Desde hace años, Montblanc ha hecho esfuerzos por encontrar un modelo que, sin quitarle protagonismo a las clásicas Meisterstück, sirviera de complemento eficaz para llenar algunos huecos, en el mercado del lujo y de la representación, que sus veteranos modelos no podían llenar con la deseada eficacia. La Starwalker intenta jugar este papel pero fue la Bohéme la que quiso convertirse en la verdadera sombra de las incombustibles Meisterstück. No lo llegó a conseguir, pero la gran personalidad de esta pluma merece un detallado análisis.
La Bohéme, en sus tres tamaños y numerosísimas variantes, intentó ocupar un puesto muy interesante entre la clientela de la marca alemana, aquéllos que buscan algo más de originalidad y atracción que el que pueden ofrecer los modelos más antiguos. Salió al mercado en el año 2000 como la segunda gran línea de Montblanc, con vocación de constituir una gama completa.
La Bohéme es una pluma de diseño muy original que, en sus orígenes, añadía algunos detalles mecánicos específicos como el plumín retráctil y el culote basculante, además de algunos rasgos estéticos de lujo como la inclusión de una piedra preciosa en el clip.
La Boheme inicial era una pluma de pequeño tamaño, lo que unido a la presencia de la gema vino a encasillarla como una pluma femenina. Montblanc respondió ofreciendo versiones más grandes o incluso extra large, de irregular suerte comercial, que terminaron por desaparecer.
Hubo, pues, tres tamaños de Bohéme:
Una de las características de la Bohéme es la gema del clip. Se presentaba en varios colores: verde, roja, negra, azul y amarilla y, si bien añadía un toque de originalidad y de lujo, eliminaba parte de su atractivo para la clientela masculina, menos atraída por este tipo de adorno que la femenina. Montblanc reaccionó multiplicando las versiones y eliminando la piedra de algunas, lo que resolvió el problema.
La Bohéme es una pluma en resina negra, la misma que utiliza Montblanc para la línea Meisterstück. No es un producto de calidad extraordinaria pero sí posee un brillo y un pulido verdaderamente singular lo que le proporciona un gran atractivo visual.
La pluma, en general, tiene unas líneas macizas y chatas. No es una pluma estilizada sino que parece algo achaparrada gracias a sus formas cortadas, rectas y gruesas. Pero no resulta en absoluto desagradable sino que aporta una gran sensación de fortaleza y resistencia. La Bohéme no es una pluma esbelta, parece un luchador de sumo vestido de fiesta.
Otra de las características de la Bohéme es que se trata de una pluma retráctil. No todos los modelos, como hemos visto, pero sí muchos de ellos. El mecanismo es muy original, aporta gran interés para el aficionado y resulta muy atractivo aunque ello conlleva problemas como la complejidad mecánica propensa a averías y, sobre todo, la imposibilidad de sumergir la pluma en agua si no se quiere correr el riesgo de que se corroa.
El plumín es un típico Montblanc de 14K y bella factura aunque el desempeño del conjunto no siempre ha sido óptimo. Se han escuchado numerosas quejas por falta de flujo y skipping. No es el caso de las plumas que ahora presento, con todo. Estos plumines, como se puede apreciar, se ofrecían en numerosos acabados, monotono o bitono.
Las Bohéme son plumas pesadas a causa de su mecanismo interior, lo que contribuye a aquélla sensación de robustez y carácter macizo. Tampoco hay que olvidar los numerosos componentes metálicos que la adornan y el clip, igualmente corto y macizo, casi siempre con piedra pero también sin ella como aquí se aprecia comparando los modelo pequeño y el grande.
Los extremos de la Bohéme están muy bien realizados. En el extremo del capuchón, aparece el inconfundible logo Montblanc, esta vez colocado en un escudete negro con bordes metálicos que, a su vez, se apoya en un cono truncado que remata la pieza en su parte superior.
El remate del cuerpo, por el contrario, es uno de los sistemas más originales y atractivos realizados en los últimos tiempos. Consta de un grueso anillo metálico, una rosca y una tapa basculante. El anillo no es más que un remate del cuerpo. La rosca, por su parte, sirve para fijar el capuchón y dar a la pluma mayor longitud a la hora de escribir, lo que compensa sus formas chatas.
La tapa basculante, por su parte, es una pieza que pivota sobre un eje unido a la rosca, dejando al descubierto el hueco para introducir el cartucho porque las Bohéme, al contrario que las Meisterstück que en su mayoría utilizan el pistón, se cargan mediante este sistema.
