martes, 20 de febrero de 2024

Cosas por las que se pirran los norteamericanos

En esto de la estilofilia, como en casi todas las aficiones, el curioso lector puede encontrar una inmensa variedad de gustos, tendencias y valores. Pero ahondando un poco más, puede encontrar también sesgos u opiniones que invariablemente sirven a la construcción de una nematología preambular o, por decirlo en otras palabras, de una nebulosa de pensamiento desarrollada en torno la perspectiva de un entorno. Frente a la nematología europea que ha desarrollado sus propios mitos estilófilos hay otras, como la norteamericana, que han creado los suyos. La cuestión es sumamente interesante desde el punto de vista del análisis filosófico y social de nuestra común afición, algo que también interesa a la industria que la sirve, pero que sirve también como divertimento. Esta es la versión que aquí traigo hoy y que se centra en la recolección de algunos de los mitos, gustos o valores, que dominan la estilofilia norteamericana y que, a la postre, la caracterizan y diferencian de otras como la europea o la japonesa. 

No debemos olvidar que Norteamérica ha sido una de las cunas clave de la industria de la estilográfica. Sin Sheaffer, Cross, Waterman o, sobre todo, Parker, no puede entenderse la evolución de la escritura ni su divulgación mundial. Sus desarrollos técnicos y estéticos se convirtieron en verdaderos paradigmas de la industria durante el siglo XX. Su evolución posterior no fue tan exitosa pero la semilla fructificó en la multitud de derivadas que hoy disfrutamos. Algo parecido ocurrió con el mundo del motor, dominado por los Estados Unidos durante décadas, con modelos que iban desde lo práctico hasta lo rocambolesco, e incluso delirante, pero siempre manteniendo un aire de originalidad que los hacía inconfundibles.  

Superada la fase más industrial, en el ámbito de las estilográficas se siguen manteniendo aquellos gustos o valores que la nematología norteamericana creó a lo largo del S. XX y que el lector atento puede encontrar en nuestros días cuando lee los análisis o las críticas que hacen los norteamericanos a las plumas actuales, o se fija  en los productos con más éxito en aquel mercado. Éstas que siguen no son más que algunas notas de buen humor sobre algunos de los principales sesgos de los estilófilos norteamericanos. Todos los tenemos, desde luego, y que nadie busque mala intención en mis palabras. Es, únicamente, una amable y bienhumorada charla entre amigos de uno y otro confín, una broma entre aficionados y, sobre todo, una muestra de agradecimiento y respeto hacia los compañeros que tanto hacen por mantener viva nuestra común afición.


1.- Los puntos finos.

Así como los puntos medios o gruesos suelen venderse más en Europa, el mercado norteamericano siente una especial predilección por los puntos finos o extrafinos. Cuando uno lee alguna reseña o crítica de alguna pluma nueva, los estilófilos norteamericanos se apresuran a averiguar si el modelo cuenta o no con plumines finos, XF, SEF o EEF. Parece que cuanto más agudos mejor. En un país que adora lo grande, veneran, al mismo tiempo, la caligrafía minúscula que les permita escribir Lo que el Viento se Llevó, en una hoja de calendario. 

foto: nibs.com

Tengo amigos norteamericanos a los que les entusiasman las plumas japonesas solo porque en ellas encuentran esos plumines afilados como agujas del estilo saibi togi o su trasunto norteamericano, la ki dame de Danitrio que, para colmo, suelen mandar luego a conocidos nibmeister para refinarlas aún más. El resultado suelen ser auténticos alfileres con los que escribir líneas finísimas. 


foto: ukfountainpen.com

En este orden de cosas, es curioso comprobar cómo en las pruebas de estilográficas suele incluirse la escritura en reverso, consistente en escribir con el plumín al revés, ejercicio del todo inexplicable que parece estar relacionado con esa exacerbada pasión por los puntos super extra finos.

2.- Los puntos itálicos o stub.

