Bajo este epígrafe, más inspirador que técnico, me refiero a empresas seguidoras, es decir, que aspiran a sobrevivir en el mercado manteniendo su cuota pero sin hacer grandes inversiones o movimientos en desarrollo, tanto del mercado como del producto.
Este tipo de empresa no aspiran a liderar el mercado, sino a continuar en él. Carecen de objetivos de crecimiento o desarrollo del producto y sus estrategias de mercado no están diseñadas para aprovechar las condiciones y oportunidades del mercado sino para mantenerse en él con estrategias de inversión o desinversión conyunturales que únicamente les permitan sostenerse. Dado este planteamiento, el factor supervivencia de una empresa así, puede llegar a desaparecer, cosa que ocurre con relativa frecuencia.
Pelikan
Pese a su relativa solidez en el mercado, la celebérrima Pelikan es una empresa muy conservadora, de movimientos estratégicos muy limitados aunque, en los últimos tiempos, ha iniciado una nueva etapa orientada, por un lado, al lujo y, por otro, a una multiplicación de la oferta mediante el simple expediente de los cambios formales en sus modelos de siempre. Las ediciones especiales y limitadas se multiplican porque han dado buen resultado gracias a la fiebre coleccionista de algunos aficionados y, al mismo tiempo, ha extendido su oferta en la gama asequible añadiendo colores y terminaciones de todo tipo. Pelikan es una marca extraordinariamente conservadora en su catálogo que, en lo básico, apenas a cambiado a lo largo de los años, pero tiene a su favor una reconocida calidad (últimamente algo vapuleada por la externalización de la producción) y una enorme empresa detrás con numerosos productos de éxito que le permiten el lujo de seguir siendo un clásico en el mundo de las estilográficas.
Cross
Otro clásico que ha sufrido los vaivenes de las compraventas empresariales pero que parece haberse estancado en torno a un puñado de modelos clásicos sin grandes ambiciones de expansión. Sigue conservando un halo de marca tradicional aunque sin innovaciones importantes, pero ello contribuye a sostener su imagen de clásico intemporal, con buen servicio y una calidad razonable, que mantiene un público fiel. Sus incursiones en la gama alta, como el fabuloso modelo Peerless con un soberbio plumín de origen Sailor, no tienen demasiado éxito pese a que se trata de buenas plumas que, sin embargo, adolecen de una estética demasiado vista. Últimamente, parece que intenta pulsar el mercado de las ediciones limitadas como la Star Wars.
Aurora
La italiana es una de las casa con más solera del mundo y sus plumas gozan de una calidad sobresaliente. Pero sigue aferrada a sus modelos clásicos sin grandes innovaciones aparte de ediciones especiales o limitadas basadas en ellos. Compite con demasiadas marcas como para convertirse en una superventas pero su calidad y su tradición le permiten seguir en la brecha aunque sea a costa de ser un fabricante para connoisseurs. Algunas de sus incursiones estéticas en el terreno de las ediciones limitadas son para olvidar.
Visconti
A diferencia de Aurora, Visconti ha hecho denonados esfuerzos por colocarse a la vanguardia de la industria estilográfica italiana y, por ahora, lo ha conseguido con modelos que ya se han convertido en clásicos pese a la juventud de la casa florentina. Con todo, su catálogo actual se ha reducido bastante y se ha concentrado en algunas estilográficas de probado éxito. Visconti ha conseguido ofrecer plumas muy hermosas con una calidad y un buen desempeño aunque, por desgracia, no siempre exento de fallos. Su proyección futura es una incógnita aunque tiene un numeroso grupo de partidarios en mercados clave como el norteamericano.
Tombow
La marca japonesa mantiene un catálogo de estilográficas muy reducido pero de gran calidad. Aunque sus diseños son rompedores y de acabados perfectos, no ha sido renovados en mucho tiempo y, aún así, siempre en pequeñas dosis. No pretende competir con ninguna de las tres grandes y se conforma con estar al resguardo de su buena fama y de una clientela fiel a sus cualidades. Sus productos merecerían tener una mayor difusión pero no parece que incrementarla sea una de las prioridades de esta marca.