La tapa basculante no está hueca sino que presenta una pieza atornillada para, seguramente, poder desmontar el sistema pero en la que se lee "do not remove" (no quitar). La tapa, con este aditamento, se nota consistente y pesada, lo que contribuye a la sensación maciza del conjunto.
En el hueco que deja abierta la tapa basculante, se introduce el cartucho y se aprieta a fondo hasta que queda engarzado en el tetón de alimentación, con lo que la pluma queda lista para escribir.
El sistema es ingenioso y atractivo aunque no añade ninguna ventaja especial a la estilográfica. En realidad, el hecho de que el cartucho quede permanente oculto a la vista impide saber de cuanta tinta se dispone en un determinado momento y no hay manera de averiguarlo si no es sacándolo de su alojamiento cada vez que se quiera comprobar.
El tamaño intermedio de la Bohéme se carga por cartucho/alimentador convencional, es decir, desenroscando el cuerpo de la boquilla e insertando el correspondiente cartucho. en esta pluma, la tapa no es practicable aunque mantiene la misma apariencia que las basculantes.
Como tampoco dispone de plumín retráctil, es la pluma más sencilla de las tres y mecánicamente, la que menos problemas ha dado.
La Bohéme es una estilográfica muy original a la que Montblanc ha querido convertir en su segunda gran línea de producción. No estoy muy seguro de que lo haya conseguido y, de hecho, actualmente apenas se comercializan unos pocos modelos, cada vez más orientados al lujo, con acabados metálicos y barrocos.
Pese a todo, la Bohéme es una pluma hermosa, muy bien acabada y con una personalidad muy especial, digna de elogio. Cuestión aparte es su precio, que siempre resultó, a mi juicio, demasiado elevado para lo que, en realidad, ofrecía. Pero esta es otra historia.
La Bohéme, en sus tres tamaños y numerosísimas variantes, intentó ocupar un puesto muy interesante entre la clientela de la marca alemana, aquéllos que buscan algo más de originalidad y atracción que el que pueden ofrecer los modelos más antiguos. Salió al mercado en el año 2000 como la segunda gran línea de Montblanc, con vocación de constituir una gama completa.
La Bohéme es una pluma de diseño muy original que, en sus orígenes, añadía algunos detalles mecánicos específicos como el plumín retráctil y el culote basculante, además de algunos rasgos estéticos de lujo como la inclusión de una piedra preciosa en el clip.
La Boheme inicial era una pluma de pequeño tamaño, lo que unido a la presencia de la gema vino a encasillarla como una pluma femenina. Montblanc respondió ofreciendo versiones más grandes o incluso extra large, de irregular suerte comercial, que terminaron por desaparecer.
Hubo, pues, tres tamaños de Bohéme:
- Tamaño oversize, dotada de un plumín de oro monocolor de 18K. Esta pluma es retráctil y se carga únicamente por cartucho. Ya no se fabrica.
- Tamaño mediano, dotada de plumín de oro, bicolor, de 14K. Esta pluma no es retráctil y también carga por cartucho o convertidor. Ya no se fabrica.
- Tamaño corto, provista de plumín de oro, monocolor, de 14K retráctil. Carga sólo por cartucho.
Una de las características de la Bohéme es la gema del clip. Se presentaba en varios colores: verde, roja, negra, azul y amarilla y, si bien añadía un toque de originalidad y de lujo, eliminaba parte de su atractivo para la clientela masculina, menos atraída por este tipo de adorno que la femenina. Montblanc reaccionó multiplicando las versiones y eliminando la piedra de algunas, lo que resolvió el problema.
La Bohéme es una pluma en resina negra, la misma que utiliza Montblanc para la línea Meisterstück. No es un producto de calidad extraordinaria pero sí posee un brillo y un pulido verdaderamente singular lo que le proporciona un gran atractivo visual.
La pluma, en general, tiene unas líneas macizas y chatas. No es una pluma estilizada sino que parece algo achaparrada gracias a sus formas cortadas, rectas y gruesas. Pero no resulta en absoluto desagradable sino que aporta una gran sensación de fortaleza y resistencia. La Bohéme no es una pluma esbelta, parece un luchador de sumo vestido de fiesta.