Los EEUU son un país de contrastes. Junto a los puntos extrafinos, los estilófilos norteamericanos adoran los itálicos o stub extremos. Pero como la oferta estándar no es excesiva, hay infinidad de aficionados que buscan expertos que se los hagan y, luego, poder mostrar las fenomenales mutilaciones a que han sometido sus plumines originales, sólo por tener a su disposición una verdadera paleta. A ello sirve un notable número de artesanos nibmeister especializados en el corte y pulido de puntos estándar. No olvidemos que el tuning, o adaptación del producto al usuario final, nació precisamente en América. Estos nibmeister, nada baratos por otra parte, acometen cualquier desafío y son capaces de llevar a cabo todo tipo de prodigios en el tallado, corte y confección de plumines a la medida del gusto de sus clientes. 

foto: FPN.com

EEUU es un país que ama lo grande. Les gustan los coches grandes, los 4X4 enormes y hasta los camiones para hacer carreras. Adoran las hamburguesas gigantescas, las sopas como baldes y las raciones inacabables. Desde un principio, Estados Unidos fue grande: en tamaño, en oportunidades y en aspiraciones. Y esta grandeza se arraigó en el tejido de la nación, impulsándola a superar constantemente sus fronteras y redefinir sus límites. La combinación de los vastos recursos de la nación, la creencia en un potencial ilimitado, así como el pode económico, se han unido para crear una cultura que no sólo tolera la grandeza y lo excesivo, sino que los celebra. El tamaño y la escala de las cosas en los Estados Unidos no sólo reflejan su geografía y su recursos, sino que se han convertido en el emblema de su identidad nacional y en un símbolo de éxito.

foto: ukfountainpen,com

foto: ebay

Es el país de lo XXXXL y en materia de plumines itálicos, no hay mayores ejemplos del exceso que algunos ejemplares que se pueden encuentran allí y que algún caso son auténticas mutilaciones. No es que sirvan para mucho, más allá de la caligrafía artística o la rotulación, pero sus propietarios norteamericanos los exhiben con el orgullo de su singularidad y, en ocasiones, de su desafío a la lógica.

3.- Los cuentagotas

No importa qué pluma sea ni de qué modelo se trate; no hay análisis de estilográfica nueva en la que el probo informante norteamericano no se pregunte si la cosa puede transformarse en cuentagotas. ¿Por qué motivo? Para el escaso volumen de escritura actual, el depósito de una pluma de pistón normal puede durar semanas. Para quien únicamente firma o corrige exámenes, meses. ¿Por qué el aficionado norteamericano medio quiere contar con una reserva de tinta que, normalmente, no agotará jamás? ¿es una reminiscencia del depósito de sus voraces automóviles? ¿Una exhibición de poder? . 

foto: unsharpen.com

Pues bien, si tal conversión fuera posible, el citado aficionado procederá de inmediato a convertir su práctica pluma en cuentagotas aunque ello suponga cambiar piezas, incorporar juntas tóricas extra, obturar algún agujero de respiración o teñir por completo el cuerpo de su preciada estilográfica. La capacidad es lo que cuenta.

foto: amyspeight.blogspot.com

Venerables modelos perfectamente funcionales son transformados en cuentagotas e incluso hay aficionados que aconsejan qué estilográficas son preferibles para esta operación y cómo llevarla a cabo con éxito.

4.-  El color azul.

Es muy genérico, desde luego, pero las versiones azules de las plumas norteamericanas, son las primeras que invariablemente se agotan. En los catálogos en línea, se puede apreciar que las superventas son, casi siempre, las de color azul en sus numerosas variedades. Norteamérica es un país teñido de azules, índigos, zarcos, garzos y azulones. Lo propio acontece con las tintas, en una gama casi infinita de variedad de azul, especialmente el teal o mezcla de azul y negro que se ha convertido en todo un signo de identidad de la industria clásica norteamericana.

foto:reddit
foto: fontoplumo

Les daré algunas ideas: la sangre azul significa aristocracia. El azul es santidad en el judaísmo, patriotismo en muchas banderas y el color del liberalismo en EEUU. El azul es el color de la confianza, la fiabilidad y la profesionalidad. Por esa razón, muchas empresas norteamericanas utilizan el azul en sus logotipos (Walmart, Facebook, Ford, Dell, American Express...). Para colmo, el azul frena el apetito y  aumenta la productividad, por lo que es el color más utilizado en las oficinas.