Easterbrook
La nueva Esterbrook, revivida por Robert Rosenberg tras haberse hecho cargo de la también renacida Conklin, se encuentra en un cierto momento de indefinición estilística y estratégica. Sus nuevos modelos navegan entre el revival y el lujo de las ediciones limitadas. Su distribución, empero, está muy limitada a los Estados Unidos y, por tanto, con poca proyección internacional. Su posición me parece difícil de sostener a largo plazo a menos que haga una apuesta seria por mejorar.
Conklin
La mítica Conklin se resguarda, también en este caso, en un catálogo muy concentrado en modelos de inspiración vintage. Son plumas muy bellas pero con algunos problemas de calidad en su desempeño. Pese a todo, el peso histórico de la marca hace que pueda mantenerse a flote aunque, prácticamente, solo en torno al mercado de los Estados Unidos. Habrá que esperar nuevos movimientos pero, de momento, su estrategia permanece bastante estática.
Staedler
Casi una recién llegada al mundo de la estilográfica, Staedler ha puesto en el mercado algunas plumas de bella factura, razonable desempeño y altos precios. No está claro hacia dónde pretende que le conduzca su estrategia aunque, de momento, se conforma con una cuota de mercado bastante limitada, apoyada en el aura de calidad de las plumas alemanas y en un estilo a medio camino entre Faber-Castell y Caran D'Ache. Son plumas demasiado caras para competir con otras marcas mucho más reconocidas pero Staedler es una enorme empresa que puede permitirse estos lujos.
Waterman
Otra marca histórica que mantiene su posición en torno a un catálogo contenido en el que siguen algunas piezas fabulosas como la Edson y tan bellas como la Carene, junto a otras de gama intermedia o baja de buena calidad aunque de escaso impacto estético. Waterman sigue siendo un emblema y sus productos son universalmente apreciados aunque no haya una estrategia empresarial clara hacia ningún otro lado que no sea el de sostenerse, sin más, en el mercado.
Parker
De la Parker de los años 40 a 60 no queda más que una sombra que se sostiene en base a algunas ediciones especiales o limitadas y al éxito de la Duofold, modelo explotado durante casi 30 años pero ya al límite de su aprovechamiento. El resto de su catálogo, lo constituyen plumas de calidad dudosa y estética mejorable, salvo excepciones modernas que permiten albergar esperanzas. De momento, la inercia de esta marca le permite sostenerse gracias, por otro lado, a una distribución muy eficaz.
Sheaffer
Tampoco la Sheaffer actual se aproxima a lo que fue en sus mejores años. De la cabeza tecnológica e innovadora en la que estuvo durante tres décadas, ha pasado a una cómoda posición en el pelotón desde la que se contenta con explotar su imagen de marca y alguno de sus modelos más icónicos como la Legacy. Sigue siendo una marca omnipresente gracias a una magnífica red de distribución pero su peso en ventas está actualmente muy limitado. Sheaffer lo ha sido todo y hoy se mantiene a la sombra de su propia historia.
Stipula
Los rumores sobre la viabilidad de Stipula se vienen escuchando hace años aunque lo cierto es que la marca aún se mantiene pese a los graves problemas por los que ha atravesado. La otra gran casa florentina exhibe algunas de las plumas más hermosas de la industria italiana, con un trabajo del celuloide realmente excepcional. Lástima que su desempeño sea tan poco regular y, frecuentemente, pobre. Su catálogo no es muy amplio y su modesta, aunque tenaz, posición en el mercado, está rodeada de peligros.
Bexley
La casa norteamericana produce algunas de las plumas más interesantes del mercado actual aunque no tiene casi presencia fuera del continente americano y no parece que quiera hacer el esfuerzo de intentarlo. Su clara vocación vintage, le ha permitido producir estilográficas de gran belleza y fuerte personalidad. El catálogo de la marca de Columbus es, con todo, muy corto para ser considerada una de las grandes.
