación que se reserva para la boquilla y el conjunto que contiene. Si sumergimos el cuerpo que contiene el mecanismo de carga, podemos oxidarlo y se dañará. Cada pieza ha de tratarse como corresponde. Si el cuerpo es de plástico y no tiene partes metálicas, se podrá limpiar perfectamente con agua. En caso contrario, como ocurrirá casi siempre con el capuchón, habrá que actuar con cuidado y usar bastoncillos de algodón para limpiar las zonas interiores de estas piezas.
4.- Ojo con los materiales. No todos los materiales se limpian o mantienen igual. Cada uno requiere un tratamiento especial, siendo los más delicados la ebonita y la madera (que no deben mojarse) el celuloide (que no admite el calor ni el amoníaco), el urushi, y algunas antigüedades como la caseína. Es preciso conocer el material con el que está construida nuestra pluma antes de limpiarla.
5.- El agua, disolvente universal. Para limpiar la boquilla y el conjunto plumín/alimentador, lo mejor es el agua limpia. En general, puede reforzarse su capacidad añadiendo, por cada vasito de agua, unas gotas de lavavajillas que actuará de desengrasante y una o dos de amoniaco, natural sin perfume ni aditivos, que mejorará la capacidad disolvente del agua. No debe usarse amoníaco para limpiar plumas de aluminio. Para los más comodones, hay soluciones preparadas que se venden en diversas tiendas especializadas.
(foto: fountainpenhospital)
6.- Si es posible, desmontar la boquilla. La mejor limpieza se hace con la boquilla, el plumín y el alimentador, completamente desmontados. Ello facilitará enormemente todas las operaciones y garantizará una limpieza exhaustiva, Si no es posible o no nos atrevemos, usaremos el método elemental.
7.- Agua por todos lados. Para proceder a una limpieza a fondo de una pluma estándar, lo mejor es sumergir el conjunto boquilla/plumín/alimentador en agua. Allí puede quedarse algunas horas para asegurarnos de que la tinta se reblandecerá. A continuación, se colocará el conjunto bajo un grifo para que el agua discurra de arriba a abajo arrastrando la tinta fuera del conjunto.
Es muy aconsejable forzar esta operación usando una pera de goma para los oídos (se encuentra en farmacias). Se llena la pera de agua, se introduce en la parte trasera de la boquilla, donde va el cartucho, y se aprieta con fuerza para que el agua salga a presión por el plumín. Tres o cuatro veces realizada esta operación, la pluma estará limpia.
(foto: flexifarma)
8.- Limpiezas difíciles. Si la pluma está muy obstruida, hay que dejar la boquilla sumergida en agua durante muchas horas e incluso días. Si los materiales lo permiten, conviene usar aquí el lavavajillas y el amoniaco. También es muy aconsejable desmontar el plumín y el alimentador, pues hay depósitos que el agua no es capaz de disolver incluyendo tintas antiguas o inadecuadas para una estilográfica.
9.- Limpiezas fáciles. A veces no es necesario proceder a una limpieza a fondo. Si la pluma es nueva, o está bien mantenida, una limpieza sencilla consiste en cargarla y vaciarla varias veces con el alimentador hasta que el agua salga limpia.
10. Plumas especiales o no desmontables. Todo lo dicho se refiere a plumas modernas estándar, generalmente alimentadas con cartucho/convertidor. Cuando usamos plumas completamente selladas como las que van a pistón, las vacumatic o las de depósito interior accionado a palanca, el sistema de limpieza elemental consiste en cargar y descargar con agua hasta que salga limpia. En otro caso, el desmontaje de este tipo de plumas habrá de hacerlo un experto.
Espero haber sido útil con estas reglas básicas a las que doy fin con un puñado consejos prácticos:
A) Es preferible usar la misma tinta, o gama de tintas, en una misma pluma.
Mezclar tintas no siempre es una buena idea y nuestra pluma puede resultar afectada o manchada. Además, los colores de las tintas se contaminarán entre sí. Es mejor usar una misma clase, o gama de tinta, con la misma pluma. Yo procuro, estéticamente, que la tinta y la pluma hagan juego o sean,por lo menos,colores complementarios, porque no siempre resulta armónico ver que una preciosa tinta naranja fluir de una pluma azul ultramar.
