Con esta entrada deseo a todos los lectores un muy feliz verano.
En 2016, el alma de Visconti, Dante del Vecchio, abandonó esta emblemática compañía a la que había dedicado más de 20 años de dedicación, empuje e inventiva. El maestro del Vecchio es poseedor de más de 20 patentes intencionales relacionadas con la estilográfica y, sin ninguna duda, marcó la historia de Visconti con sus bellísimas y, al mismo tiempo, innovadoras producciones. sus alardes estéticos y técnicos, colocaron a la marca florentina en los primeros lugares de la industria desde que ésta apareció en el mercado.
En 2016, el alma de Visconti, Dante del Vecchio, abandonó esta emblemática compañía a la que había dedicado más de 20 años de dedicación, empuje e inventiva. El maestro del Vecchio es poseedor de más de 20 patentes intencionales relacionadas con la estilográfica y, sin ninguna duda, marcó la historia de Visconti con sus bellísimas y, al mismo tiempo, innovadoras producciones. sus alardes estéticos y técnicos, colocaron a la marca florentina en los primeros lugares de la industria desde que ésta apareció en el mercado.
Los tinteros de viaje nacieron con la pluma y la casi ineludible necesidad de contar con tinta de reserva durante los desplazamientos de los usuarios. Durante la época victoriana especialmente, los viajes duraban mucho y no siempre resultaba fácil encontrar tinta en cualquier parte. Faltaban decenas de años para que se inventaran los cartuchos y las alternativas a la tinta líquida, como los sobres o las bolitas que se mezclaban con agua, no siempre resultaban prácticas ni eficaces. Por tanto, casi desde los albores de la pluma hubo tinteros portátiles. La aparición de la estilográfica mitigó esta necesidad pero, aún así, se siguieron utilizando y hay bellísimos ejemplares que aún pueden verse en diversas colecciones y a la venta en anticuarios.
Dante Del Vecchio. desde Visconti, revolucionó el mundo de los tinteros de viaje con su diseño específico para sus estilográficos con bomba de vacío. Eran cilindros especialmente adaptados a sus modelos y que permitían una carga rápida, segura y práctica. En un primer momento acompañaban a algunos de los modelos de la marca. Más tarde, Visconti comenzó a vender su tintero portátil de manera autónoma y ya plenamente adaptado a la mayoría de las estilográficas, no solo a las Visconti.
Cuando Dante del Vecchio abandonó Visconti, recaló en una vieja marca florentina de material de papelería llamada Pineider, fundada nada menos que en 1874 aunque estaba centrada en la fabricación de papel, cuero y otros elementos auxiliares de oficina. Del Vecchio introdujo una nueva línea de estilográficas que condujo al súbito renacimiento de la marca y a la puesta en el mercado de nuevos modelos de gran interés. De esta colaboración, que aún continúa, nació también el nuevo tintero portátil del maestro: el Pineider Pen Filler.
El tintero portátil de Visconti aún puede comprarse por unos 70 euros aproximadamente, mientras que el nuevo tintero de Pineider se puede conseguir por menos de 30. Ambos son muy diferentes pero el Pineider conserva y mejora las virtudes de practicidad, comodidad y sencillez de uso que hicieron famoso al de Visconti. El Visconti es más largo pero tiene menor diámetro.
El Pineider se presenta en una sencilla caja de cartón blanco con la información precisa sobre su contenido y especificaciones.
En el interior, la caja aparece dividida en dos compartimentos: uno, para el tintero y otro para un cuentagotas de plástico con instrucciones.
El tamaño del tintero es muy comedido, apenas 10 cm. con todas las piezas montadas. El tintero viene acompañada de un folleto de instrucciones muy bien explicadas, con dibujos y diagramas.
El tintero está compuesto por cinco piezas: un depósito de plástico transparente con rosca, una junta de goma para sujetar la boquilla de la pluma, una funda exterior rígida también con rosca, una interior para cerrar y dejar estanco el conjunto, y una tapa. El tintero se monta y desmonta con mucha facilidad, sin herramientas.
La capacidad máxima del tintero es de 10cc, lo que equivale a 3 cartuchos estándar de tinta aproximadamente. El depósito cuenta con una escala graduada.
Se pueden cargar plumas con sistemas de pistón y con bomba de vacío. Todo el sistema gira en torno a la pieza de goma flexible de color azul. Esta pieza está hueca y sirve para encajar la boquilla y, con ayuda de la funda exterior, apretar el conjunto para hacerlo estanco. Veámoslo con detalle.
El depósito viene de fábrica con la rosca semicerrada. Ello obedece a que al apretarla a fondo, se actúa sobre la pieza azul cuya misión es, como se ha dicho, expandirse y abrazar fuertemente la boquilla de la pluma, creando la estanqueidad necesaria. Si cerramos la rosca cuando no operamos el tintero, la pieza azul estará permanente sometida a la presión de la funda exterior y puede deformarse. Por ello, el tintero debe guardarse tal y como aquí se ve.