El plumín es un típico Montblanc de 14K y bella factura aunque el desempeño del conjunto no siempre ha sido óptimo. Se han escuchado numerosas quejas por falta de flujo y skipping. No es el caso de las plumas que ahora presento, con todo. Estos plumines, como se puede apreciar, se ofrecían en numerosos acabados, monotono o bitono.
Las Bohéme son plumas pesadas a causa de su mecanismo interior, lo que contribuye a aquélla sensación de robustez y carácter macizo. Tampoco hay que olvidar los numerosos componentes metálicos que la adornan y el clip, igualmente corto y macizo, casi siempre con piedra pero también sin ella como aquí se aprecia comparando los modelo pequeño y el grande.
El remate del cuerpo, por el contrario, es uno de los sistemas más originales y atractivos realizados en los últimos tiempos. Consta de un grueso anillo metálico, una rosca y una tapa basculante. El anillo no es más que un remate del cuerpo. La rosca, por su parte, sirve para fijar el capuchón y dar a la pluma mayor longitud a la hora de escribir, lo que compensa sus formas chatas.
La tapa basculante, por su parte, es una pieza que pivota sobre un eje unido a la rosca, dejando al descubierto el hueco para introducir el cartucho porque las Bohéme, al contrario que las Meisterstück que en su mayoría utilizan el pistón, se cargan mediante este sistema.
La tapa basculante no está hueca sino que presenta una pieza atornillada para, seguramente, poder desmontar el sistema pero en la que se lee "do not remove" (no quitar). La tapa, con este aditamento, se nota consistente y pesada, lo que contribuye a la sensación maciza del conjunto.
En el hueco que deja abierta la tapa basculante, se introduce el cartucho y se aprieta a fondo hasta que queda engarzado en el tetón de alimentación, con lo que la pluma queda lista para escribir.
El sistema es ingenioso y atractivo aunque no añade ninguna ventaja especial a la estilográfica. En realidad, el hecho de que el cartucho quede permanente oculto a la vista impide saber de cuanta tinta se dispone en un determinado momento y no hay manera de averiguarlo si no es sacándolo de su alojamiento cada vez que se quiera comprobar.
El tamaño intermedio de la Bohéme se carga por cartucho/alimentador convencional, es decir, desenroscando el cuerpo de la boquilla e insertando el correspondiente cartucho. en esta pluma, la tapa no es practicable aunque mantiene la misma apariencia que las basculantes.
Como tampoco dispone de plumín retráctil, es la pluma más sencilla de las tres y mecánicamente, la que menos problemas ha dado.
La Bohéme es una estilográfica muy original a la que Montblanc ha querido convertir en su segunda gran línea de producción. No estoy muy seguro de que lo haya conseguido y, de hecho, actualmente apenas se comercializan unos pocos modelos, cada vez más orientados al lujo, con acabados metálicos y barrocos.
Pese a todo, la Bohéme es una pluma hermosa, muy bien acabada y con una personalidad muy especial, digna de elogio. Cuestión aparte es su precio, que siempre resultó, a mi juicio, demasiado elevado para lo que, en realidad, ofrecía. Pero esta es otra historia.
Gracias de nuevo a Ricardo por haberme permitido presentar estas plumas a los lectores.
Gracias Pedro, teníamos tiempo sin saber de Montblanc. Lo mas cerca que he estado de una de estas, fue en una de las clásicas tiendas de Madrid, mientras compraba mi Realo y en el mostrador estaba un cliente reclamando los fallos, saltos y escapes de la bellísima Bohéme con piedra azul, que había comprado menos de una semana atrás. debo reconocer que me resulta rara y atractiva, pero jamás pagaría lo que piden por una estilográfica de cartucho, con las complicaciones que supone el mecanismo y con las dificultades para su mantenimiento. Dudo que se ponga en paralelo con sus primas 149 y 146. Pero de que es hermosa, no cabe duda.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, querido Leonardo. Espero que sigas compartiendo con nosotros tus experiencias.Un fuerte abrazo
EliminarPedro, estupendo artículo :)
ResponderEliminarMe llama mucho la atención la retráctil grande, qué pena que no gustase.
En cuanto a lo de saber cuánta tinta le queda al cartucho, sí que se puede saber. Basta con abrir la tapa basculante y girar la rosca del todo con ella abierta. Al retractar, el cartucho baja y puedes ver el final. No se ve entero, pero basta para comprobar :)
Querida Papish; qué placer tenerte por aquí. Gracias por tu comentario y por tu aviso sobre el método para ver el nivel de tinta. Un fortísimo abrazo.
