Muchas marcas, incluida Sailor de manera gramaticalmente algo incorrecta, han denominado a alguno de sus modelos "El Rey" o "La Reina". Pero sólo hay, a mi juicio, una pluma estándar que merezca un calificativo mayestático y ésa es la Namiki Lacquer nº 50, o urushi nº 50, que significa lo mismo en japonés. Se trata de un modelo único, bellísimo, gigantesco; no se parece a ninguna otra estilográfica porque todo en ella es singular y, pese a su extremada simplicidad estética, se ha convertido, a mi juicio, en el paradigma del instrumento. En esta entrada tendremos ocasión de conocer más sobre la pluma, en general, y el urushi. Para la siguiente queda un análisis más detallado de esta fabulosa pieza.
En los años en que Japón comenzó a expandirse por Asia, la producción de artículos de lujo se vio severamente recortada de modo que, hasta los años 60 del pasado siglo, el peso cuantitativo de la industria japonesa en el exterior nunca fue muy grande. Las grandes obras maki-e Dunhill-Namiki mantuvieron su prestigio y su demanda, pero siempre en torno a un mercado muy reducido que, en realidad, fue el precursor de lo que luego serían las estilográficas de lujo y la series limitadas de los años 90 en adelante.
Un folleto de la Jumbo 50 de los años 1920.
En 1985, muy lejos ya de los avatares de la posguerra, Pilot decidió recrear sus antiguas plumas de los años 20 para activar el rentable mercado las plumas de lujo. Para ello, la empresa encargó a Sakai Eisuke que creara un prototipo de pluma de gran tamaño, a imagen de algunos de sus antiguos modelos. Eisuke había sido el líder de un grupo de cuatro artesanos que estaban tras algunas plumas anónimas de las décadas de 1970 y 1980. Estas plumas se conocen ahora como Ban-Ei.
Primitiva pluma de Eisuk en urushi. fuente: vintage fountaipen.co.uk
A partir de los prototipos de Eisuke, Pilot retomó la producción de plumas maki-e y urushi, en la línea de las Dunhill-Namiki de la década de 1920, siendo uno de sus primeros modelos una Jumbo n.º 50 basada en el modelo de los años 1920 que había estado en producción unos pocos años antes de las restricciones provocadas por los conflictos bélicos.
fotos: shuumura; FPN
El proceso de lacado consiste en la aplicación de numerosas capas de laca pura, sin aceite, en el objeto base, en este caso, la estilográfica de ebonita A continuación, se pule cada capa con carbón vegetal de albura, el más fino y bien curado llamado roiro zumi. Tras la aplicación y pulido de múltiples capas de laca, la superficie queda terminada. Todo el proceso se denomina roiro urushi shiage que quiere decir acabado con laca sin aceite.
(foto: Pilot)
Como ya sabemos, el urushi es la savia venenosa del árbol de la laca (Toxicodendron Vernicifluum) que crece en Japón, China y Corea. Tiene un color marrón que, al exponerse a la humedad y al aire, se polimeriza formando una sustancia dura y muy resistente, parecida al plástico, El urushi líquido es muy versátil y puede aplicarse a numerosos materiales como madera, metal, tela, resina, cerámica o ebonita. Está muy extendido su uso en edificios históricos de madera.
Debido a su composición química única y en ambientes húmedos, el urushi se endurece por oxidación al entrar en contacto con la humedad del aire. Con el paso del tiempo, su dureza aumenta gradualmente hasta convertirse en un revestimiento muy duradero y casi imposible de desprender. el urushi totalmente solidificado se convierte en un recubrimiento duro e impermeable que protege el objeto recubierto de los efectos de los hongos y las reacciones químicas ambientales debidas al calor o la humedad e incluso a los ácidos cáusticos. También es absolutamente impermeable y muy resistente a la abrasión. La combinación de laca urushi con la ebonita, como hace Namiki, tiene por objeto que la pluma sea ligera a la vez que permanece en perfectas condiciones durante muchísimos años.
Con la exposición natural al aire, las capas de urushi aumentan gradualmente su transparencia y el material desvela poco a poco los matices y la profundidad de los brillantes colores que hay en su interior. Lamentablemente, la exposición prolongada a los rayos UV acaba debilitándolo y decolorándolo. En general, conviene tener la precaución de evitar la luz solar directa, la UV y los halógenos.
El urushi coloreado, como el negro o el shu (rojo), se consigue mezclando pigmentos en el urushi curado.
La Jumbo de los años 20 apenas se había producido, aunque se intentó comercializar para actos corporativos y regalos especiales como los de la famosa empresa Nomura que regaló un ejemplar a sus empleados. De las manos de Eisuke, aquella legendaria Jumbo renació como la actual Lacquer nº 50.
