Durante un reciente, aunque breve, viaje a Portugal, tuve la oportunidad de encontrarme con Carlos Cal Brandão un estilófilo de pro que, fiel a los viejas tradiciones de los caballeros lusos, ejercita su afición con la elegancia y la dedicación que cualquiera puede apreciar en su blog "Canetas e Coisas". Carlos es un gran coleccionista de plumas antiguas y, durante nuestro breve pero intenso encuentro, tuvo la enorme amabilidad de obsequiarme con la pluma que hoy presento, una Waterman Safety de los años 20 del pasado siglo.
Waterman fabricó enormes cantidades de estas plumas durante los primeros 30 años del sigo XX. Fué, de hecho, la marca dominante del mercado mundial de la época. Sus modelos eran de diseño relativamente sencillo aunque se ofrecía una auténtica multiplicación de opciones para el usuario. La mayoría de las Waterman fabricadas hasta 1930 se numeraban en el extremo del cuerpo con un número que identificaba el modelo. En las unidades, aparecía el tamaño del plumín y en las decenas, el tipo de carga, así:
Tapón recto, cuentagotas (straight-cap eyedropper) 0
Tapón a presión, cuentagotas (slip-fit, eyedropper) 1
Tapón tronconónico, cuentagotas (tapered, eyedropper) 2
Seguridad (safety) 4
Palanca (lever-filler) 5
Palanca con tapón a presión (lever-filler, slip cap) 6
Tapón roscado, cuentagotas( Screw-cap eyedropper) 7
A estos dos guarismos se sumaba, en las centenas, el correspondiente al recubrimiento de cada pluma, si éste era el caso. Desde el 5 que corresponde a un overlay completo en oro macizo, hasta el 8 que indicaba un anillo del mismo metal. Así pues, una Waterman 542 indicaba una pluma de seguridad recubierta de oro y plumín de tamaño 2.
A veces, hay otros indicadores como modelos delgados o slender (1/2) y de bolsillo o short (V)
A partir de 1940, el sistema de códigos cambió en las Waterman fabricadas en Inglaterra. También los catálogos franceses mostraban algunas particularidades.
La pluma que muestro es una 42 de los años 20 del pasado siglo, es decir, una safety con el plumín del número 2. Las plumas de seguridad se crearon para evitar daños en los plumines y Waterman fue el epítome del sistema durante el primer cuarto de siglo en todo el mundo.
En esencia, se trata de un mecanismo interior que permite hacer avanzar o retroceder el plumín. Además, en su máxima extensión hacia afuera, hace tope con un sello interior que impide que la tinta se salga. Por el contrario, cuando el plumín está retraído el máximo, el depósito queda abierto y es entonces cuando puede recargarse de tinta. Hay que tener cuidado entonces para que la pluma quede siempre en posición vertical porque, de otro modo, la tinta puede salirse.
Las líneas de la pluma son muy limpias y funcionales. El cuerpo es totalmente cilíndrico excepto en la parte de la boquilla y en el extremo superior que se estrecha hacia el culote. El capuchón es igualmente cilíndrico. Ambas piezas están adornadas con unas incisiones regularmente ordenadas que apenas se aprecia dado el desgaste sufrido por esta pluma a lo largo del tiempo. Aún así, su estado general es formidable puesto que no presenta el mínimo defecto o rotura.
El plumín se acciona girando un elegante disco resaltado que está situado al final del cuerpo. El mecanismo se encuentra en perfecto estado.
La 42 está fabricada en ebonita, material tradicional de la época que, como sabemos, se ve afectado por los rayos UV y el agua. La larga vida de este ejemplar se refleja en un cierto amarronamiento del original color negro.
En el centro del cuerpo, se puede ver la inscripción original de la marca, hoy algo desdibujada, aunque perfectamente legible. En el centro del logotipo, se pede ver el famoso círculo que contiene la palabra "Ideal".
La 42 es una pluma de tamaño mediano, extraordinariamente ligera.
Uno de los rasgos estéticos más reconocibles de estas plumas es su pequeño capuchón. Su función es cerrar y proteger el extremo inferior del cuerpo, impedir posibles fugas de tinta y facilitar el transporte mediante un clip tan extraordinariamente reconocible como el de Waterman. El de esta 42 se conserva en magnífico estado.
La rosca del cuerpo donde se fija el capuchón es muy corta y estilizada, situada casi junto al labio del extremo inferior.
El plumín no es original. En este caso, la pluma porta un Curvex norteamericano chapado en oro. El deterioro de los plumines originales, generalmente muy flexibles, era algo frecuente en estas plumas por lo que se procedía a su sustitución. Lo mismo se hacía en cuanto a otros elementos rotos o deteriorados, lo que deriva en la infinidad de modelos con piezas de diverso origen que se pueden ver en el mercado secundario. Recuérdese que una estilográfica era un objeto caro que debía durar toda una vida. Adviértase la peculiar forma de cuchara de la punta del plumín.
De la extraordinaria calidad y buena construcción de estas pluma da fe el buen número de ellas que aún pueden encontrarse en el mercado.
Por mi parte, solo resta dar las gracias más efusivas al gran estilófilo Carlos Cal Brandão por este regalo, por su siempre interesante trabajo y por su generosa amistad.
Muito obrigado e até já, meu amigo.