EliminarEstupendo, «review», Pedro.
ResponderEliminarEste diseño de MB siempre me gustó, al punto de que, en casa, tenemos lapiz, bolígrafo, roller y -desde hace un mes - pluma. Esta última la compré de segunda mano, a un muy buen precio -considerando su p.v.p. de nuevo- y, por suerte, no me ha dado ningún problema. El plumín me ha respondido como el resto de los MB que tengo y el mecanismo va como la seda. Si hubiese leído tu artículo antes, igual no me hubiese lanzado a comprarla. :))))
Gracias por tu análisis. Repito, excelente.
Un saludo.
Gracias por tu comentario, amigo Pedro. Me alegro de tu experiencia positiva. En realidad, no suele haber reglas infalibles sino tendencias más o menos acentuadas hacia un cierto sentido o un determinado problema. No todos tenemos las mismas experiencias con las mismas plumas, de ahí lo enriquecedor que resulta compartirlas. UN fuerte abrazo
EliminarCompleto análisis, como siempre.
ResponderEliminarSólo una salvedad, tengo una Bohéme adornada con un preciosa piedra azul desde hace 15 años y nunca me ha dado ningún problema, ni siquiera en el mecanismo retráctil. El mecanismo me resulta especialmente atractivo y original.
Por otro lado, me encanta como escribes Pedro, aunque ultimamente he observado alguna errata sorprendente en un texto tan cuidado.
Gracias por compartir tus conocimientos enormes !!!
Gracias por tus palabras, Celanova. Insisto aquí en que suele haber experiencias para todos los gustos y la tuya, felizmente, es positiva. Los problemas que he reseñado suelen ser comunicados en los foros y blogs, aunque, naturalmente, tampoco es una regla infalible sino una cierta tendencia en un determinado modelo.
EliminarPor otro lado, lamento lo de las erratas. Pretendo mantener un ritmo constante de entradas y eso, enfrentado a un trabajo febril que no siempre me permite disponer del tiempo necesario, puede resultar en este tipo de errores que lamento y que prometo revisar con mayor detenimiento. Gracias por avisarme, amigo mío. Un saludo muy cordial
Estimado Capitán, estimada concurrencia:
ResponderEliminar¡"parece un luchador de sumo vestido de fiesta"! Excelente comparación, muy bien traída.
Recuerdo que la mía, tamaño mediano, por cuanto colijo del análisis, pronto fue más luchador que festivo, pues la pedrecica pronto se cayó o se calló, que no sabría yo que compete.
No recuerdo nada de ella con especial interés, me parecía insulsa comparada con otras Montblanc. La compré mientras realizaba un estudio de Maquiavelo. Y la regalé.
De Montblanc soy del mismo parecer que de otras marcas como Stipula, son errores por los que hay que pasar. Ya dijo el de Hipona que estaba bien haber sufrido pero no estaba bien sufrir. Tal mi parecer.
Una addenda: las 60 pelas de las plumas inoxcrom sobrepasan con muchísimo los céntimos de €. Muchos recordarán los duros de 100 pesetas que había por los setenta. Recuerdo que el día de mi comunión tenía en la americana muchos de esos duros que me fueron metiendo las señoras deudas de la familia. Al final de la ceremonia, mis padres me retuvieron todas aquellas monedas porque eran mucho dinero. Luego, tal vez, las 60 pelas de entonces tuvieran un poder adquisitivo cercano a los ¿30-50€ hodiernos?
Sigan con salud
Gracias por tu comentario, querido amigo, y por compartir tus experiencias. en cuanto a los precios de las Inoxcrom, ciertamente son relativos al tiempo en que se fijaron. No obstante, era un buen precio para la época aunque no equivalente en términos actualizados a los euros. Inoxcrom siempre se caracterizó por una relación calidad/precio muy favorable. Un saludo muy cordial.
EliminarComo casi todas las Montblanc, excepto las 146 y 149, no me gustan demasiado. Si alguien me la regala no le haré ascos, pero no gastaría mi dinero en una.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Alfonso. Un saludo muy cordial
EliminarA mí me resultan atractivas. Los diseños flat top les sientan bien a las montblanc. Alguna he visto en vivo y son plumas bonitas, aunque contando con su halo de excelencia, podrían invertir un dinerillo en mejorar el engaste de la piedra. Tampoco parece muy cómoda la forma de ver lo que te queda de tinta según comenta papish.