Antiguas Jumbo 50, con y sin anillos. foto: shuumura; FPN
La hoy denominada oficialmente Lacquer nº 50 no debe confundirse con una emperor, pese a que así se las conoce entre muchos aficionados. En Namiki, el nombre emperor, se reserva a las estilográficas con decoración maki-e que, además, no siempre tienen la forma de la 50, con extremos redondeados, sino que cuenta también con extremos truncados en función del motivo de la pieza.
Soberbios ejemplares contemporáneos de Emperor. fotos: Pilot
La Nº 50 viene exquisitamente presentada en una enorme caja de cartón decorado que se abre dejando paso a una pared abatible.
La caja interior, de preciosa madera ligera de pawlonia, está asegurada con un elegantísimo cordón de color violenta anclado a sendas anillas doradas.
Es muy aconsejable guardar la pluma en esta caja de madera para su mejor conservación porque la madera de pawlonia conserva muy bien la humedad ambiental, manteniendo una temperatura fresca y constante.
En el interior de la caja, además de la documentación, se incluye un frasco de tinta negra de 50 ml, un paño de limpieza y un cuentagotas de cristal con la perilla de goma roja. La presentación es soberbia y hace que el proceso de desempaquetado se convierta en una emocionante experiencia.
La primera impresión al contemplar la pluma es indescriptible. La belleza de esta pieza, en su extraordinaria simplicidad, se multiplica por su gigantesco tamaño y por el brillo de la laca roja que lo inunda todo.
La pluma carece por completo de elementos metálicos, aparte del clip. Tampoco hay marcas ni logtipos fuera de los que aparecen en el mismo.
Existe otra versión de este modelo con dos anillos dorados en el extremo inferior del capuchón. Ambos eran, en realidad, los mismos de la vieja Jumbo 50. A finales de 2015, Namiki decidió eliminar de su catálogo el modelo sin ellos pero la presión de la demanda hizo que lo volviera a comercializar de manera que, actualmente, ambos están disponibles.
(foto: Pilot)Para mí, la incomparable belleza del lacado hace preferible el modelo totalmente limpio, sin anillos, como el que aquí se presenta si bien ambos son perfectamente tradicionales. En la que no tiene anillos, solo el clip luce sobre el urushi. La profundidad del color hace que la luz refulja sobre la pluma como un sol de primavera y que existan pequeñas diferencias de brillo y color según el grado de incidencia de la iluminación. Quita el aliento.
El lacado está realizado en un vibrante rojo anaranjado, o bermellón, verdaderamente hipnótico. El brillo de la laca urushi es sobradamente conocido, pero la perfección con que está aplicada a la Namiki parece sobrenatural. No hay un defecto por mínimo que sea; tal pareciera que está hecho a máquina y, sin embargo, todo en esta pluma está realizado a mano.
¿De verdad es tan grande? Aquí la vemos al lado de una Custom Urushi, una pluma de generosas dimensiones, y de una Safari.
Para no hacer demasiado largo el discurso, vamos a dejarlo aquí. Continuaremos con la 50 en la siguiente entrada, no sin antes hacer algunas advertencias y dar algunos consejos sobre el mantenimiento de la laca urushi en estilográficas.
- Evitar la luz solar directa, las lámparas de luz ultravioleta y las halógenas.
- No sumergir en agua durante periodos prolongados de tiempo.
- Guardar las piezas en un lugar oscuro con temperatura constante.
- Evitar los lugares muy secos
- No utilizar detergentes o limpiadores abrasivos.
- No utilizar aceites, abrillantadores o siliconas.
- Limpiar con un paño suave o gamuza y evitar medios que puedan rayar la superficie de la laca
- No utilizar lavavajillas, microondas o frigoríficos.
Esperando haber podido mantener el interés de la comunidad de amigos estilófilos, los emplazo a la siguiente entrada, para conocer más detalles de la urushi nº 50.
Espectacular pieza sin duda.Lamentablemente,yo sólo tengo una 845, así que no puedo hacerme a la idea de la estilográfica en conjunto.
ResponderEliminarEn cuanto a la explicación detallada sobre la técnica de la aplicación de esta laca,me parece de lo más instructiva.
No obstante,está pluma es demasiado voluminosa y excesiva para mí gusto ,y para mi bolsillo mejor no hablar.Así que fanasearé con la Yukari, más contenida de tamaño y precio,y además no carga por cuentagotas.
Un saludo y a la espera de la tercera entrega.
Muchas gracias por tu comentario amigo Marinero. La Yukari también es una pieza más que interesante y no olvides que, entre medias, tienes a la nueva Aya, con el plumín nº 30 de la Custom Urushi. Merece un vistazo. Un cordial saludo
EliminarExcelente entrada. Efectivamente, quien tiene la fortuna de contar en su colección con una de estas maravillas no puede sino cantar sus alabanzas, como es mi caso. Deseando leer la continuación, maestro.
ResponderEliminarEfectivamente, estimada amiga. Tendremos ocasión de seguir disfrutando de esta maravillosa estilográfica. un cordial saludo
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