B) Es aconsejable usar tintas modernas y fluidas.
Dejando aparte gustos y experimentos, las tintas muy densas, pigmentadas o ferrogálicas, son un riesgo para las estilográficas y deben ser usadas con precaución. Es preferible usar tintas modernas y fluidas que difícilmente dejarán depósitos y, en el peor de los casos, permitirán una limpieza exhaustiva de nuestras estilográficas.
C) Una gamuza hace milagros. El exterior de la pluma no debe tratarse con ningún producto especial. Un trapo limpio, bien aplicado, devolverá el brillo a nuestras plumas sin mayores complicaciones. Pulir una pluma es una operación delicada para lo cual daré más datos en una futura entrada.
D) Para no manchar el capuchón. Después de cargar una pluma, limpiar siempre la boquilla y el plumín con un trapo suave o con papel absorbente. Cuando se transporta el instrumento, hacerlo siempre con el plumín boca arriba y al enroscar el capuchón, mantener la pluma en la misma posición, hacia arriba.
Por estas razones, es imprescindible llevar a cabo ciertas labores de mantenimiento en nuestras plumas que eviten los dos problemas derivados de cuanto antecede,a saber: manchas indelebles en el material de la estilográfica, por un lado, y mal funcionamiento debido a la formación de depósitos sólidos en el conjunto plumín/alimentador.
Las manchas son especialmente visibles en plumas construidas con materiales porosos o absorbentes, como la ebonita, las piedras, la madera o el celuloide. Son mucho más delicados, lógicamente, los colores claros en los cuales las manchas serán más ostentosas.
El producto básico para la limpieza de las plumas es el agua fría. Disolvente universal, el agua corriente será nuestro mayor aliado para mantener nuestras estilográficas en forma. Es posible que, en algún lugar, el agua corriente tenga un exceso de cal en cuyo caso será mejor utilizar agua destilada, la cual no dejará depósitos.
No pretendo ofrecer aquí un tutorial en sentido estricto, sino exponer algunas reglas básicas que son de aplicación a casi todas las plumas.
1.- Una pluma cargada, debe usarse. Cuando cargamos una estilográfica, hemos de usarla hasta que la tinta se termine. Los mayores atascos y suciedades se provocan por olvidar una pluma en el cajón durante meses o años. Si, una vez cargada y probada, se desea guardar, es mejor vaciarla y limpiarla antes concienzudamente.
2.- Antes de limpiar, desmontar. Para proceder a una limpieza adecuada, es imprescindible desmontar la pluma en sus partes básicas: cuerpo, capuchón y boquilla. Si es posible, también hay que dejar aparte el sistema de alimentación siempre que, naturalmente, no forme parte del cuerpo como ocurre con el pistón o los depósitos interiores. Ha de hacerse siempre con los cartuchos o convertidor.
3.- A cada uno, lo suyo. No se limpia igual el conjunto plumín/alimentador, que el cuerpo o el capuchón. En general, no es buena idea sumergir la pluma completa en agua; ésta es una operación que se reserva para la boquilla y el conjunto que contiene. Si sumergimos el cuerpo que contiene el mecanismo de carga, podemos oxidarlo y se dañará. Cada pieza ha de tratarse como corresponde. Si el cuerpo es de plástico y no tiene partes metálicas, se podrá limpiar perfectamente con agua. En caso contrario, como ocurrirá casi siempre con el capuchón, habrá que actuar con cuidado y usar bastoncillos de algodón para limpiar las zonas interiores de estas piezas.
4.- Ojo con los materiales. No todos los materiales se limpian o mantienen igual. Cada uno requiere un tratamiento especial, siendo los más delicados la ebonita y la madera (que no deben mojarse) el celuloide (que no admite el calor ni el amoníaco), el urushi, y algunas antigüedades como la caseína. Es preciso conocer el material con el que está construida nuestra pluma antes de limpiarla.
