Continuamos hoy con al análisis detallado de la Lacquer nº 50 de Namiki y comenzaré señalando a los amables lectores que, para apreciar adecuadamente esta pluma, es casi imprescindible hacerlo en persona. Se trata de un modelo cuyas sensaciones son muy difíciles de transmitir a distancia porque su esplendorosa figura requiere una relación inmediata y directa con el usuario. Pocas impresiones de las que inspira esta pluma en fotografía se corresponden con la emoción real de tenerla entre las manos.
La urushi nº 50 es una pluma formidable; sus medidas son apabullantes:
- Largo total cerrada: 17.3 cm
- Largo abierta: 15.8 cm
- Diámetro: 1.4 cm
- Largo del plumín: 3.3 cm
- Peso total: 46 gr.
- Peso sin capuchón: 30 gr.
- Capacidad de tinta: 4.4 - 5.0 ml.
Mucha de la grandiosidad de esta pluma se debe a su capuchón, una gran pieza que se superpone a las líneas del cuerpo y que cubre generosamente la pieza.
El interior del capuchón es totalmente negro y, en su extremo inferior, está forrado de fieltro para evitar que el cuerpo pueda rayarse si alguien decide colocar el capuchón sobre la pluma. Adviértase la delicada perfección del lacado de los bordes.
Cuando se desenrosca, el cuerpo se reduce en 2 cm. y, en comparación, resulta notablemente más reducido.
Aunque lo parezca, la nº 50 no es la pluma más grande del mercado. La Dani Trio Genkai, por ejemplo, la iguala, y varias indias, como la Ranga 9B, la superan. Tampoco su formidable plumín nº 50 es el mayor; el nº 10 de la Magna Carta M1000, denominado nº 10, es netamente más grande, aunque sea de acero, y otros lo igualan como el Yokozuna de Danitrio. Aquí vemos a la nº 50 al lado de una clásica china, la WingSung 590, una pluma baratísima, pero muy apreciada en su día por su enorme tamaño.
El cuerpo de la pluma es un prodigio de elegancia y pureza de líneas. Aunque no lo parezca, el cuerpo está constituido por tres piezas, la boquilla, el cuerpo y el culote de accionamiento del cierre de paso de la tinta. El lacado es tan exquisito que, cuando el culote está cerrado, es prácticamente imposible distinguir dónde está la unión entre las dos piezas.
El culote está unido a una varilla metálica, pavonada en negro, que acciona el obturador de la boquilla. Salvo para efectuar una eventual limpieza del interior del cuerpo, no conviene extraer la varilla en toda su longitud, porque podría romperse.
Recordemos que no se trata de un sistema de carga por pistón, sino de un cuentagotas que se cierra mediante un obturador accionado por el culote. Se trata de un viejo sistema japonés ideado para evitar que un escape de tinta manche la carísima ropa de seda tradicional. Al desenroscar el culote, parecería que se trata de un pistón, pero es simplemente lo que se denomina
one way shutter es decir, un mecanismo de seguridad que permite cerrar por completo el depósito y evitar que la tinta pueda escaparse. Pero este mecanismo de cierre no es una jeringuilla, o sea, es incapaz de absorber la tinta, porque no crea un espacio estanco con las paredes del cuerpo. La carga ha de hacerse con el cuentagotas, llenando el cuerpo puesto al revés. Una vez lleno el depósito, se desenrosca el culote un par de milímetros para garantizar que la tinta pase hasta la boquilla, y la pluma queda lista para escribir.
Aquí vemos el obturador cónico al extremo del cuerpo y el encaje en la boquilla, en forma de cono invertido o embudo. Cuando se aprieta a fondo el obturador con el culote, ambas piezas encajan y se produce el cierre hermético del depósito de tinta del cuerpo.
Adviértase, la extraordinaria calidad de las roscas lacadas y, al final de la rosca de la boquilla, la existencia de una junta tórica que garantiza la estanqueidad del sistema.
El cuerpo de esta pluma es capaz de contener una ingente cantidad de tinta, hasta 5.5 ml, lo cual permite escribir con ella durante largas sesiones.
Todo el interior de las piezas de la pluma está pintado en negro.
El clip es el clásico de Namiki, triangular y rematado con una bolita hueca.