ResponderEliminarLes rentan bastante más las ediciones especiales. No estoy del todo de acuerdo con ese método, pero yo no soy el público objetivo. Así que todo el mundo contento: Yo no compro, ellos venden mucho.
Un abrazo.
Gracias por compartir tus reflexiones, Rafael. Yo veo esos mismos problemas y, como siempre, el punto de decisión está en el precio. Un fuerte abrazo
EliminarLa grande de esta colección fue el regalo de mis padres por terminar la carrera de periodismo, luego, la falta de trabajo ha sido la única culpable de sus largas estancias en mi caja exponedora de estilográficas , caja pequeña pero llena de cariño.
ResponderEliminarNo soy ni de lejos un experto en estilográficas, por lo que todas mis pertenencias forman parte de marcas "conocidas", un par de pilots, alguna Faber Castell, un par de MontBlancs y una Rotring tan original como funcional.
Para mi esta MontBlanc el único defecto que tiene es la ostentación, es muy difícil sacarla de casa sin llamar la atención y, dado su precio, sin el eterno miedo al percance accidental, pero en los 12 años de existencia nunca me ha dado mas problema que el típico accidente de guardarla sin haber sacado la tinta y tener que hacerle un limpiado porque se me ha quedado muda. Por cierto que a este respecto dirè que he podido siempre quitarle el plumín y limpiarla sin mayores problemas, por lo que sigue en mi familia y asi seguirá hasta consiga que ambos nos reencontremos con la escritura subvencionada.
Pd: Ante alguna falta de ortografía, siempre incidental, permítanme achacarla al uso de mi movil para elaborar este comentario, muchas gracias y enhorabuena por este fantástico blog.
Muchas gracias por compartir tu valiosa experiencia Salva. Como bien dices, la Boheme es algo ostentosa, especialmente la de tamaño grande. Tampoco creo que sea una pluma portátil sino para usar en el despacho. No obstante, es bueno contar con las aportaciones de un usuario tan ponderado como tu. Un cordial saludo
EliminarTengo una en blanco, el modelo sencillo. Coincido contigo en su curiosida y elegancia pero.... me decepcionó un poco la rosca del capuchón, de una sola entrada, con lo que se deben dar tres vueltas completas para enroscar/desenroscar.
ResponderEliminarEl número de vueltas de rosca es algo que cada usuario valora de manera distinta. A mí, particularmente, no me molesta demasiado y aporta seguridad, pero entiendo que pueda resultar tedios en algún caso. Un cordial saludo
EliminarRecomiendas la tinta pelikan 4001 para este tipo de plumas? Es la que tengo más a mano.
ResponderEliminarMuy buen texto, tengo la versión pequeña de esta pluma y fue un regalo de mi padre al empezar la universidad. Tengo muchas ganas de usarla.
Gracias por tu comentario Esther. La Pelikan 4001 es una magnífica tinta de uso general. No re defraudará. Un cordial saludo y mucho ánimo con nueva pluma. Estoy seguro de que la disfrutarás.
EliminarMuchas gracias por sus precisos comentarios Pedro: de manera permanente uso plumas fuente, pero la Bohéme despertaba múltiples dudas, especialmente por los posibles daños que pudiera sufrir el mecanismo. Adquirí una retráctil sin piedra a muy buen precio, vendida por un amigo que la utilizó en tres oportunidades, la archivó y al quererla reutilizar no sirvió y la reparación en la tienda oficial valía una fortuna. sumergí parcialmente la pluma en agua sin que tocara el mecanismo, soplé desde donde se ubica el cartucho y al quedar completamente limpia le coloqué un cartucho original y quedó lista. El procedimiento lo repetí en tres oportunidades y no volvió a fallar. Llevo varios meses con ella y dicen terceras personas que es toda una exhibición de buen gusto cada que la tomo para escribir
ResponderEliminarEstimado Juan. Permítame que retome un momento el hilo de sus comentarios sobre los tres tamaños y la descripción de las Boheme. A pesar de que su clarificadora exposición tiene ya algo de tiempo, a mi entender sigue de actualidad esta pieza. Tengo la pequeña, dorada, sin piedra, plumín retráctil y bicolor de 14K; también tengo la mediana, dorada, no retráctil, con émbolo y mismo tamaño de plumín que la pequeña. Ahora estoy buscando la oversize. La pregunta es, ¿existe en dorado o sólo platinada? Muchas gracias anticipadas por su respuesta.
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