5.- El agua, disolvente universal. Para limpiar la boquilla y el conjunto plumín/alimentador, lo mejor es el agua limpia. En general, puede reforzarse su capacidad añadiendo, por cada vasito de agua, unas gotas de lavavajillas que actuará de desengrasante y una o dos de amoniaco, natural sin perfume ni aditivos, que mejorará la capacidad disolvente del agua. No debe usarse amoníaco para limpiar plumas de aluminio. Para los más comodones, hay soluciones preparadas que se venden en diversas tiendas especializadas.
(foto: fountainpenhospital)
6.- Si es posible, desmontar la boquilla. La mejor limpieza se hace con la boquilla, el plumín y el alimentador, completamente desmontados. Ello facilitará enormemente todas las operaciones y garantizará una limpieza exhaustiva, Si no es posible o no nos atrevemos, usaremos el método elemental.
7.- Agua por todos lados. Para proceder a una limpieza a fondo de una pluma estándar, lo mejor es sumergir el conjunto boquilla/plumín/alimentador en agua. Allí puede quedarse algunas horas para asegurarnos de que la tinta se reblandecerá. A continuación, se colocará el conjunto bajo un grifo para que el agua discurra de arriba a abajo arrastrando la tinta fuera del conjunto.
Es muy aconsejable forzar esta operación usando una pera de goma para los oídos (se encuentra en farmacias). Se llena la pera de agua, se introduce en la parte trasera de la boquilla, donde va el cartucho, y se aprieta con fuerza para que el agua salga a presión por el plumín. Tres o cuatro veces realizada esta operación, la pluma estará limpia.
(foto: flexifarma)
8.- Limpiezas difíciles. Si la pluma está muy obstruida, hay que dejar la boquilla sumergida en agua durante muchas horas e incluso días. Si los materiales lo permiten, conviene usar aquí el lavavajillas y el amoniaco. También es muy aconsejable desmontar el plumín y el alimentador, pues hay depósitos que el agua no es capaz de disolver incluyendo tintas antiguas o inadecuadas para una estilográfica.
9.- Limpiezas fáciles. A veces no es necesario proceder a una limpieza a fondo. Si la pluma es nueva, o está bien mantenida, una limpieza sencilla consiste en cargarla y vaciarla varias veces con el alimentador hasta que el agua salga limpia.
10. Plumas especiales o no desmontables. Todo lo dicho se refiere a plumas modernas estándar, generalmente alimentadas con cartucho/convertidor. Cuando usamos plumas completamente selladas como las que van a pistón, las vacumatic o las de depósito interior accionado a palanca, el sistema de limpieza elemental consiste en cargar y descargar con agua hasta que salga limpia. En otro caso, el desmontaje de este tipo de plumas habrá de hacerlo un experto.
Espero haber sido útil con estas reglas básicas a las que doy fin con un puñado consejos prácticos:
A) Es preferible usar la misma tinta, o gama de tintas, en una misma pluma.
Mezclar tintas no siempre es una buena idea y nuestra pluma puede resultar afectada o manchada. Además, los colores de las tintas se contaminarán entre sí. Es mejor usar una misma clase, o gama de tinta, con la misma pluma. Yo procuro, estéticamente, que la tinta y la pluma hagan juego o sean,por lo menos,colores complementarios, porque no siempre resulta armónico ver que una preciosa tinta naranja fluir de una pluma azul ultramar.
B) Es aconsejable usar tintas modernas y fluidas.
Dejando aparte gustos y experimentos, las tintas muy densas, pigmentadas o ferrogálicas, son un riesgo para las estilográficas y deben ser usadas con precaución. Es preferible usar tintas modernas y fluidas que difícilmente dejarán depósitos y, en el peor de los casos, permitirán una limpieza exhaustiva de nuestras estilográficas.
C) Una gamuza hace milagros. El exterior de la pluma no debe tratarse con ningún producto especial. Un trapo limpio, bien aplicado, devolverá el brillo a nuestras plumas sin mayores complicaciones. Pulir una pluma es una operación delicada para lo cual daré más datos en una futura entrada.