5.- Los plumines flexibles

Es todo un paradigma. Sea lo que sea y para lo que sea, no hay análisis norteamericano de plumas que no haga referencia a si el plumín es o no flexible, y si lo es, hasta qué punto puede doblarse, siendo preferible que, en última instancia, pueda llegar a pintar como una brocha. También en este caso, hay numerosos especialistas artesanales en la creación o transformación de plumines estándar en otros tan flexibles que parecen hechos de goma y sus orgulloso propietarios los exhiben escribiendo como si lo hicieran con un pincel, apurando la presión sobre el papel hasta límites obscenos.

foto:nibs.com

Ya he tratado esta cuestión anteriormente y aún hoy sigo sin comprender por qué la flexibilidad de los plumines continúa siendo, especialmente en EEUU, un factor tan positivo a la hora de valorar un plumín. Fuera de los dibujantes o los escritores de caligrafía Spencer o inglesa antigua, no creo que la flexibilidad aporte muchas cosas positivas a la escritura diaria. Se pretende emparejar la flexibilidad con la suavidad o la fluidez del trazo, pero esta es una relación que no es siempre correcta. Cuando uno escucha hablar a un entusiasta norteamericano de la flexibilidad extrema, parece estar escuchando a quien compara la amortiguación de un Rolls Royce con la de un carro segoviano de bueyes.

foto:leighreyes

En realidad, la flexibilidad solo ayuda a ejecutar variaciones en el trazo en ciertas manos, especialmente lentas y floridas. Para una escritura normal, sobre todo si es rápida, constituye, me temo, una particularidad muy poco práctica. Un plumín itálico o un japonés especial casi pueden conseguir la misma variación de trazo con mucha mayor versatilidad y, sobre todo, más velocidad. Pero el mito del plumín flexible sigue alimentando los sueños de muchos aficionados norteamericanos.

miércoles, 7 de febrero de 2024

Jinhao 9016. Un correoso competidor

 A lo largo de 2022 e incluso un poco antes, la marca de estilográficas china Jinhao ha dado pasos muy significativos hacia un catálogo sorprendentemente innovador y, al mismo tiempo, de una sorprendente calidad, Jinhao siempre ha sido una marca puntera en la industria china, pero los nuevos modelos que ha presentado recientemente suponen, a mi juicio, un imparable desafío a la industria mundial. Como veremos en su momento, pero no muy tarde, dos de sus últimos lanzamientos han conmovido a la comunidad estilófila mundial y uno de ellos, si no los dos, puede calificarse sin titubeos como "pluma del año 2022". 

Pero hoy vamos a ocuparnos de una hermana menor, la versión más pequeña de la Dadao 9019, pluma  que analizaremos próximamente y cuya singularidad y características requieren algo más de tiempo. Su versión reducida, denominada Dadao 9016 acaba de llegar al mercado y mantiene la sorpresa y las buenas impresiones que ha provocado su hermana mayor aunque, en este rango de tamaño, no deja de ser una pluma estándar cuyas notas a destacar pertenecen al rango del nuevo sesgo de calidad que la casa china está aplicando a sus nuevos productos.