El clip informa de dos cosas: el nombre de marca en su cara exterior y el código de fabricación en la parte superior. En este pieza, es el J444
La boquilla troncocónica goza de un elegantísimo diseño, acabado en un impresionante y estilizado labio inferior de apoyo, perfectamente adaptado a las dimensiones de la estilográfica. Mantiene los dedos del usuario a respetable distancia del papel, teniendo en cuenta, además, la envergadura del plumín, como veremos más adelante. Pero el agarre de la pieza es muy ergonómico, ya que no se necesita hacer presión con los dedos y la pieza puede manejarse con absoluta comodidad.
El plumín de la Namiki es el celebérrimo y ya mítico nº 50 creado a imagen del que llevaba la Jumbo de los años 20 del pasado siglo. Entonces era de oro de 14K mientras que, actualmente, es un monocolor de 18K.
Namiki y Pilot utilizan un sistema de denominación poco convencional. Normalmente, los tradicionales nos. 6,7 y 8, por ejemplo, se refieren al diámetro del alimentador. El plumín de la Montblanc 149 sería, aproximadamente, un nº 9, y el de la Magna Carta M1000, un nº 10. Para Pilot/Namiki, en cambio, el nº 6 estándar equivaldría, más o menos, al nº 10 japonés; el 8 al 20; el 9 al 30 y el 10 al 50. Pero, dejando aparte al Magna Carta, el resto de los plumines actuales palidece frente al nº 50 con sus increíbles más de 3 cm. de largo y 2 gramos de peso en oro. Es un cm. más largo que la boquilla misma.
El perfil del plumín con el alimentador es extraordinariamente elegante.
Aquí vemos al nº 50 junto a un Pilot nº 30 y un Maiora nº 6.
El plumín tiene una forma peculiar, compartida con la Yukari Royale, aunque el de ésta sea más pequeño. Se trata de una pieza más tubular, más estilizada, menos plana y triangular que los otros plumines de Pilot. El agujero de ventilación es alargado.
El plumín es monocolor, puesto que el bicolor se reserva para la serie Emperor. Muestra el monte Fuji con el logo del triángulo dentro del pentágono de Namiki y la leyenda: Namiki 18K 750 junto con la medida entre corchetes.
En un lateral del plumín, aparece el número que refleja la fecha de fabricación. En este caso, 623, lo que significa que la pieza fue fabricada en el mes de junio del año 2023.
Uno de los elementos más característicos de esta estilográfica es su bellísimo alimentador. Se trata de una enorme pieza de plástico a la que se ha aplicado la misma laca que al resto de la pluma, es decir, un rojo bermellón absolutamente perfecto. El alimentador esta diseñado para asegurar un flujo de tinta impecable, húmedo y constante.
La riqueza del lacado y la belleza del conjunto, son extraordinarias.
Suele suceder que, en este primoroso lacado, aparecen algunas microburbujas ocasionadas por las condiciones atmosféricas del lugar en que se guarda la pluma. Namiki no considera que sea un defecto sino un proceso natural. En todo caso y para minimizar este fenómeno, aconsejo conservar la estilográfica en su caja y en lugares que no sean excesivamente calurosos y/o secos.
La Urushi nº 50 es, siempre y en todo caso, una pluma para contemplar y disfrutar. Su belleza y su majestuosa presencia no solo consiguen llamar la atención de todo quien la ve, sino que proporcionan al usuario una hermosa compañía y una experiencia irrepetible. Pese a lo que pudiera parecer, su ergonomía es, sencillamente, incomparable. Me consta que hay quien piensa que las plumas grandes y gruesas solo son sólo apropiadas para manos grandes. En una próxima entrada, casi complementaria de la presente, desarrollaré la tesis contraria.