Laban
La marca de Taiwan cuenta con plumas muy interesantes, con una relación calidad/precio enormemente favorable. Últimamente, ha abandonado algo las plumas baratas con las que empezó y se ha dedicado a modelos más representativos e incluso ediciones especiales. La calidad de sus plumines y sus acabados, le permiten ocupar un lugar de privilegio entre las plumas orientales no japonesas, si bien titubea a la hora de dar un salto de distribución cualitativo que incluya a Europa entre sus objetivos.
Caran D'Ache
La marca suiza lleva muchos años manteniendo una posición bien afianzada en el mundo del lujo y las plumas de calidad aunque sin grandes ventas ni modelos de fama. En realidad, la discreción de esta casa es casi comparable a la del país, sin que sufra vaivenes de modas o demanda que le hagan cambiar de estrategia. Su inmovilismo empresarial parece garantizarle una cómoda posición pese a que compite con numerosos fabricantes en su segmento, especialmente franceses y alemanes.
Delta
Las sospechas sobre el futuro de la casa italiana no logran ocultar la permanente creatividad y belleza de sus creaciones. Las Delta son plumas hermosas, con un diseño original y atractivo, dentro de unas líneas macizas y rotundas que son firma de la casa. El exceso de presencia comercial de alguno de sus modelos como la Dolce Vita, en sus infinitas variaciones, puede perjudicar su estrategia. Delta también ha explorado a fondo las Ediciones Especiales aunque, por lo general, sin excesos barrocos. Los modelos innovadores de sus primeros años han ido dando paso a plumas mecánicamente sencillas y de producción mucho más asequible. Su estrategia más o menos soterrada de reducción de precios, está dando sus frutos.
Faber-Castell
La otra gran alemana fabrica plumas tan interesantes como bellas. La calidad de su construcción y su, en general, buena relación calidad/precio, le garantizan un puesto de privilegio entre los productores europeos. Pero Faber-Castell parece haberse concentrado en unos pocos productos de enorme calidad pero poco ambiciosos desde el punto de vista de la innovación, dejando para su filial de lujo Graf von Faber-Castell las grandes producciones. La gran potencia de la marca en el terreno del material de oficina, le permite mantener la división de estilográficas con desahogo y estabilidad aunque no sean superventas.
A mi juicio, estas son las marcas más representativas de esta categoría. Como se ve, es la más numerosa y no por ello la de menos calidad. Es el espíritu estratégico de estas marcas el que determina su pertenencia a un segmento en el que se navega con mayor o menor ritmo, pero con la ayuda de pocas innovaciones, dejadas de lado en beneficio de un cierto conformismo empresarial.
(todas las fotografías son de las marcas)
Este tipo de empresa no aspiran a liderar el mercado, sino a continuar en él. Carecen de objetivos de crecimiento o desarrollo del producto y sus estrategias de mercado no están diseñadas para aprovechar las condiciones y oportunidades del mercado sino para mantenerse en él con estrategias de inversión o desinversión conyunturales que únicamente les permitan sostenerse. Dado este planteamiento, el factor supervivencia de una empresa así, puede llegar a desaparecer, cosa que ocurre con relativa frecuencia.
Pelikan
Pese a su relativa solidez en el mercado, la celebérrima Pelikan es una empresa muy conservadora, de movimientos estratégicos muy limitados aunque, en los últimos tiempos, ha iniciado una nueva etapa orientada, por un lado, al lujo y, por otro, a una multiplicación de la oferta mediante el simple expediente de los cambios formales en sus modelos de siempre. Las ediciones especiales y limitadas se multiplican porque han dado buen resultado gracias a la fiebre coleccionista de algunos aficionados y, al mismo tiempo, ha extendido su oferta en la gama asequible añadiendo colores y terminaciones de todo tipo. Pelikan es una marca extraordinariamente conservadora en su catálogo que, en lo básico, apenas a cambiado a lo largo de los años, pero tiene a su favor una reconocida calidad (últimamente algo vapuleada por la externalización de la producción) y una enorme empresa detrás con numerosos productos de éxito que le permiten el lujo de seguir siendo un clásico en el mundo de las estilográficas.
