Ya hemos visto qué es una pluma estilográfica y cuáles son sus partes fundamentales. También sabemos cómo usarla y cuales son sus propiedades. Pero ahora conviene saber en qué principios se basa su funcionamiento porque no son los que aparentan ser.
El funcionamiento de la estilográfica y la razón de su éxito como instrumento revolucionario de escritura durante más de cien años radica en un solo principio: el de la capilaridad.
A un profano le parecería que una estilográfica funciona porque la tinta del depósito cae hacia el plumín como si fuese un surtidor colocado bajo una cuba. En realidad, no es así. La tinta no cae sino que viaja a través de un elemento que se llama alimentador. Veámoslo con detalle.
La capilaridad es la propiedad que tienen los líquidos para fluir a través de espacios muy concentrados sin la ayuda de la gravedad o incluso en contra de ella. Todos conocemos la capilaridad y sabemos que las humedades de ciertos muros provienen del agua subterránea que inunda sus cimientos. Por mucho que intentemos impermeabilizarlos, el agua termina por ascender ya que lo hace por el interior del mismo, a través de los poros de los materiales con los que está construido. Hay infinitos ejemplos: el agua con la que se nutren los árboles, nuestras entrañables cromatografías para descomponer colores, nuestro sistema lacrimal, las esponjas con las que nos bañamos y las toallas de papel con las que absorbemos los líquidos derramados. Todos estos fenómenos son manifestaciones de la habilidad de los líquidos para moverse en espacios contiguos.
Pues bien, la estilográfica moderna surgió el día que se aplicó el principio de la capilaridad a la escritura. Hasta entonces, no se había conseguido que la tinta de un depósito viajase hacia el plumín de manera continua y regular. Lo que ocurría es que la tinta se desbordaba, inundando el papel sin remedio o salía a borbotones. La solución al problema la dió el alimentador que funciona básicamente por capilaridad.
Hay tres elementos esenciales para el funcionamiento de la pluma que conviene conocer a fondo:
1.- El alimentador
Es la pieza porosa que permite a la tinta que se encuentra en el interior de la pluma, en un depósito o en el mismo cuerpo, moverse hacia el exterior. El alimentador es, pues, una especie de salida que el líquido encuentra y que ocupa poco a poco hasta conseguir salir del interior de la estilográfica. En base al principio de capilaridad, la tinta líquida, en contacto con el alimentador, comienza a inundar sus poros, de dentro afuera, hasta que llega un momento en que alcanza el exterior.
Pero como la inundación de los poros no puede ser nunca excesiva dado que el espacio es físicamente limitado y todo confluye hacia un canal principal muy estrecho, la tinta que consigue salir al exterior siempre lo hace a una misma velocidad y con un volumen determinado, Esto hace que el flujo de tinta sea regular y constante.
Para ayudar a que el flujo sea generoso, los alimentadores suelen contar con aletines y hendiduras que multiplican el volumen total de tinta transportada y, en todo caso, cuentan con uno o más canales longitudinales en los que la tinta se puede concentrar en mayor cantidad. Al mismo tiempo, el alimentador tiene un canal de aireación para permitir que la tinta que sale del depósito se sustituya por aire proveniente del exterior. Si no fuera así, llegaría un momento en que el flujo cesaría.
Los mejores alimentadores son aquellos que facilitan más la función capilar como, por ejemplo, los fabricados con ebonita que es un material ligero y poroso que puede transportar mucha tinta con rapidez y regularidad.
2.- El plumín.
La misión del alimentador consiste en proporcionar a la tinta un vehículo de transporte hacia el exterior. Pero aún falta que la tinta que sale pueda ser conducida hacia el papel de manera adecuada y para eso contamos con el plumín.
El plumín se coloca en contacto con el alimentador pero sus elementos funcionales se concentran en su mitad superior: el orificio de ventilación y el corte que forma los gavilanes.
La tinta que conduce el alimentador se va depositando en el canal superior que está cubierto por la base del plumín. Para que la tinta progrese a partir de ahí hacia la punta del plumín, es necesario que sea recogida por otro conducto que es, precisamente, el corte que forma los gavilanes a partir del agujero de ventilación. Aquí ya no es necesaria la capilaridad, sino la simple conducción de la tinta hacia el papel.
La tinta que el alimentador extrae del depósito llega por el canal superior hasta el corte del plumín y, si está bien alineado, resbala por dicho conducto hasta la punta que se apoya en el papel. Como el camino que va desde el extremo del alimentador hasta el de la punta del plumín es muy pequeño, la tinta fluye de manera constante y regular. Si alteramos esa distancia, podemos encontrarnos con problemas de flujo.