En muy pocos años, Jinhao ha pasado de ser una casa potente, pero limitada en cuanto a diseño, a una verdadera fuente de novedades, de sorprendente originalidad y más que notable calidad. Siempre manteniendo, desde luego, unos precios muy bajos que la hacen destacar por encima de otros competidores, El proceso de aprendizaje y puesta al día que ha protagonizado Jinhao, la convierten en una verdadera potencia industrial cuyos productos están inundando el mercado con soluciones técnicas serias y originales. En estos términos, me permito decir que la empresa china forma ya parte del reducido grupo de vanguardia de la industria estilográfica. Si al aficionado le llama la atención algo más que la mera repetición de modelos en infinitos colores, la industria china y Jinhao en particular, le deparán muchas y agradables sorpresas. 

Nótese bien que hablo de industria, porque quiero dejar a un lado las numerosas empresas artesanales que han aparecido en los últimos dos años y que aportan diseños muy interesantes y atractivos, si bien de sus soluciones técnicas hay poco de lo que asombrarse. Jinhao, en cambio, es una potente empresa capaz de inundar el mercado mundial con productos de todo rango y no hay más que ver los medios de comunicación que se hacen eco de sus lanzamientos con cada vez mejores valoraciones.

La pluma que nos ocupa hoy tiene un diseño sencillo, limpio de formas y ausente de florituras. Es, como salta a la vista, una versión de las plumas japoneses más clásicas como, por ejemplo, las Namiki actuales de gamas inferiores. Se trata de un diseño simple, intemporal, sin apenas adornos y con formas tradicionales de extremos redondeados. Una pluma de las de toda la vida.

La 9016 es una pluma de tamaño contenido y formas puras. La que aquí presento es roja con fornituras doradas. La pluma se sirve en cuatro colores, blanco, rojo, café translucido, negro y transparente. El rojo tiende hacia el naranja, lo que le otorga mucha calidez. 

Mide 142 mm cerrada, lo que equivale exactamente a las medidas de una Namiki Nippon Art. Equivale igualmente, siendo solo un milímetro más grande, a la Lamy Safari.

La pluma es extraordinariamente ligera, apenas 22 gramos, lo que hace sumamente portátil y segura, ya que cuenta, como veremos, con soluciones técnicas que garantizan su estanqueidad.

Las formas de la 9016 son redondeadas, clásicas y rotundas. El plástico con el que está construida es de buena calidad, aunque sus paredes no son demasiado gruesas, lo cual se aprecia mejor en las roscas y en los labios de las piezas. Aún así, no parece endeble ni quebradiza.

Se trata de un modelo de inyección, lo cual queda al descubierto al apreciar sus extremos, en los cuales se advierten los huecos del proceso de moldeado. Estos agujeros son funcionales, es decir, que permiten pasar el aire hacia el interior. Esto evitará la condensación y los efectos de la presión sobre la pluma cerrada. 

Pese a ello, la pluma muestra algunos detalles de buena construcción como el clip embutido, es decir, que el remate del capuchón no ha sido seccionado para introducirlo y sujetarlo sino que, por el contrario, todo el capuchón está hecho de una sola pieza. El clip se sujeta desde el interior con un tornillo que se puede aflojar o apretar manualmente para desmontar la pieza. La mecanización general de la pieza y la combinación del cuerpo con las roscas doradas es perfecta.

La boquilla es vasiforme y muy cómoda. Cuenta con un labio superior ligeramente abierto que facilita un buen agarre.

El clip es una reproducción de los clásicos Namiki, si bien aquí reza, en vertical, Jinhao, sin escudo ni logotipo algunos. Está muy bien ejecutado y parece un dorado de buena calidad.

La parte baja del capuchón está rematada con un anillo dorado con la leyenda "Jinhao Dadao nº 9016". La inscripción está nítidamente ejecutada. La parte inferior del anillo es más estrecha que la superior, de forma que, una vez cerrada la pluma, se reduce notablemente el escalón de unión entre ambas piezas.

La rosca que une la boquilla y el cuerpo es metálica. No parece bronce ni un latón de calidad, pero tiene un acabado y un mecanizado muy correctos. 