Cross
Otro clásico que ha sufrido los vaivenes de las compraventas empresariales pero que parece haberse estancado en torno a un puñado de modelos clásicos sin grandes ambiciones de expansión. Sigue conservando un halo de marca tradicional aunque sin innovaciones importantes, pero ello contribuye a sostener su imagen de clásico intemporal, con buen servicio y una calidad razonable, que mantiene un público fiel. Sus incursiones en la gama alta, como el fabuloso modelo Peerless con un soberbio plumín de origen Sailor, no tienen demasiado éxito pese a que se trata de buenas plumas que, sin embargo, adolecen de una estética demasiado vista. Últimamente, parece que intenta pulsar el mercado de las ediciones limitadas como la Star Wars.
Aurora
La italiana es una de las casa con más solera del mundo y sus plumas gozan de una calidad sobresaliente. Pero sigue aferrada a sus modelos clásicos sin grandes innovaciones aparte de ediciones especiales o limitadas basadas en ellos. Compite con demasiadas marcas como para convertirse en una superventas pero su calidad y su tradición le permiten seguir en la brecha aunque sea a costa de ser un fabricante para connoisseurs. Algunas de sus incursiones estéticas en el terreno de las ediciones limitadas son para olvidar.
Visconti
A diferencia de Aurora, Visconti ha hecho denonados esfuerzos por colocarse a la vanguardia de la industria estilográfica italiana y, por ahora, lo ha conseguido con modelos que ya se han convertido en clásicos pese a la juventud de la casa florentina. Con todo, su catálogo actual se ha reducido bastante y se ha concentrado en algunas estilográficas de probado éxito. Visconti ha conseguido ofrecer plumas muy hermosas con una calidad y un buen desempeño aunque, por desgracia, no siempre exento de fallos. Su proyección futura es una incógnita aunque tiene un numeroso grupo de partidarios en mercados clave como el norteamericano.
Tombow
La marca japonesa mantiene un catálogo de estilográficas muy reducido pero de gran calidad. Aunque sus diseños son rompedores y de acabados perfectos, no ha sido renovados en mucho tiempo y, aún así, siempre en pequeñas dosis. No pretende competir con ninguna de las tres grandes y se conforma con estar al resguardo de su buena fama y de una clientela fiel a sus cualidades. Sus productos merecerían tener una mayor difusión pero no parece que incrementarla sea una de las prioridades de esta marca.
Easterbrook
La nueva Esterbrook, revivida por Robert Rosenberg tras haberse hecho cargo de la también renacida Conklin, se encuentra en un cierto momento de indefinición estilística y estratégica. Sus nuevos modelos navegan entre el revival y el lujo de las ediciones limitadas. Su distribución, empero, está muy limitada a los Estados Unidos y, por tanto, con poca proyección internacional. Su posición me parece difícil de sostener a largo plazo a menos que haga una apuesta seria por mejorar.
Conklin
La mítica Conklin se resguarda, también en este caso, en un catálogo muy concentrado en modelos de inspiración vintage. Son plumas muy bellas pero con algunos problemas de calidad en su desempeño. Pese a todo, el peso histórico de la marca hace que pueda mantenerse a flote aunque, prácticamente, solo en torno al mercado de los Estados Unidos. Habrá que esperar nuevos movimientos pero, de momento, su estrategia permanece bastante estática.
Staedler
Casi una recién llegada al mundo de la estilográfica, Staedler ha puesto en el mercado algunas plumas de bella factura, razonable desempeño y altos precios. No está claro hacia dónde pretende que le conduzca su estrategia aunque, de momento, se conforma con una cuota de mercado bastante limitada, apoyada en el aura de calidad de las plumas alemanas y en un estilo a medio camino entre Faber-Castell y Caran D'Ache. Son plumas demasiado caras para competir con otras marcas mucho más reconocidas pero Staedler es una enorme empresa que puede permitirse estos lujos.
Waterman
Otra marca histórica que mantiene su posición en torno a un catálogo contenido en el que siguen algunas piezas fabulosas como la Edson y tan bellas como la Carene, junto a otras de gama intermedia o baja de buena calidad aunque de escaso impacto estético. Waterman sigue siendo un emblema y sus productos son universalmente apreciados aunque no haya una estrategia empresarial clara hacia ningún otro lado que no sea el de sostenerse, sin más, en el mercado.