3.- La punta del plumín.
La punta es el extremo por donde la tinta se deposita en el papel y su forma determina el grosor del trazo: cuanto más grueso, más tinta recoge y más ancho es el trazo. Si los gavilanes no están bien alineados o si hay algún defecto en el pulido, su recorrido por el papel será rasposo y desagradable porque la tinta no será capaz de lubricar homogéneamente el contacto.
Como se habrá podido observar, el principio de capilaridad y las propiedades de los líquidos son los factores que determinan el funcionamiento de nuestras queridas estilográficas. Esto significa que, siempre que haya contacto entre la tinta y el alimentador, cualquier pluma escribirá incluso en posición invertida. Solo cuando la tinta no pueda acercarse al alimentador, el flujo cesará. No es la gravedad sino la capilaridad, la que hace que el líquido salga al exterior de manera gradual y controlada.
Con lo dicho se comprende perfectamente el viejo adagio de que el alma de una pluma es su conjunto plumín/alimentador. El resto es pura, aunque siempre deliciosa, tramoya...
El funcionamiento de la estilográfica y la razón de su éxito como instrumento revolucionario de escritura durante más de cien años radica en un solo principio: el de la capilaridad.
A un profano le parecería que una estilográfica funciona porque la tinta del depósito cae hacia el plumín como si fuese un surtidor colocado bajo una cuba. En realidad, no es así. La tinta no cae sino que viaja a través de un elemento que se llama alimentador. Veámoslo con detalle.
La capilaridad es la propiedad que tienen los líquidos para fluir a través de espacios muy concentrados sin la ayuda de la gravedad o incluso en contra de ella. Todos conocemos la capilaridad y sabemos que las humedades de ciertos muros provienen del agua subterránea que inunda sus cimientos. Por mucho que intentemos impermeabilizarlos, el agua termina por ascender ya que lo hace por el interior del mismo, a través de los poros de los materiales con los que está construido. Hay infinitos ejemplos: el agua con la que se nutren los árboles, nuestras entrañables cromatografías para descomponer colores, nuestro sistema lacrimal, las esponjas con las que nos bañamos y las toallas de papel con las que absorbemos los líquidos derramados. Todos estos fenómenos son manifestaciones de la habilidad de los líquidos para moverse en espacios contiguos.
Pues bien, la estilográfica moderna surgió el día que se aplicó el principio de la capilaridad a la escritura. Hasta entonces, no se había conseguido que la tinta de un depósito viajase hacia el plumín de manera continua y regular. Lo que ocurría es que la tinta se desbordaba, inundando el papel sin remedio o salía a borbotones. La solución al problema la dió el alimentador que funciona básicamente por capilaridad.
Hay tres elementos esenciales para el funcionamiento de la pluma que conviene conocer a fondo:
1.- El alimentador
Es la pieza porosa que permite a la tinta que se encuentra en el interior de la pluma, en un depósito o en el mismo cuerpo, moverse hacia el exterior. El alimentador es, pues, una especie de salida que el líquido encuentra y que ocupa poco a poco hasta conseguir salir del interior de la estilográfica. En base al principio de capilaridad, la tinta líquida, en contacto con el alimentador, comienza a inundar sus poros, de dentro afuera, hasta que llega un momento en que alcanza el exterior.
Pero como la inundación de los poros no puede ser nunca excesiva dado que el espacio es físicamente limitado y todo confluye hacia un canal principal muy estrecho, la tinta que consigue salir al exterior siempre lo hace a una misma velocidad y con un volumen determinado, Esto hace que el flujo de tinta sea regular y constante.
Para ayudar a que el flujo sea generoso, los alimentadores suelen contar con aletines y hendiduras que multiplican el volumen total de tinta transportada y, en todo caso, cuentan con uno o más canales longitudinales en los que la tinta se puede concentrar en mayor cantidad. Al mismo tiempo, el alimentador tiene un canal de aireación para permitir que la tinta que sale del depósito se sustituya por aire proveniente del exterior. Si no fuera así, llegaría un momento en que el flujo cesaría.
Los mejores alimentadores son aquellos que facilitan más la función capilar como, por ejemplo, los fabricados con ebonita que es un material ligero y poroso que puede transportar mucha tinta con rapidez y regularidad.
2.- El plumín.
La misión del alimentador consiste en proporcionar a la tinta un vehículo de transporte hacia el exterior. Pero aún falta que la tinta que sale pueda ser conducida hacia el papel de manera adecuada y para eso contamos con el plumín.