Al final de la rosca se aprecia una junta tórica translúcida, un detalle de calidad que facilita el cerrado estanco de la pluma y, al mismo tiempo, elimina presión mecánica sobre las piezas, evitando que se puedan quebrar por un exceso de fuerza al roscar el cuerpo.

Dentro del cuerpo encontramos la primera sorpresa de la pluma  y que se trata de su convertidor, un modelo totalmente nuevo dotado de un pistón interior de doble labio. 

Para empezar, se trata de una pieza roscada, lo que contribuye a la robustez del conjunto, la estanqueidad de la conexión con el alimentador y la estabilidad del encaje, evitando que el convertidor se desprenda o se afloje accidentalmente.

Pero resulta que, además, se trata de un convertidor singular, con un diámetro superior al de los convencionales, de manera que su capacidad resulta ser netamente superior. Frente a los 0.7 ml de los convertidores estándar, el de la 9016 contiene aproximadamente 2.0 ml lo que es más del doble. A simple vista se nota la gran diferencia de capacidad entre un convertidor estándar y el de la Jinhao.

El convertidor tiene un anillo superior metálico que fija el conjunto con una perilla de accionamiento de plástico transparente estriado. Esto la hace muy ligera aunque puede parecer algo endeble. A cambio, no genera ruido alguno al chocar contra las paredes del cuerpo de la pluma.

El siguiente detalle de interés de sta sorprendente estilográfica es el conjunto del plumín/alimentador. Para empezar, se trata de un cartucho a rosca, al estilo alemán. Esto permite la rápida sustitución del sistema con enorme facilidad. 

Adviértase, además, que el cartucho cuenta con otra junta tórica para garantizar la estanqueidad de la boquilla.

El plumín original es un nº 6 bicolor con chapado en oro de 18K de muy buena factura y atractiva estética. Dentro de la greca decorativa exterior, aparece el grabado "Jinhao", el carro que constituye el logotipo de la marca, y "GP 18K", otro detalle de calidad.

El alimentador es de plástico, generoso, bien aireado y sumamente eficiente.

Una vez desenroscado el cartucho, se pueden extraer fácilmente el plumín y el alimentador que, por cierto, aparecen ligeramente manchados de tinta lo que demuestra que los plumines pasan por algún tipo de control de calidad. Es la primera vez que veo algo parecido en una pluma de este precio.

En esta pluma he querido, no obstante, probar algo diferente y me he decidido por una de los nuevos plumines chinos de tallado especial, similares, dicho sea con el máximo respeto, a los especiales de Sailor. Adquirí uno de acero, sin marca, con forma y tallado de la punta tipo naginata que, por la irrosoria cantidad de 5,6 euros, me iba a permitir probar sus cualidades.


Desmonté cuidadosamente el cartucho y comprobé que el plumín nuevo encajaba en él. Lo hizo perfectamente.


La sustitución del plumín original por el nuevo naginata no supuso el mínimo problema.  Par volver a montar el cartucho solo hay que guiarse por el resalte que hay en el labio de la boquilla. Eso facilita enormemente la alineación del conjunto.


El plumín naginata no se sirve más que en acero sin chapar lo que hace que no case muy bien con las fornituras doradas de la estilográfica. El tallado de la punta remeda muy eficazmente la idea que perfeccionó Sailor con sus plumines especiales y más concretamente, los naginata togi.


Como se puede apreciar, la punta de iridio está tallada en forma triangular, con una base inferior estrecha y alargada, lo que permite que el flujo de tinta sobre el papel varíe en función del ángulo de apoyo. Diría que se trata de un tallado manual, vistas sus microimperfecciones.


Lamentablemente, el naginata no estaba bien ajustado. Para un caudal tan generoso como yo esperaba, su rendimiento era pobre, seco y desesperadamente lento. El problema estaba en los gavilanes así que hube de ajustarlos y, tras un par de breves operaciones, el plumín dió lo mejor de sí, que era mucho.