Parker
De la Parker de los años 40 a 60 no queda más que una sombra que se sostiene en base a algunas ediciones especiales o limitadas y al éxito de la Duofold, modelo explotado durante casi 30 años pero ya al límite de su aprovechamiento. El resto de su catálogo, lo constituyen plumas de calidad dudosa y estética mejorable, salvo excepciones modernas que permiten albergar esperanzas. De momento, la inercia de esta marca le permite sostenerse gracias, por otro lado, a una distribución muy eficaz.
Sheaffer
Tampoco la Sheaffer actual se aproxima a lo que fue en sus mejores años. De la cabeza tecnológica e innovadora en la que estuvo durante tres décadas, ha pasado a una cómoda posición en el pelotón desde la que se contenta con explotar su imagen de marca y alguno de sus modelos más icónicos como la Legacy. Sigue siendo una marca omnipresente gracias a una magnífica red de distribución pero su peso en ventas está actualmente muy limitado. Sheaffer lo ha sido todo y hoy se mantiene a la sombra de su propia historia.
Stipula
Los rumores sobre la viabilidad de Stipula se vienen escuchando hace años aunque lo cierto es que la marca aún se mantiene pese a los graves problemas por los que ha atravesado. La otra gran casa florentina exhibe algunas de las plumas más hermosas de la industria italiana, con un trabajo del celuloide realmente excepcional. Lástima que su desempeño sea tan poco regular y, frecuentemente, pobre. Su catálogo no es muy amplio y su modesta, aunque tenaz, posición en el mercado, está rodeada de peligros.
Bexley
La casa norteamericana produce algunas de las plumas más interesantes del mercado actual aunque no tiene casi presencia fuera del continente americano y no parece que quiera hacer el esfuerzo de intentarlo. Su clara vocación vintage, le ha permitido producir estilográficas de gran belleza y fuerte personalidad. El catálogo de la marca de Columbus es, con todo, muy corto para ser considerada una de las grandes.
Laban
La marca de Taiwan cuenta con plumas muy interesantes, con una relación calidad/precio enormemente favorable. Últimamente, ha abandonado algo las plumas baratas con las que empezó y se ha dedicado a modelos más representativos e incluso ediciones especiales. La calidad de sus plumines y sus acabados, le permiten ocupar un lugar de privilegio entre las plumas orientales no japonesas, si bien titubea a la hora de dar un salto de distribución cualitativo que incluya a Europa entre sus objetivos.
Caran D'Ache
La marca suiza lleva muchos años manteniendo una posición bien afianzada en el mundo del lujo y las plumas de calidad aunque sin grandes ventas ni modelos de fama. En realidad, la discreción de esta casa es casi comparable a la del país, sin que sufra vaivenes de modas o demanda que le hagan cambiar de estrategia. Su inmovilismo empresarial parece garantizarle una cómoda posición pese a que compite con numerosos fabricantes en su segmento, especialmente franceses y alemanes.
Delta
Las sospechas sobre el futuro de la casa italiana no logran ocultar la permanente creatividad y belleza de sus creaciones. Las Delta son plumas hermosas, con un diseño original y atractivo, dentro de unas líneas macizas y rotundas que son firma de la casa. El exceso de presencia comercial de alguno de sus modelos como la Dolce Vita, en sus infinitas variaciones, puede perjudicar su estrategia. Delta también ha explorado a fondo las Ediciones Especiales aunque, por lo general, sin excesos barrocos. Los modelos innovadores de sus primeros años han ido dando paso a plumas mecánicamente sencillas y de producción mucho más asequible. Su estrategia más o menos soterrada de reducción de precios, está dando sus frutos.