Se quitan la tapa y el cierre superior del tintero y se extrae la funda exterior negra. No deben cargarse más de 10 cc.
A continuación, se introduce la boquilla de la pluma en la junta de goma azul. Debe entrar hasta el fondo. Aquí vemos el conjunto sin tinta para apreciar mejor cómo queda.
A continuación, intoducimos la funda exterior negra y la colocamos sobre la rosca. Adviértase cómo en la fotografía aún no se ha ocupado toda la rosca. Esto quiere decir que el conjunto no es estanco todavía.
Seguidamente, se aprieta a fodo la funda exterior hasta agotar toda la rosca. De esta manera, la junta de goma azul se expande y queda firmemente apretada. En ese momento, ya hemos creado una unión estanca y firme, y la pluma no se mueve porque queda literalmente pegada al tintero.
Aquí vemos el conjunto sin tinta para apreciar el estado final antes de comenzar a cargar.
Colocamos el tintero boca abajo de forma que la pluma quede con la plumilla hacia arriba y la tinta del depósito en la parte superior del conjunto. A continuación, giramos el culote del pistón o accionamos el mecanismo de la bomba de vacío, según el caso. El depósito de la pluma se llenará de tinta.
El sistema es cómodo, seguro y muy fácil de operar.
Este tintero es algo más ancho que el de Visconti lo que hace que, por ejemplo, no pueda colocarse fácilmente en un estuche ordinario de plumas. Pese a ello, su reducido tamaño y su estanqueidad asegurada, hacen que pueda llevarse de cualquier manera. El Visconti es más elegante y estilizado pero su funcionamiento no es tan sencillo como el Pineider y, sobre todo, cuesta tres veces más, alrededor de 70 euros.
El nuevo tintero de viaje Pineider es un complemento atractivo, práctico y útil que ayudará a los estilófilos en sus viajes aunque también les permitrá usarlo en el despacho como una alternativa rápida al tintero tradicional.
En un lateral de la caja hay dos agujeros que sirven de medidores para conocer el calibre admitido por el tintero. Si nuestra pluma encaja en cualquiera de ellos, se puede usar con aquél. El tintero admite plumas con boquillas entre 9,5 mm y 13,5 mm. Es decir, se puede usar, desde con una Platinum PTL 5000a, hasta una Montblanc 149
El tamaño del tintero es muy comedido, apenas 10 cm. con todas las piezas montadas. El tintero viene acompañada de un folleto de instrucciones muy bien explicadas, con dibujos y diagramas.
El tintero está compuesto por cinco piezas: un depósito de plástico transparente con rosca, una junta de goma para sujetar la boquilla de la pluma, una funda exterior rígida también con rosca, una interior para cerrar y dejar estanco el conjunto, y una tapa. El tintero se monta y desmonta con mucha facilidad, sin herramientas.
La capacidad máxima del tintero es de 10cc, lo que equivale a 3 cartuchos estándar de tinta aproximadamente. El depósito cuenta con una escala graduada.
Se pueden cargar plumas con sistemas de pistón y con bomba de vacío. Todo el sistema gira en torno a la pieza de goma flexible de color azul. Esta pieza está hueca y sirve para encajar la boquilla y, con ayuda de la funda exterior, apretar el conjunto para hacerlo estanco. Veámoslo con detalle.
El depósito viene de fábrica con la rosca semicerrada. Ello obedece a que al apretarla a fondo, se actúa sobre la pieza azul cuya misión es, como se ha dicho, expandirse y abrazar fuertemente la boquilla de la pluma, creando la estanqueidad necesaria. Si cerramos la rosca cuando no operamos el tintero, la pieza azul estará permanente sometida a la presión de la funda exterior y puede deformarse. Por ello, el tintero debe guardarse tal y como aquí se ve.
Para comenzar a usar el tintero comenzamos por rellenar el depósito con la tinta deseada. Para ello, nos servimos del cuentagotas provisto. Si se desea, se puede utilizarse una jeringuilla.
Se quitan la tapa y el cierre superior del tintero y se extrae la funda exterior negra. No deben cargarse más de 10 cc.
A continuación, se introduce la boquilla de la pluma en la junta de goma azul. Debe entrar hasta el fondo. Aquí vemos el conjunto sin tinta para apreciar mejor cómo queda.
A continuación, intoducimos la funda exterior negra y la colocamos sobre la rosca. Adviértase cómo en la fotografía aún no se ha ocupado toda la rosca. Esto quiere decir que el conjunto no es estanco todavía.
Seguidamente, se aprieta a fodo la funda exterior hasta agotar toda la rosca. De esta manera, la junta de goma azul se expande y queda firmemente apretada. En ese momento, ya hemos creado una unión estanca y firme, y la pluma no se mueve porque queda literalmente pegada al tintero.
Aquí vemos el conjunto sin tinta para apreciar el estado final antes de comenzar a cargar.