¿Es una pluma cara? Como todo en el mercado, esta apreciación depende de múltiples factores. Creo firmemente que, cuando uno adquiere una estilográfica como ésta, especialmente si es para usarla, verá inmediatamente reducidas sus ganas de comprar otras. La nº 50 es una pluma inigualable para el uso en escritorio durante largas sesiones de escritura. No hace falta más. Si a ello unimos su singularidad, su inagotable capacidad, su extraordinaria durabilidad y el altísimo nivel de disfrute que proporciona al amanuense, se convertirá en una inversión que satisfará por sí sola las aspiraciones de muchos aficionados. Sin salir de la gama Pilot/Namiki, una Urushi nº 50 para el uso en despacho; una segunda pluma de calidad para llevar en el bolsillo de la chaqueta durante el trabajo diario (una 823, por ejemplo), y algo más ligero y versátil para viajar (una ligera VP Decimo sería un buen ejemplo) cubrirán todas las necesidades del usuario, sin gastos adicionales y sin perjuicio de permitirse algún eventual capricho oriental de ínfimo coste. Todo ese equipo, esta tríada capitolina, no debería superar los 2.500 euros en el peor de los casos. Es una respetable cantidad, sin duda, pero será una inversión para toda la vida. y no hará falta más desde el punto de vista operativo. Otra cosa reza para la estilofilia y el coleccionismo.
Concluyo con una última reflexión económica. Siendo la Lacquer nº 50 una pluma cara, con un precio que gira en torno a los 2.000 euros nueva en el mercado oficial, puede terminar siendo una inversión enormemente rentable, con el beneficio añadido de que mantendrá mucho de su valor en caso de desprendernos de ella en el mercado secundario. Recordemos que hay lista de espera para conseguir una.
Para un estilófilo de pro, la augusta nº 50 seguirá siendo algo más que una pluma; en realidad, será el epítome de todo lo que hace de una estilográfica un indescriptible objeto de deseo.
Gracias a Pepe de Inktraveler por su impagable ayuda para conseguir esta estilográfica.
Preciosa e inalcanzable para muchos...
ResponderEliminarGracias por retomar el blog, Capitán. Le echábamos de menos.
Muchas gracias por tu comentario y tus amables palabras amigo mío. Un cordial saludo
EliminarUna maravilla de pluma y una maravilla de descripción. Es un placer entrar en este blog.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, amigo José Manuel. Recibe un saludo muy cordial
EliminarGracias por la triple entrada sobre Namiki y el fastuoso modelo 50. Pedacito de historia estilográfica. Pieza definitiva y casa definitiva. En mi humilde experiencia nunca me ha fallado ninguna. Desde las Metropolitan a la namiki pasando por varias Custom con varios plumines y sistemas de carga. Por otra parte, no podría estar más de acuerdo con las tres elegidas y el destino de cada una de ellas. Dos ya las tengo, pero para la tercera, la 50 hay que esperar!!! Saludos!!
ResponderEliminarJ.
Gracias por tu comentario, amigo mío. Anímate para adquirir la 50, no te arrepentirás. Un cordial saludo
EliminarGracias por esta serie que has dedicado a la imponente Namiki nº50 Urushi. Es una gran pieza en todos los aspectos. No cabe duda de que es una pluma fetiche en el camino de la estilofilia de muchos, el mío incluido. Más allá se extienden las exquisitas Emperor y otras bellezas que no quiero ni puedo alcanzar, la nº50 es mi limite.
ResponderEliminarGracias a ti por el comentario. Confío en que pronto puedas disfrutar de esta pieza. Un cordial saludo.
EliminarEstimado Pedro.
ResponderEliminarQuiero corroborar tu última reflexión económica que haces en esta estupenda revisión. He aprendido por tu artículo que el número que aparece en el plumín de 18k pertenece al mes y año de fabricación. En el mío está grabado el 719 o sea que se fabricó en julio de 2019. Yo la compraría a finales de ese año o primeros de 2020. En el capuchón tiene dos aros de oro por lo que me salió algo más cara. Aún así me costó 1.300 €. Según he visto por internet esta a 2300€, sin los anillos del capuchón.
En cualquier caso es desde luego impresionante, llamativa, espectacular como bien dices.
Ahora me ha surgido una duda. La compré como la Emperor Urushi bermellón. En las fotos la veo igual que esta Lacquer nº 50 a excepción de los dos anillos del capuchón. Son la misma pluma?
Soy un asiduo lector de tus artículos y me ha dado una gran alegría leer tu maravilloso análisis y examen de esta pluma.
Gracias y que sea enhorabuena tu regreso.
Un cordial y afectuoso saludo.