La escritura con la 9016 y el plumín naginata es una verdadera delicia. Es posible que el plumín no tenga la finura de los Sailor, pero la relación calidad-precio que exhibe es insuperable.

La pluma otorga un flujo imparable de tinta que se convierte en un trazo ancho, húmedo y generoso. Cualquier variación en el ángulo de ataque de la escritura hace que el grosor de la línea varíe enormemente y sin esfuerzo.

En la posición natural de la pluma, el trazo es notoriamente ancho, equivalente a un B europeo, ideal para firmas y notas rápidas. Pero también es capaz de trazar líneas finísimas cambiando el ángulo de ataque.

La considerable anchura del trazo aconseja una escritura rápida en buen papel. Pero siendo capaz de dibujar líneas tan finas, la versatilidad de la pieza resulta extraordinaria.

La extremada ligereza de la estilográfica, la generosidad de la línea que eroga y el tamaño contenido de sus medidas, la convierte en una pieza comodísima de usar y de llevar en la chaqueta, soberbia para quien necesita firmar mucho en movimiento.

La Jinhao 9016 cuesta unos increíbles 6 euros aproximadamente, envío incluido. Por este precio, se consigue una estilográfica de diseño intemporal, sobria, clásica y discreta. Gracias a su magnífico convertidor, su autonomía es muy superior a la estándar; sus soluciones técnicas, siendo una pluma tan barata, revelan un cuidado y una atención insólitos en la industria china hasta hace muy poco; y, para colmo, ofrece un rendimiento de primerísima calidad. Quedan por comprobar, entre otras cosas, su resistencia y su duración, pero, visto el ridículo coste que supone la pieza, son cuestiones realmente menores. Siempre habrá quien le encuentre aspectos a mejorar, desde luego, pero hasta hace muy poco, un modelo de similar rendimiento en el mercado italiano, taiwanés o americano, por citar algunos ejemplos, hacía que la factura superase los 100 euros, como mínimo. En cambio, la relación calidad/precio de esta pieza es, como muchos de los últimos modelos de Jinhao, difícilmente superable. La 9016 no pretende competir con la calidad suprema de las Namiki ni con el esplendor de algunas italianas o norteamericanas de moderno diseño, pero compite en funcionalidad, sencillez, rendimiento y, sobre todo, en precio, lo que la convierte en un espléndido y correoso rival. Yo me las he comprado todas.



martes, 6 de febrero de 2024

El Pajarete regresa

 Mis muy queridos amigos:

Tras mi asistencia al Penshow de Madrid de 2023, donde tuve ocasión de reencontrarme con viejos amigos, adquirí el compromiso moral de retomar mi actividad en este blog. El cambio de trabajo y la ausencia de Madrid complican extraordinariamente mi dedicación habitual, no tanto por el tiempo sino por la limitación de acceso a los medios habituales de información y de comercio. No es fácil recibir ni examinar estilográficas, hay distribuidores que no envían a ciertos países y, en definitiva, resulta complicado mantener una relación efectiva con los medios.

A todo lo anterior se oponen mis ya fervientes deseos de retomar el contacto con la vibrante y creciente comunidad estilófila hispana, Aun en la distancia, sigo con entusiasmo las novedades, los cambios y los descubrimientos habidos en el ámbito de nuestra común afición. Si bien podría decirse que, en general, ha habido pocos cambios radicales en la industria estilográfica, sí se han producido algunos giros interesantes, casi todos provenientes, eso sí, del lejano oriente. Todo un desafío que no  me resisto a seguir desde la primera línea.

Retomo, pues, el timón del blog con la intención de poder ofrecer regularmente nuevas reflexiones. Seguiré algo limitado, me temo, pero adaptarse al medio es deber de los aficionados irredentos. Revisaré poco a poco los comentarios para irlos contestando y que nadie se quede sin respuesta aunque sea algo extemporánea. 

Recibid todos un fuerte abrazo y hasta muy muy pronto