Faber-Castell
La otra gran alemana fabrica plumas tan interesantes como bellas. La calidad de su construcción y su, en general, buena relación calidad/precio, le garantizan un puesto de privilegio entre los productores europeos. Pero Faber-Castell parece haberse concentrado en unos pocos productos de enorme calidad pero poco ambiciosos desde el punto de vista de la innovación, dejando para su filial de lujo Graf von Faber-Castell las grandes producciones. La gran potencia de la marca en el terreno del material de oficina, le permite mantener la división de estilográficas con desahogo y estabilidad aunque no sean superventas.
A mi juicio, estas son las marcas más representativas de esta categoría. Como se ve, es la más numerosa y no por ello la de menos calidad. Es el espíritu estratégico de estas marcas el que determina su pertenencia a un segmento en el que se navega con mayor o menor ritmo, pero con la ayuda de pocas innovaciones, dejadas de lado en beneficio de un cierto conformismo empresarial.
(todas las fotografías son de las marcas)
Fantástico como siempre Pedro. Tuve la oportunidad de escribir con una de las Conklin de ahora (de un amigo) y la verdad es que como no tengo punto de comparación (con las antiguas), la note un poco seca pero no me atrevería a evaluar su calidad. De Parker y Sheaffer, ni hablar, ambas en el cajón del olvido. Lamentable, pero de las dos, la peor es Sheaffer porque como bien dices era el icono de la innovación e ingenio, ¿quien puede superar en términos de ingenio a un sistema tan eficiente y cómodo como el Touchdown?. Nadie de hoy día puede escribir una sola letra mas en esas paginas de vanguardia. Pero es que además Parker por lo menos la aventaja con un modelo que aunque agotado, es al menos de buena calidad (La Duofold), que cuando uno las ve aún siente que sigue vivo el espíritu de aquellos lejanos días. Se que esta entrada no versa sobre calidad, pero creo que será en base a esto y a una buena red de distribución, que podrán sobrevivir y seguir, pero entiéndase, ambas de la mano (calidad y distribución), porque siento que una cosa sin la otra las hará desaparecer como fabricantes de instrumentos de uso utilitario. Aquí es donde quizás las Alemanas Pelikan y Faber-Catell detrás, llevan una ventaja. Es por esto que se ven algunas de las demás marcas coqueteando con el lujo y la representación (Caran D´Ache, Delta, Stipula) y eso es otra cosa que desafortunadamente muchas veces las aleja del gusto de los usuarios que llevan una estilográfica por el "mero" hecho de escribir (razón de ser de este bello hobby). De las italianas saco la mano por Visconti, creo que quienes manejan la estrategia de esta florentina tienen claro hacia donde van y su calidad es muy respetada, ni hablar de su estética que parece epiléptica pero derrocha buen gusto. Muy Agradecido.
ResponderEliminarAgudas observaciones como siempre, querido Leonardo y de las cuales participo. Los movimientos comerciales de las marcas por recolocarse son siempre interesantes aunque no necesariamente exitosos. A mí, personalmente, las incursiones en el mundo del lujo desaforado, me parecen casi siempre, maniobras desesperadas. Un abrazo.
EliminarFe de errata: quise decir ecléctica (en lugar de epiléptica)
ResponderEliminarLo que más tristeza me da es imaginar a Pedro tachando "Omas" de la lista previa en papel para esta entrada.
ResponderEliminarUn saludo.
Así es, querido Rafael. Aquí estaba la querida Omas que con tanto dolor saqué de la relación. Un fuerte abrazo
EliminarSin duda Rafael, para esta entrada Omas, quedo relegada. Pero en el mundo de las colecciones y de las estilográficas esta italiana deja una gran estela y quiza le pase cono a esos deportistas que se retiran antes de empezar a hacer el "ridículo". Omas se retira con dignidad por razones económicas sin dar estridencias o peor, empezar a producir deplorables instrumentos. Ni la peor de las Omas de compara con los desastres que hemos vistos de casas que giran sobre su propio eje para tener una pequeña cuota del mercado. Certero o no, prefiero no calificar. Fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias por tu comentario Leonardo. Y estoy de acuerdo en que la limpia retirada de Omas permitirá conservar su imagen por siempre. No como otras marcas en las que es preciso distinguir entre la etapa "gloriosa" y la d"decadente". Un fuerte abrazo
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