No creo ni que sea la pluma de Marilyn, pero la foto es magnífica y la actriz brilla con naturalidad en la plenitud de su belleza. Un admirador se acerca a pedirle un autógrafo y, junto con el papel, le facilita una pluma.
Se trata de una Sheaffer, probablemente una Snorkel (1952-1959) que la estrella apunta con decisión hacia el cuadernillo mientras sonríe con franqueza a su propietario preguntándole el nombre que luego podrá en la dedicatoria.
Qué fascinantes elementos confluyen en esta fotografía; el contraluz, la actriz, el cuaderno, la sonrisa, el autógrafo y, sobre todo, esa pluma cuya historia daría algo por conocer y no digamos por conseguir.
Se trata de una Sheaffer, probablemente una Snorkel (1952-1959) que la estrella apunta con decisión hacia el cuadernillo mientras sonríe con franqueza a su propietario preguntándole el nombre que luego podrá en la dedicatoria.
Qué fascinantes elementos confluyen en esta fotografía; el contraluz, la actriz, el cuaderno, la sonrisa, el autógrafo y, sobre todo, esa pluma cuya historia daría algo por conocer y no digamos por conseguir.
Comentarios
Publicar un comentario