Waterman fabricó enormes cantidades de estas plumas durante los primeros 30 años del sigo XX. Fué, de hecho, la marca dominante del mercado mundial de la época. Sus modelos eran de diseño relativamente sencillo aunque se ofrecía una auténtica multiplicación de opciones para el usuario. La mayoría de las Waterman fabricadas hasta 1930 se numeraban en el extremo del cuerpo con un número que identificaba el modelo. En las unidades, aparecía el tamaño del plumín y en las decenas, el tipo de carga, así:
Tapón recto, cuentagotas (straight-cap eyedropper) 0
Tapón a presión, cuentagotas (slip-fit, eyedropper) 1
Tapón tronconónico, cuentagotas (tapered, eyedropper) 2
Seguridad (safety) 4
Palanca (lever-filler) 5
Palanca con tapón a presión (lever-filler, slip cap) 6
Tapón roscado, cuentagotas( Screw-cap eyedropper) 7
A estos dos guarismos se sumaba, en las centenas, el correspondiente al recubrimiento de cada pluma, si éste era el caso. Desde el 5 que corresponde a un overlay completo en oro macizo, hasta el 8 que indicaba un anillo del mismo metal. Así pues, una Waterman 542 indicaba una pluma de seguridad recubierta de oro y plumín de tamaño 2.
A veces, hay otros indicadores como modelos delgados o slender (1/2) y de bolsillo o short (V)
A partir de 1940, el sistema de códigos cambió en las Waterman fabricadas en Inglaterra. También los catálogos franceses mostraban algunas particularidades.
La pluma que muestro es una 42 de los años 20 del pasado siglo, es decir, una safety con el plumín del número 2. Las plumas de seguridad se crearon para evitar daños en los plumines y Waterman fue el epítome del sistema durante el primer cuarto de siglo en todo el mundo.
En esencia, se trata de un mecanismo interior que permite hacer avanzar o retroceder el plumín. Además, en su máxima extensión hacia afuera, hace tope con un sello interior que impide que la tinta se salga. Por el contrario, cuando el plumín está retraído el máximo, el depósito queda abierto y es entonces cuando puede recargarse de tinta. Hay que tener cuidado entonces para que la pluma quede siempre en posición vertical porque, de otro modo, la tinta puede salirse.
Las líneas de la pluma son muy limpias y funcionales. El cuerpo es totalmente cilíndrico excepto en la parte de la boquilla y en el extremo superior que se estrecha hacia el culote. El capuchón es igualmente cilíndrico. Ambas piezas están adornadas con unas incisiones regularmente ordenadas que apenas se aprecia dado el desgaste sufrido por esta pluma a lo largo del tiempo. Aún así, su estado general es formidable puesto que no presenta el mínimo defecto o rotura.
El plumín se acciona girando un elegante disco resaltado que está situado al final del cuerpo. El mecanismo se encuentra en perfecto estado.
La 42 está fabricada en ebonita, material tradicional de la época que, como sabemos, se ve afectado por los rayos UV y el agua. La larga vida de este ejemplar se refleja en un cierto amarronamiento del original color negro.
En el centro del cuerpo, se puede ver la inscripción original de la marca, hoy algo desdibujada, aunque perfectamente legible. En el centro del logotipo, se pede ver el famoso círculo que contiene la palabra "Ideal".
La 42 es una pluma de tamaño mediano, extraordinariamente ligera.
Uno de los rasgos estéticos más reconocibles de estas plumas es su pequeño capuchón. Su función es cerrar y proteger el extremo inferior del cuerpo, impedir posibles fugas de tinta y facilitar el transporte mediante un clip tan extraordinariamente reconocible como el de Waterman. El de esta 42 se conserva en magnífico estado.
La rosca del cuerpo donde se fija el capuchón es muy corta y estilizada, situada casi junto al labio del extremo inferior.
El plumín no es original. En este caso, la pluma porta un Curvex norteamericano chapado en oro. El deterioro de los plumines originales, generalmente muy flexibles, era algo frecuente en estas plumas por lo que se procedía a su sustitución. Lo mismo se hacía en cuanto a otros elementos rotos o deteriorados, lo que deriva en la infinidad de modelos con piezas de diverso origen que se pueden ver en el mercado secundario. Recuérdese que una estilográfica era un objeto caro que debía durar toda una vida. Adviértase la peculiar forma de cuchara de la punta del plumín.
De la extraordinaria calidad y buena construcción de estas pluma da fe el buen número de ellas que aún pueden encontrarse en el mercado.
Por mi parte, solo resta dar las gracias más efusivas al gran estilófilo Carlos Cal Brandão por este regalo, por su siempre interesante trabajo y por su generosa amistad.
Muito obrigado e até já, meu amigo.
Elegante y sencilla, y sí a eso le añadimos que las fabricaban para sobrevivir al primer dueño, me imagino que eran toda una adquisición... Me agrada esa valía de los objetos antiguos, que comparados con los nuevos, (por lo menos en algunos grupos de estilográficas dándole un debido cuidado también pueden sobrevivir al dueño) y eso es más que aceptable. Jajaja no hablemos de celulares, el modelo más reciente en horas pasa a ser obsoleto, y en cuanto a funcionamiento, con la obsolescencia programada, tal vez en este momento este utilizando el último suspiro de mi móvil. Elegante y sencilla, su sobriedad me gusto. Un claro ejemplo de que algunas cosas deben existir por siempre. Saludos Capitán.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Miguel. En efecto, es una pluma que no pierde atractivo con el paso de los años. Un fuerte abrazo.
EliminarInteresante belleza con ingenioso sistema de plumín retráctil, que es más bella si se toma en cuenta los años que han pasado. Son de esas cosas inmarcesibles que se hacían para satisfacer la necesidad de algo mejor. Muy bello regalo de tu amigo Carlos y, gracias por compartirlo Pedro.
ResponderEliminarGracias a ti por el comentario, Leonardo. Un fuerte abrazo
Eliminarpuede hablarnos de la waterman Phileas ?
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