Plumas Artesanales: Clavijo

Hoy en día, hay una categoría rampante de plumas: las hechas a mano artesanalmente, a medida de los gustos del cliente o en catálogos muy cortos con escasos modelos. Existen  infinidad de pequeños talleres de donde salen numerosas plumas en tiradas muy restringidas o exclusivas para quien las encargue. La mayoría son de calidad mediocre, especialmente si están construidas en madera, que es lo más habitual pues hay empresas que venden equipos completos para que los aficionados puedan montar su propio taller.

Encontrar fabricantes artesanales de calidad es más difícil porque ello requiere trabajar con materiales más complejos o delicados y tener, sobre todo, la capacidad necesaria para diseñar plumas estéticamente atractivas. En España, hay tres talleres artesanales especialmente destacados: Romillo, Gimena y Clavijo.

Romillo comercializa plumas de calidad con bellos acabados y -esto es lo más destacable- con hermosos plumines totalmente artesanales. Las plumas son extraordinariamente elegantes y de líneas depuradas. Sus tarifas son, en cambio, relativamente elevadas.

(foto:Romillopens)

Gimena es otra marca de calidad y precios respetables. Ofrece modelos muy interesantes de diseño francamente original. Comparte con las Romillo el gusto por la pureza de líneas y las formas elegantes, nada recargadas. Los plumines, por su parte, son Jowo aunque están grabados con el logo del fabricante.

(foto: Gimena)

El tercer fabricante artesanal digno de reseñar es el autor de la pluma que ahora presento: Clavijo es un aficionado a las estilográficas con una impresionante habilidad para trabajar materiales tan especiales y delicados como la ebonita. Sus obras son verdaderos alardes de precisión teniendo en cuenta que apenas cuenta con otros elementos aparte de su habilidad. Con ella y un torno, es capaz de producir ejemplares de rara perfección. Para colmo, sus tarifas son muy asequibles.

Hace algún tiempo, me ví con la boquilla sobrante de una Pilot Sterling y me puse en manos de Clavijo para encontrar un cuerpo con el que utilizarla. La idea era conseguir una pluma armoniosa en la que primera la pureza de líneas sobre cualquier otro concepto dado que debía hacer juego con el prominente plumín encastrado de Pilot y su evidente raíz japonesa.

Clavijo se puso manos a la obra y, al cabo de un tiempo, me entregó una pluma de tamaño respetable pero sorprendente ligereza de líneas gracias a sus extremos decrecientes. Fabricada íntegramente en ebonita negra torneada a mano, ha extraído todas las cualidades del material para hacerlo tan brillante como si estuviese lacado.

El cierre del capuchón, realizado a rosca, encaja perfectamente con el cuerpo a una distancia mayor hacia su extremo, haciendo fácilmente identificable qué parte de la pluma corresponde al cuerpo y cual al capuchón.

El escalón que se aprecia entre el cuerpo y la rosca está situado tan arriba que no estorba en absoluto la sujeción de la pluma por la boquilla.

La pieza carece de cualquier adorno metálico, clip o arandela. Solo la ebonita y el brillo que enmarcan el oro del plumín. El resulta es de una limpieza y elegancia verdaderamente sobresalientes.

El mecanizado de la rosca es preciso y perfecto. Las paredes de la pluma son ricas y gruesas, transmitiendo una gran solidez y sensación de resistencia.

Los extremos de la pluma son pequeños conos muy achatados que apenas añaden relieve a la longitud total de la estilográfica. El conjunto es visualmente muy limpio y estilizado, resaltando el lanzamiento visual del plumín hacia el extremo del cuerpo.

El acaabado de la ebonita es magnífico y el pulido revela su perfección.

El trabajo de Clavijo con esta pluma me parece especialmente relevante dada su naturaleza absolutamente artesanal pero con resultados perfectamente homologables a otras marcas muy conocidas que, sin embargo,  no superan esta magnífica obra en ebonita.