El plumín se coloca en contacto con el alimentador pero sus elementos funcionales se concentran en su mitad superior: el orificio de ventilación y el corte que forma los gavilanes.
La tinta que conduce el alimentador se va depositando en el canal superior que está cubierto por la base del plumín. Para que la tinta progrese a partir de ahí hacia la punta del plumín, es necesario que sea recogida por otro conducto que es, precisamente, el corte que forma los gavilanes a partir del agujero de ventilación. Aquí ya no es necesaria la capilaridad, sino la simple conducción de la tinta hacia el papel.
La tinta que el alimentador extrae del depósito llega por el canal superior hasta el corte del plumín y, si está bien alineado, resbala por dicho conducto hasta la punta que se apoya en el papel. Como el camino que va desde el extremo del alimentador hasta el de la punta del plumín es muy pequeño, la tinta fluye de manera constante y regular. Si alteramos esa distancia, podemos encontrarnos con problemas de flujo.
3.- La punta del plumín.
La punta es el extremo por donde la tinta se deposita en el papel y su forma determina el grosor del trazo: cuanto más grueso, más tinta recoge y más ancho es el trazo. Si los gavilanes no están bien alineados o si hay algún defecto en el pulido, su recorrido por el papel será rasposo y desagradable porque la tinta no será capaz de lubricar homogéneamente el contacto.
Como se habrá podido observar, el principio de capilaridad y las propiedades de los líquidos son los factores que determinan el funcionamiento de nuestras queridas estilográficas. Esto significa que, siempre que haya contacto entre la tinta y el alimentador, cualquier pluma escribirá incluso en posición invertida. Solo cuando la tinta no pueda acercarse al alimentador, el flujo cesará. No es la gravedad sino la capilaridad, la que hace que el líquido salga al exterior de manera gradual y controlada.
Con lo dicho se comprende perfectamente el viejo adagio de que el alma de una pluma es su conjunto plumín/alimentador. El resto es pura, aunque siempre deliciosa, tramoya...
Muchísimas gracias por esta entrada. Este es el tipo de información que la mayoría de nosotros desconocemos y que nos hace entender y apreciar aún más y mejor estos maravillosos instrumentos.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias a ti Mario; un fuerte abrazo
EliminarGracias por esta entrada. Me da verguenza reconocerlo pero desconocia la mayoria de los terminos tecnicos en espanol para las partes del plumin y alimentador.
ResponderEliminarGracias a ti por el comentario Trevor. Me alegra haber sido útil. Un saludo muy cordial
EliminarFantástico artículo. Hace poco tuve que hacer varios viajes en avión y no terminé de estar tranquilo con la estilográfica. Al final la llevé descargada y con unos cartuchos.¿Son dibujos tuyos?
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Iván. Salvo casos muy especiales, no debes tener miedo por viajar con las estilográficas. Y sí, son dibujos míos, espero que te gusten. Un fuerte abrazo, amigo mío.
EliminarMuchas gracias Pedro por tu incansable labor didáctica y tu afán por hacernos entender y amar a la estilográfica.
ResponderEliminarHace ya mas de 30 años, recogí una Kaweco de los años 50 heredada de mi padre, y que destrocé tristemente en poco tiempo. Acabó desmontada e inservible. Posteriormente, como universitario, compré mi primera Parker y 2 Waterman con las que tomaba los apuntes. Compré la colección de los quioscos, y pese algunas opiniones en contra, conseguí que una de ellas tuviese un trazo perfecto. Con los años he dejado de escribir con asiduidad, pero no he dejado de admirar y comprar alguna. De las últimas que uso se encuentran Montblanc y Dupont; de la primera el diseño y Dupont su escritura. Creo que es la mejor, y por tanto el diseño se entristece cuando desaparece el placer en la escritura.
La semana pasada me regalaron una Montegrappa Ducal. La probé de inmediato con su cartucho, y con paciencia haciendo garabatos y escribiendo, comprobé que no fluía correctamente. A la mañana siguiente, fui a la papelería del pueblo a comprar tinta, pero solo había tarritos de tinta china.(10 ERRORES QUE NO DEBEMOS COMETER). Al realizar el primer trazo, recordé las clases de dibujo en el colegio y la plumilla para firmar los trabajos, los rotrings y todo lo demás. La desmonté y lavé inmediatamente. La he lavado y cargado unas tres veces mas, y hoy parece que quiere fluir mejor. ¿Crees que con el uso en varios días mejorará, o es caso perdido?.
Espero tu consejo. Perdona por extenderme y un cordial saludo.