D) Para no manchar el capuchón. Después de cargar una pluma, limpiar siempre la boquilla y el plumín con un trapo suave o con papel absorbente. Cuando se transporta el instrumento, hacerlo siempre con el plumín boca arriba y al enroscar el capuchón, mantener la pluma en la misma posición, hacia arriba.
Bien. Las cosas más obvias son importantes. Ampliando el punto A de la losa de recomendaciones Pedro, es conveniente recordar que debemos por norma no mezclar tintas de diferentes marcas aunque sea en la misma gama de colores e incluso tintas de la misma marca en diferentes colores pues los pigmentos y sustancias que contienen pueden precipitar dentro del depósito y sistemas de escritura produciendo los peores atascos que he visto. Siempre, siempre que se va a cambiar de tinta debe lavarse generosamente con
ResponderEliminarAgua limpia y fresca. Resulta interesante en ocaciones experimentar a hacer nuestro propios colores. Se puede mezclar Titas de diferentes colores preferiblemente de la misma marca para obtener nuevas y divertidas tonalidades, pero recomiendo siempre hacer la mezcla a escala (proporciones), en un frasco y esperar a ver si obtenemos el color deseado y que no precipite. Si pasadas unas horas esa nueva tinta permanece fluida, podrá usarse sin riesgo en la estilográfica un gran abrazo y feliz 2016
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Leonardo. En efecto, mezclar tintas no es aconsejable por quien no sea un experto. Tus consejos son muy útiles. Un fuerte abrazo, amigo mío.
EliminarCon mis primeras estilográficas llegué a hacer auténticas barbaridades, como limpiarlas con alcohol etílico, lo que terminaba destrozando las boquillas de algunas plumas. Eso sí, hay que reconocer que limpias salían XD
ResponderEliminarHe visto cosas mucho peores, Alfonso, desde limpiezas con acetona hasta sellados con cianocrilato. La imaginación es muy fértil. ;-)
EliminarAhora me dirás que el del cianocrilato intentaba convertir una Lamy Safari en cuentagotas XDDDD
EliminarLimpiar las boquillas con alcohol etilico? La verdad es que no le hago ascos a un buen rioja para limpiarme la boquilla...
EliminarFuera bromas..aqui uno que se cargo alguna de sus primeras plumas por usar tinta china
Yo soy más de Ribera de Duero, pero vamos que si hay que hacer el esfuerzo de catar un buen Rioja, se hace XD
EliminarYo como corolario de este estupendo artículo diría:
ResponderEliminarAgua, agua y tiempo. No apresurarse.
Con esos componentes se han hecho Iguazú, el Cañón del Colorado, La Garganta de Escuaín o las Cuevas del Drach. Seguro que a tu pluma le sienta igual de bien.
Ah! Y los dos ingredientes universales: Cautela y sentido común.
Un saludo.
Gran consejo, Rafael. Un fuerte abrazo, amigo mío
EliminarY si no dispones de millones de años, siempre puedes echar mano de la acetona, como comentaba Pedro en la respuesta anterior. Tendrás una pluma como nueva, aunque sólo sea porque has tenido que tirar la vieja a la basura y comprar otra. XDDDDD
EliminarHomérico! Acetona, salfumán... El género humano es impetuoso. Pero como nosotros somos más de acumular, mejor una vieja funcionando y una nueva por el vicio ;) Y aprovechando estas líneas, que me dejaste escamado en un comentario anterior: Qué tal sus majestades? Traen de oriente alguna chuchería?
EliminarMañana te diré si me he portado bien o no, yo he dejado caer inocentemente mis preferencias. Ahora habrá que ver si la ayudante del Rey Melchor se ha dado por aludida. Todavía me caerán unos calcetines y una bolsa de carbón :(
EliminarMucha suerte con SS.MM. de Oriente, seguro que habrán oído algo de vuestros gustos...
EliminarMi primera pluma una baratita de plástico, Daniel Hetcher para más señas, me la cargué intentando solucionar un atasco de tinta ¡con un mechero!
ResponderEliminarClaro, ese método lo usaba con éxito con el boli Bic.
Jeje luego ya aprendí las bondades del agua corriente...
Un abrazo y felices reyes a todas\os los asiduos\as.
