domingo, 18 de mayo de 2014

Presentación: Omas 50 aniversario D-Day, Edición Limitada. Una historia con final feliz.

Érase un viaje de estudios y pasaron veinte años.

En Julio de 1994 me encontraba en París. Preparaba por entonces un trabajo académico y había viajado hasta La Sorbona para recopilar información.

Era un Julio lluvioso,  oscuro, típico de ese París real  que todo el mundo cree perpetuamente soleado y cubierto de flores, sin darse cuenta de que ése es el recuerdo de una postal y de las películas de Chevalier, pero en el que, de verdad, llueve 300 días al año y corre un aire frío y húmedo que corta el aliento.

Cruzando el Pont au Change que conduce al Quartier Latin desde Les Halles, se adentra el viajero en el Boulevard Saint-Michel camino de la Sorbona. El Bulevar es el corazón del barrio latino; lleno de librerías, papelerías y cafetines repletos de estudiantes y aficionados románticos tardíos a un París universitario y contracultural siempre nostálgico del 68.



En el propio Bulevard, muy cerca de la Universidad había -quizá aún siga ahí- una papelería en cuyo escaparate se presentaban diversas estilográficas. Allí la ví.

Me llamó la atención por el extraño color verde, por la caja metálica y por no parecerse a ninguna de las Omas que conocía. Era el modelo que la firma había concebido para conmemorar el 50 aniversario del Día D, o Desembarco de Normandía, que se había celebrado con toda pompa el 6 de junio de 1994. Precisamente el desfile militar de aquel 14 de Julio había contado con una nutrida participación de diversos soldados de los países que habían intervenido en el desembarco,  además de veteranos y otras personalidades históricas.

La Omas D-Day  era la única pluma que conmemoraba el evento y se mostraba en aquél escaparte del Boulevard rodeada de banderas y símbolos nacionales franceses e internacionales. Para Francia, no es necesario explicarlo, el Día D tiene un significado muy especial pues supuso el fin de la ocupación alemana y el comienzo de la caída del nazismo.

La pluma no era demasiado cara, pero aquél no era un viaje de placer ni la dieta del viajero daba para otras inversiones que no fueran el menú del día y los reconfortantes cafés de la tarde. Así que, resignado a la simple admiración del objeto, pasé de largo ése día y otros más en los que siempre, furtiva pero invariablemente, acariciaba con la mirada aquella extraña pluma asomada al Boulevard.
Pasaron los años, muchos, y no olvidé aquélla estilográfica del escaparate. Volví a verla por internet, a precios cada vez más altos, hasta que acabó por desaparecer del mercado aunque no de las colecciones donde pude leer los comentarios de algunos aficionados que la compraron en su día o que habían conseguido de segunda mano.

Hace pocos días la volví a ver. Nueva. Escondida en los anaqueles de una papelería que liquidaba por cierre. Sometida con crueldad a la exposición a las luces de una estantería de metacrilato durante décadas, pero intacta. No salía de mi asombro. Mi Omas D-Day, del Bd. Saint-Michel a Madrid, veinte años más tarde y a precio de saldo. Por supuesto que la compré. Más barata de lo que costaba en 1994. Por fin en mis manos.

Esta es la historia y ahora, veamos los datos.


Omas D-Day, una pluma singular.

La D-Day es la única pluma, que me conste, realizada para conmemorar el Desembarco de Normandía. Omas decidió honrar el quincuagésimo aniversario con una edición evocadora y simbólica, para rememorar un acontecimiento que España apenas tiene relevancia pero al que Europa, y Francia en particular, otorgan un significado histórico de primer orden. Hasta los modernos alemanes lo celebran.


Al Día D se asocian sentimientos agridulces pues la Batalla de Normandía, considerada en su conjunto, costó la vida, según Beevor, a 200.000 soldados aliados, 240.00 alemanes y 70.000 civiles franceses. La liberación de Francia tuvo un pavoroso coste. La edición de Omas quiso ser, sobre todo, un homenaje a los soldados y, por tanto, prescindió de florituras y de cualquier tipo de lujo o exceso, para diseñar un modelo sobrio, práctico, de inspiración militar, como una herramienta de la época. Optó así por el sencillo modelo Ojival en lugar del multifacetado Paragon. El color elegido fue el verde militar de los uniformes de camuflaje y el capuchón, de latón rodiado mate, sin adornos, como las piezas metálicas militares que evitan los brillos.
El plumín es igualmente sencillo, simétrico, en absoluto recargado.
Acostumbrados a las flamboyantes presentaciones de las ediciones especiales, esta pluma resulta impresionantemente sobria. con excepción de los detalles dorados del clip y el anillo del capuchón, el resto es casi un instrumento de campo.

Todos es simbólico.

Se fabricaron 5.300 ejemplares que es el número de naves que intervino en el desembarco. Los colores de la caja exterior de cartón son el verde, el azul oscuro y el azul claro. El primero simboliza la tierra, el segundo el mar y el tercero el cielo. Tiene también una cinta en rojo, blanco y azul, los colores básicos de las banderas de los aliados. En el azul claro aparece el lema "Pour la liberté"



La caja interior es de aluminio y consiste en la reproducción de una pequeña caja militar con material de primeros auxilios que llevaban los soldados norteamericanos y que usaron no sólo en la II Guerra Mundial sino en Corea y Vietnam. La cajita es muy resistente, y en el interior aparece otra vez la inscripción "Pour la Liberté", además de una pequeña funda de cuero de color gris, exactamente el de reglamento en la marina norteamericana.




Características.

La D-Day es, en cuanto a su forma básica, una Ojiva fabricada en resina vegetal color verde oliva militar. El capuchón consiste en una lámina de latón rodiado mate sobre resina verde que puede verse desde el interior. El plumín de oro, muy sencillo y de tamaño comedido, solo está decorado con la flecha y el nombre de la marca.




En el cuerpo de la pluma aparece inscrita la leyenda "Omas Extra" y en la boquilla, longitudinalmente, el número de ejemplar en la edición, en mi caso, el 1.307.



En lugar de la greca tradicional de Omas en el capuchón, la D-Day contiene únicamente la inscripción "D-Day 1944-1994".
Tampoco encontraremos el tradicional clip con ruedecita de Omas sino uno liso al estilo americano al que pretende homenajear.
El alimentador es de ebonita, lo que garantiza un flujo correcto.



El sistema de llenado es el tradicional pistón de Omas, con un funcionamiento impecable y gran capacidad de tinta.

Conclusión.

Omas hizo un gran trabajo con esta pluma. Se apartó de los lujos y las excesos tan comunes en las ediciones especiales para realizar una estilográfica llena de delicados símbolos con los que homenajear a los que intervinieron en aquella extraordinaria jornada. Es una pieza rara, absolutamente singular por su contenido y por la extraordinaria calidad de sus detalles. Para mí, ha sido el final feliz de una vieja historia que comenzó en París hace veinte años.

"Les sanglots longs des violons de l'Automne blessent mon coeur d'une langueur monotone"







2 comentarios:

  1. Fiesta Nacional francesa y desfile militar 14, no 17 de julio.

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