Reitero las felicitaciones.
Estimado Felipe. Ante todo, muchas gracias por tu comentario. Me alegra que hayas retomado la afición a la estilográfica. Estoy seguro de que sabrás disfrutarla. En cuanto a la Twsbi, te sugiero que la vacíes, la limpies bien con agua, unas gotitas de detergente y otras de amoníaco. Esto ayudará a desincrustar los posibles restos de tinta china. Conplementariamente, yo desmontaría por completo el conjunto para limipar cada pieza separadamente incluso pasando un cepillito por los aletines del alimentador que puedan haberse obstruido. Si, pese a todo, sigue fallando, utiliza una tinta más fluida del tipo Waterman o Diamine. Si nada de eso funciona, te queda la opción de comprar un conjunto plumín-alimentador nuevo. Son muy asequibles. Espero tus noticias, amigo mío. UN cordial saludo.
EliminarCorrijo: la Montegrappa. El conjunto plumín/alimentador en este caso, tendrá un coste elevado. Pero yo confiaría en una buena limpieza.
EliminarHola Pedro. Perdón por la tardanza, pues he tenido problemas de conexión (los inconvenientes de vivir en el medio rural) e infinitas gracias por tu atención.
ResponderEliminarTras seguir tus instrucciones de limpieza, (aunque no he desmontado el plumín del alimentador) y cepillar las partes accesibles, he podido comprobar que el flujo de tinta ha mejorado de forma sobresaliente. Quizás, sea el adecuado.
Mi sensación ahora, es que la punta sea mas fina de lo que acostumbro, y noto que sobre el papel rasca mas de lo deseado, sobre todo hacia el lado izquierdo contra escritura. No recuerdo bien si con las demás me ocurrió algo parecido y se suavizaron con el tiempo, pero comparándolas, las anteriores van como la seda a pesar de no haberse usado en mucho tiempo, y a todas les he suministrado la misma tinta de Dupont que me quedaba. Incluyendo una de esas de colección que me sigue maravillando.
El lunes me llega un encargo de varias tintas, entre ellas Diamine, y también, dejándome llevar por tus positivos comentarios de la Kaweco Sport,una Kaweco Luxe parecida a la que heredé de mi padre.
Puede que mejore el flujo con Diamine, pero si noto que la pluma no se suaviza antes de 6 semanas, optaré por cambiar el plumín, período que me dan de garantía para cambiarlo de forma gratuita si no estoy satisfecho. Quizá deba elegir uno de trazo mas grueso.
Muchas gracias de nuevo. Te mantendré informado.
Saludos cordiales.
Es probable que tu escritura se acomode mejor a un plumín más grueso. En todo caso, te recomiendo que verifiques que los gavilanes estén bien alineados. A veces, una mínima desviación provoca esa incómoda sensación de rascado que citas. Espero tus comentarios. Un saludo muy cordial, amigo Felipe
EliminarPues claro que si, amigo Pedro.
ResponderEliminarTras rellenar con Diamine y probar, el problema subsistía. Le di vueltas, y claro está que si se atasca o rasca para el lado izquierdo es porque el gavilán derecho está mas bajo. Así que después estuve trabajando la alineación del gavilán, girando la pluma hacia el lado derecho y presionando suavemente sobre el papel, varias veces hasta que he conseguido tener el trazo adecuado. Ese era como tu has deducido, todo el problema.
No entiendo como una pluma de cierto caché puede venir así, la verdad es que como bien dices, la mas mínima desviación puede provocar el problema. Ya resuelto, he de decir que estoy muy contento, gracias a tus consejos.
Con las tintas, he recibido una Kaweco Sport Luxe con el cargador aerométrico, y estoy muy satisfecho.
La antigua Kaweco que conservo, es la Kaweco TRANSPARENT 3000F. Me gustaría saber de que año es; el ´cargador es de émbolo y el depósito transparente.
Espero no haberte aburrido.
Gracias de nuevo amigo y hasta pronto.
Me alegra que todo haya terminado bien, Felipe. Ahora, toca disfrutar esa magnífica pluma. Un fuerte abrazo, amigo mío.
EliminarUna pregunta. ¿Se puede usar tinta china en un estilógrafo?
ResponderEliminarJamás; se bloquearía el alimentador y todos los conductos. En las estilográficas, solo tinta para ellas. Un saludo
EliminarEste es uno de esos raros blog de extraordinaria utilidad. Mil gracias por compartir sus conocimientos.
ResponderEliminarMuchas gracias por su amable comentario, un cordial saludo
Eliminar