...puedes añadir mi bestialidad al catálogo. No creo que la tuvieras ¿o sí?
EliminarPues no, amigo mío, aunque el calor es un factor muy útil para desmontar plumas, claro que no se suele usar un mechero sino aire caliente o, como mucho, la llama de una vela. Eso sí, para faenas de limpieza es mucho más original. ;-)) un fuerte abrazo
EliminarMuy buen articulo, pero a mi me gustaria saber como devolver el color a una pluma de ebonita que ahora esta marrón -oxidada- es una Stephens 106.
ResponderEliminarGracias de antemano.
Gracias por tu comentario Emiliano. La mejor manera es pulirla de nuevo, lo cual no siempre es posible. Pero si lo fuera, ello devolverá el color negro a la ebonita. Un saludo muy cordial.
EliminarAl margen queda el uso de las toallitas de bebes y el Titanlux, que dicho sea, este último va muy bien para los plásticos y resinas.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Emiliano. Un saludo cordial
EliminarHola Pedro,
ResponderEliminarUna pregunta, como se limpia una pluma de caseina?
Gracias.
Saludos.
Las reglas generales para todas las plumas sirven para la caseína pero, además, hay que tener cuidado especial de no mojarla salvo en las partes que sean de plástico como, generalmente, la boquilla. La caseína es soluble en agua y la humedad también le afecta.Para limpiarla, un paño limpio sobra. Dicen que se puede pulir con algún producto como el "novus", pero yo lo reservaria para casos muy especiales. Un cordial saludo
EliminarHola, es la primera vez que escribo aunque me confieso fiel seguidor de este blog. Es maravilloso!
ResponderEliminarLlevo años usando, y a la postre, limpiando mis plumas. Siempre desmonto la boquilla (alimentador y plumin separados, quiero decir) para sumergirla en agua y que quede perfecta. El problema es que ha llegado a mis manos una "waterman concorde plaque or" y semejante plumin no tengo ni idea y no sé si tan siquiera, debo intentar desmontar para limpiarla a fondo pues llevaba años en un estado lamentable ¿qué me aconsejas? Un saludo y gracias.
Gracias por tu comentario, Rober. El plumín d ela Concorde está pegado a la boquilla de manera que no se puede desmontar si no lo hace un profesional porque se corre el riesgo de romper el apoyo. En teoría, una limpieza normal con agua, y algún liquido desincrustaste debería servir; si hay serios problemas de obstrucción o se ha utilizado una tinta inadecuada, debería llevarse a un servicio técnico de plumas clásicas. Un saludo muy cordial
EliminarMuchas gracias por la respuesta!! Un saludo y aquí sigo: ávido de contenidos ;)
EliminarRespecto de que "una gamuza hace milagros" tengo mi propia experiencia. Poseo una gran colección de Parker 51. Un día me animé (con una de las menos apreciadas por mí) y utilicé un producto que en Argentina se llama "Brillametal" y que viene en un pomo similar a los de los dentífricos. Se trata de una pomada rosada finamente abrasiva y por eso hay que tener cuidado con los enchapados. Yo estoy habando de la parte plástica de la estilográfica, no el capuchón. Para mi sorpresa, luego del tratamiento lucían como nuevas y esto lo vengo repitiendo desde hace décadas. No lo hago con celuloide ni materiales raros o muy antiguos, sólo cuando estoy seguro que es material plástico tal como lo conocemos hoy en día.
ResponderEliminarGracias por la información, Edgardo. Buena experiencia y buen truco. Un saludo muy cordial
EliminarYo estoy limpiando una Pelikan M200 ya que no se ve muy claro el tambor transparente.
ResponderEliminarLa voy a dejar un par de días en el interior de un vaso con jabón... ¿Es mejor dejarla boca-arriba o bocaabajo? ¿Y porqué? Gracias anticipadas
Si quieres que el líquido actúe sobre el conjunto plumín/alimentador, habrás de colocar la pluma boca abajo, totalmente inmersa. Si solo quieres limpiar el interior, es indiferente. La razón es que el agua jabonosa solo actúa en contacto con los materiales. Un cordial saludo
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