Junto con los trajes tradicionales y la fiesta consiguiente, una de las tradiciones asociadas con la Primera Comunión es la de los regalos y, dentro de éstos, uno de los más clásicos era la pluma estilográfica o el juego de pluma y bolígrafo. Durante los años 50 y 60, los fabricantes españoles decidieron crear una línea de productos específicamente dedicados a la conmemoración de este evento y sacaron al mercado las plumas de Primera Comunión, unos instrumentos especiales cuya identidad estaba marcada por el color blanco que simboliza la pureza del niño o niña que acuden a la ceremonia.
El plástico blanco con el que se fabricaban estas plumas, pese a lo llamativo, resultó ser muy frágil y se rompía con enorme facilidad. Por eso, la mayoría de las plumas supervivientes tienen fisuras o están rotas. No obstante, se fabricaron en gran cantidad dándose la particularidad de que no había otras estilográficas de este color en toda la producción nacional de manera que, si nos encontramos con una pluma blanca de dicho periodo, se trata, sin duda, de una pluma de Comunión.
El plástico blanco con el que se fabricaban estas plumas, pese a lo llamativo, resultó ser muy frágil y se rompía con enorme facilidad. Por eso, la mayoría de las plumas supervivientes tienen fisuras o están rotas. No obstante, se fabricaron en gran cantidad dándose la particularidad de que no había otras estilográficas de este color en toda la producción nacional de manera que, si nos encontramos con una pluma blanca de dicho periodo, se trata, sin duda, de una pluma de Comunión.
Este tipo de plumas ha desparecido hoy del mercado, pero aún quedan ejemplares de las vetustas marcas españolas que nos recuerdan un pasado reciente y a la vez emocionante, pero ya tristemente perdido. Los patios de recreo y las pequeñas escuelas permanecen prendidas en la memoria junto con esas otras reliquias que son aquellas preciosas plumas blancas como las que hoy presento.
1.- Soffer 31
1.- Soffer 31
Soffer fue una marca española fundada por Ricardo Gurina Pérez en 1949. Gurina compraba piezas a diversos fabricantes que luego montaba en su taller bajo diversas marcas como Capitán (que fabricaba Damiá Onsés) o Kapitán. En 1955, Gurina adquirió la marca Soffer al italiano Enrique San Martino Grasso y la registró como Soffer Hispania, R.G. La palabra rememora, inevitablemente, a la famosa Sheaffer.
Entre 1955 y 1960, las plumas Soffer ocuparon una buena posición en el mercado. Eran plumas de calidad y, como muchas de la época, de formas parecidas al referente Parker, pero con un buen servicio postventa. En 1960, Gurina se asoció con Manuel Vaqué, de Inoxcrom, para convertirse en distribuidor de esta marca, lo que acabó por hacer desaparecer las plumas propias cuyo stock se liquidó durante los años 60 del pasado siglo. Cuando Gurina se retiró, todas sus acciones pasaron a Inoxcrom.
La Soffer 31 es un modelo que pertenece a la segunda etapa de la marca, cuando los modelos se denominaban con un número. Era una pluma de buena calidad que se vendía al magnífico precio de 60 Ptas,(25 céntimos de euro aproximadamente).
Se trata de una estilográfica que recuerda inmediatamente a la Parker 61 con la que comparte, además del clip, numerosas claves de diseño. Pero la Soffer también era una pluma muy elegante, de buenas terminaciones y aceptable calidad de construcción. Estaba dotada con un plumín de acero de origen Inoxcrom con muy buen desempeño. La pluma venía invariablemente provista de un capuchón cromado o niquelado con un clip imitación Parker.
La pluma, con el cuerpo blanco típico de los regalos de Comunión, se cargaba mediante sistema aerométrico de estilo Parker. La pluma que presento está en un magnífico estado de conservación, funcionando correctamente toda su mecánica.
2.- Inoxcrom 55
Estaq pluma fue un modelo de referencia en el mercado español de los años 60 y 70, probablemente la única que hizo alguna sombra a sus grandes refrentes, especialmente las Parker 51 y 21. Comenzó a producirse en 1957, a un precio de 100 pesetas ( unos 60 céntimos de euro) y dejó de comercializarse en 1976. tras 19 años de producción, todo un récord.
Se trata de una pluma de formas muy parecidas a las Parker susodichas, con extremos aerodinámicos y soluciones estéticas casi clonadas de tales modelos. Pero la 55 era también una gran pluma por sí misma; fabricada con sumo cuidado y con algunos rasgos estéticos propios de gran interés como la boquilla y el plumín, absolutamente originales y de notable atractivo.
De la 55 se hicieron varios modelos. El que aquí se presenta corresponde a la segunda época, es decir, a la llamada 55 estándar fabricada entre 1959 y 1964.
La boquilla de la 55, uno de sus rasgos identitarios, tiene un labio superior arqueado con una elegante protuberancia lineal en el centro que se adentra en el plumín, semicarenado. La parte inferior es recta con una breve muesca y permite apreciar el alimentador plano, transparente. Un diseño muy elegante y de gran belleza.
El capuchón, típico de esta versión, viene dotado del inolvidable clip Inoxcrom en forma de uve y la inscripción Inoxcrom 55 made in spain.
La alimentación se llevaba a cabo mediante pulsador aerométrico de estilo Parker en cuya camisa metálica se puede leer: "PARA LLENAR, PRESIONESE VARIAS VECES. INOXCROM. FAB.IND.MAVA. MADE IN SPAIN. USE TINTA DE BUENA CALIDAD". Nótese la referencia a Industrial Mava, que en 1964 despareció tras la fusión con Inoxcrom.
Muchos fabricantes hicieron plumas para Comunión pero estos dos modelos son de los más representativos. Sirvan de homenaje a la industria española y a sus entrañables iniciativas.
La alimentación se llevaba a cabo mediante pulsador aerométrico de estilo Parker en cuya camisa metálica se puede leer: "PARA LLENAR, PRESIONESE VARIAS VECES. INOXCROM. FAB.IND.MAVA. MADE IN SPAIN. USE TINTA DE BUENA CALIDAD". Nótese la referencia a Industrial Mava, que en 1964 despareció tras la fusión con Inoxcrom.
Muchos fabricantes hicieron plumas para Comunión pero estos dos modelos son de los más representativos. Sirvan de homenaje a la industria española y a sus entrañables iniciativas.