Colocamos el tintero boca abajo de forma que la pluma quede con la plumilla hacia arriba y la tinta del depósito en la parte superior del conjunto. A continuación, giramos el culote del pistón o accionamos el mecanismo de la bomba de vacío, según el caso. El depósito de la pluma se llenará de tinta.
El sistema es cómodo, seguro y muy fácil de operar.
Este tintero es algo más ancho que el de Visconti lo que hace que, por ejemplo, no pueda colocarse fácilmente en un estuche ordinario de plumas. Pese a ello, su reducido tamaño y su estanqueidad asegurada, hacen que pueda llevarse de cualquier manera. El Visconti es más elegante y estilizado pero su funcionamiento no es tan sencillo como el Pineider y, sobre todo, cuesta tres veces más, alrededor de 70 euros.
El nuevo tintero de viaje Pineider es un complemento atractivo, práctico y útil que ayudará a los estilófilos en sus viajes aunque también les permitrá usarlo en el despacho como una alternativa rápida al tintero tradicional.
Muy curioso y útil. Yo, cuando viajo, me llevo los socorridos cartuchos o bien un tintero de 30 mls.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, amigo Fausto, y buena solución para tus viajes.Un cordial saludo
EliminarGracias por tu reportaje y el tiempo dedicado.
ResponderEliminarSin ánimo de polemizar, me parece que ese tintero de viaje no es necesario. Cuando se sale de viaje lo más útil es llevar una estilográfica de carga de cartuchos desechables o bien un tintero pequeño por ejemplo de 30 ml (de Herbin, Diamine etc...).
Me parece que ni por el precio ( 30 euros), ni por la necesidad.
Saludos.
Gracias por tu comentario amigo Javier. Tienes razón en cuanto a la necesidad pero, como diría el clásico, lo único necesario en esta vida es la belleza. Tampoco las estilográficas, en realidad son un dechado de utilidad en nuestros días y sin embargo las amamos. Complementos como el tintero aportan algo a esa liturgia del llenado de una pluma que tanto nos gusta y que, a la postre, no deja de ser un sistema algo engorroso y superado, pero, si quieres mi opinión, insustituible. Un cordial saludo
EliminarPerdón por no identificarme, algo fallo. Soy Javier58 en foro estilográficas.
ResponderEliminarEs un placer, estimado amigo
EliminarGracias por unos artículos tan estupendos, y un buen verano a todos pese a las circunstancias.
ResponderEliminarGracias a ti por tu amabilidad, amigo Jose Luis.Feliz verano
EliminarFeliz verano para todos. Tal y como están las cosas necesitamos un inventor que nos devuelva los viajes para que este artilugio vuelva a tener sentido. Fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe haces reir, querido Leonardo. Un fuerte abrazo y feliz verano para ti y los tuyos
EliminarEs sistema práctico y muy cómodo a mi ver. Imprescindible cuando el espacio en el maletero es poco. Usualmente, ese espacio para mí es más que suficiente, por lo que usualmente cargo todo el tintero dentro, con las medidas de seguridad pertinentes. Le veo ventaja a la hora de recargar, ya que al haber poca tinta, es toda una proeza hacer que el plumín se sumerja, y con ese sistema, pues, se facilita. Se agradece la entrada y se envían saludos desde El Salvador.
ResponderEliminarF. Nelson Cabrera.
Gracias amigo F. Nelson, es un placer recibir tu saludo desde mi querido El Salvador que tan buenos recuerdos me trae. Un saludo muy cordial
EliminarGracias Ravenarius. En efecto, la aparición del cartucho ha privado de utilidad a muchos de estos complementos. Solo los viejos estilófilos y los románticos de la carga tradicional podemos exprimir la utilidad de estas cosas. Un fuere abrazo, amigo mío.
ResponderEliminarMuy feliz verano para tí también, Pedro, y gracias por un excelente artículo tanto en texto como en imágenes. Para mí en lo personal, rellenar de tinta mis plumas siempre es un placer, un rato de tranquilidad que disfruto con una sonrisa, para nada lo veo como una carga; de hecho es algo que hago para toda la familia, ya saben en la casa que esa es "tarea de papá". Hace tiempo ví, en algún documental de la BBC, que cuando era aun adolescente, la Reina Victoria viajó tres años conociendo su futuro reino y llevaba consigo un estuche parecido, con tinta, plumillas y palillero. Llevaba así un diario, que por supuesto se conserva. Gracias a esto, para cada mansión donde pernoctó y escribió en su diario, sabemos con quienes bailó, qué cantó (porque en ocasiones lo hacía), sus opiniones personales sobre la gente que iba conociendo y ocasionalmente, hasta lo que comió.
ResponderEliminarSeguramente ustedes, igual que yo, tienen su estilográfica de viaje (yo uso una china, por si se pierde) y dejo mis favoritas seguras en casa.
Gracias por tu amable comentario amigo Julián. Comparto contigo esos pequeños placeres que nos concede la estilofilia y, desde luego, la costumbre de llevar un diario escrito a mano es de las mayores satisfacciones que pueden encontrarse por tan poco dinero... Un saludo muy cordial
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