Estimado amigo Luis. Muchas gracias por tu comentario y tus amables palabras. Te felicito por poseer esta pluma tan especial. Como bien dices, Namiki ofrece este ejemplar en dos versiones: con y sin anillos. La estilográfica es exactamente la misma. El precio, según me parece, es también el mismo y la denominación oficial, idéntica: Lacquer nº 50 , si bien cada comercializador le pone el nombre que le parece, generalmente añadiendo el "Emperor" que, como dije en el cuerpo de la entrada, es incorrecto. Como bien has percibido, hay una cierta variación de precios, desde los 1500 euros en los que, más o menos, puede conseguirse en Japón (sin impuestos), y los 2500 en que puede encontrarse en ciertos países con gastos de distribución e impuestos más altos. El precio medio, por lo que yo he visto, ronda los 2000-2200 euros, con un tiempo de espera de 6 meses aproximadamente, a menos que el distribuidor tenga stock, cosa poco habitual.
EliminarEspero haberte sido útil. Un cordial saludo amigo mío
Estimado Pedro:
ResponderEliminarMe alegra enormemente que haya decidido retomar sus análisis en este maravilloso blog que nos permite conocer y apreciar grandes joyas como esta Namiki.
Si me permite “aprovecharme” de sus conocimientos, me gustaría conocer su opinión acerca del funcionamiento del cuenta gotas en este modelo de pluma, he leído un par de blogs antiguos suyos en el que describía el funcionamiento del sistemas cuentagotas: sus bondades y defectos, quisiera saber si en el caso de la Namiki se han solucionado y carece de los problemas que comentaba: importancia de tener un mínimo de 1/3 de la capacidad del depósito lleno (difícil de calcular en este caso al no ser transparente), problemas de flujo tras períodos largos de escritura, descargas inesperadas de tinta a través del alimentador, riesgo de fugas, etc.
Muchas gracias de antemano por sus comentarios y reciba una merecida enhorabuena por sus análisis.
Gracias por su comentario, estimado amigo. El funcionamiento del cuentagotas de la Namiki participa, en esencia, de las mismas ventajas e inconvenientes de los de su género, aunque hay mejoras evidentes: el sistema de bloqueo elimina, por ejemplo, el riesgo de pérdida de tinta en reposo. Al mismo tiempo, siendo el depósito de gran capacidad, las diferencias de temperatura tardan más en producirse. Cuanto mayor volumen de liquido, mayor el tiempo que necesitará para variar su temperatura. No he encontrado problemas de flujo por tiempos de espera largos sin usarse y tampoco descargas repentinas de tinta, si bien confieso que nunca he apurado la tinta hasta el final. Me atrevería a decir que la calidad de la ebonita y el formidable aislante que proporciona el urushi son elementos que minimizan los riesgos antedichos. Finalmente, la dificultad de calcular el nivel real de tinta por falta de ventana es, desde luego, evidente y no veo manera de solucionarlo. Debo decir, no obstante, que no se han registrado problemas en los numerosísimos informes y revisiones publicadas sobre esta pluma, lo cual permite suponer que no se producen o no son habituales.
EliminarHola, me he quedado impresionado con esta pluma y también me ha gustado esa tríada capitolina de plumas que has señalado al final de la entrada.
ResponderEliminarMe gustaría, si es posible, conocer esa tríada capitolina de plumas para esos usos en alguna otra marca.
Muchas gracias y me alegro mucho de volver a leerte. Un saludo.
Gracias por tu comentario, estimado amigo. En respuesta a tu interés, me permito citar algunas marcas alternativas para creación de tríadas. En Sailor, la KOP, una 1911 Large, y una PG estándar. En Pelikan: una M1000, una M600 y una M200. Lamy: una Emporium, una 2000 y una Dialog. Delta: una DV Oversize, una Lapis y una Duna. Graf von Faber Castel: cualquier Pen of the Year, una Classic y una Tamitio. La lista sería interminable aunque verás que, fuera de algunas de estas marcas, lo ideal es combinar diferentes fabricantes para cada función porque hay fabricantes especializados en plumas grandes de escritorio que carecen de modelos buenos para viajar, y viceversa. Pero estos ejemplos te darán una idea. Un cordial saludo
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