Como sabremos, Soffer fue una marca española, fundada por Ricardo Gurina Pérez en 1949. En 1955, Gurina adquirió la marca Soffer al italiano Enrique San Martino Grasso y la registró como Soffer Hispania, R.G.
La Soffer 22, como tantas, fue una pluma inspirada en la Parker 51 pero, al mismo tiempo, quería competir con la Inoxcrom 55 que, entre las plumas españolas, tenía un precio mucho más alto.
La 22 salió al mercado en 1960 y no se fabricó durante mucho tiempo. Es una pluma que, ya en su época, tenía una relación calidad/precio enormemente favorable.
La 22 solía tener un capuchón liso aunque también se hizo con estrías horizontales como la que aquí se presenta, siendo ésta mucho más rara.
El plumín era de acero pero con un rendimiento de primera calidad. Su estilo carenado, de clara inspiración Parker, hacía juego con el clip que, en este caso, copiaba claramente las formas de la casa norteamericana.
La Soffer es una pluma de tamaño comedido, muy práctica para ser llevada en la chaqueta porque, además, resulta muy ligera.
La carga de la pluma se realizaba mediante un sistema aerométrico pero sin fleje protector, lo que permite apreciar el sistema con toda claridad.
La 22 era un pluma muy barata que terminó desapareciendo por la fusión empresarial con Inoxcrom pero que siempre ofreció una gran calidad a cambio de muy poco.
La Soffer 22, como tantas, fue una pluma inspirada en la Parker 51 pero, al mismo tiempo, quería competir con la Inoxcrom 55 que, entre las plumas españolas, tenía un precio mucho más alto.
La 22 salió al mercado en 1960 y no se fabricó durante mucho tiempo. Es una pluma que, ya en su época, tenía una relación calidad/precio enormemente favorable.
La 22 solía tener un capuchón liso aunque también se hizo con estrías horizontales como la que aquí se presenta, siendo ésta mucho más rara.
El plumín era de acero pero con un rendimiento de primera calidad. Su estilo carenado, de clara inspiración Parker, hacía juego con el clip que, en este caso, copiaba claramente las formas de la casa norteamericana.
La Soffer es una pluma de tamaño comedido, muy práctica para ser llevada en la chaqueta porque, además, resulta muy ligera.
La carga de la pluma se realizaba mediante un sistema aerométrico pero sin fleje protector, lo que permite apreciar el sistema con toda claridad.
La 22 era un pluma muy barata que terminó desapareciendo por la fusión empresarial con Inoxcrom pero que siempre ofreció una gran calidad a cambio de muy poco.
Llevo un par de años buscando un plumin para esta pluma....si alguien sabe de alguno... La compre en un mercadillo y al dejarla en agua se le desprendio un gavilan. Por cierto este plumin no tenia iridios si no los gavilanes doblados sobre si mismos. Saludos
ResponderEliminarRealmente el Iridio sólo debería ser imprescindible en los plumines de oro, porque el oro es muy blando. La dureza del acero debería ser más que suficiente para enfrentarse al papel durante muchos años.
EliminarEn realidad, la Soffer 22 no tiene los gavilanes doblados. En mi opinión, se trata de que los extremos de cada uno están achatados y extendidos perpendicularmente a la longitud. No me atrevería a decir si se trata solo de acero o el extremo ha sido aleado con algún otro material de aporte. Pero la solución técnica de Soffer, al menos en términos puramente aparentes, no es la del extremo visiblemente doblado que sí se ve en otros modelos. un saludo cordial
EliminarPensé que doblar los gavilanes wra una solución moderna, la primera vez que lo vi fue en una pilot varsity
ResponderEliminarHay plumas clásicas con la misma solución que, en realidad, no ahorraba mucho en material aunque sí en tecnología. Pero siempre hubo fabricantes de plumines que permitían ser incorporados a cualquier marca si ésta no disponía de ella.
EliminarLa verdad es que las plumas de la España de postguerra no destacan precisamente por su originalidad. Todas parecen clónicas.
ResponderEliminarLa fuerza de la industria americana era, por entonces, tremenda, y la fama de sus productos hacía que todos quisieran imitarlos. Un abrazo, Alfonso.
EliminarParker 51 dejo una huella tan perdurable, que aun hoy sus "copias" son apetecibles tanto como la original. Parker no fue ajeno a esto y por eso presumo yo hizo lo que muchas empresas hacen hoy día, que es sacar su propia competencia de bajo coste (5$ de la época), así surgió la Parker 21. Era normal que otras hicieran lo mismo. Yo defiendo a los marquistas y emprendedores de la época, en España, porque aun sin originalidad, se atrevieron a dar el salto y se mantuvieron en el mercado. Lastima que hayan devenido en decadencia en su calidad, como el lamentable caso de Inoxcrom que con su "Wall Street" le fallo a Artur Mas en la firma del documento constitutivo del estado Catalán, e hizo que la firma quedara invalida. Un episodio mas de "estilográficas y firmas famosas". Se imaginan ustedes si eso le hubiese pasado a D. Eisenhower en la firma del tratado de rendición incondicional de Alemania al termino de la IIWW?
ResponderEliminarGracias por tu comentario, querido Leonardo. Tienes mucha razón y también en la triste decadencia de Inoxcrom, una pluma española que fue de referencia durante muchos años. Un fuerte abrazo
EliminarDaniel perdona, no había leído tu comentario. Si lo que tienes es el final de un gavilan dañado, podrías intentar poner iridio (T&T reparaciones), buenos chicos y fantásticos trabajos. Pero de segura saldrá mas caro que la pluma (40 euros aprox). Podrías intentar buscar con ellos mismos un plumín que le venga bien o con Julia Gusano. Digo, si eres como yo, que tomo esto como un reto personal.
ResponderEliminarTengo una Soffer 22 y "curiosamente" todas las piezas encajan a la perfección con las piezas de la pluma HERO 616 por lo que no tendras inconveniente en sustituir si lo deseas el plumin o incluso el el cuerpo, la boquilla, el capuchon, etc...
ResponderEliminar