sábado, 3 de mayo de 2014

Interludio Musical #2. Grandes Bajistas

El Tempo. Ése factor musical esencial adquiere relevancia nuclear en el jazz. El tiempo es la cuadrícula básica sobre la que los demás músicos van tejiendo la melodía abotonada a sus intervenciones. El bajo es la batuta, el guión, el marco armónico del tema. Determina las notas básicas y define la línea. El bajo es el aparato elemental del jazz.
No se sabe quien comenzó a usar el bajo tal y como lo conocemos hoy en día para el jazz. No se sabe, por ejemplo, quien fue el primero que abandonó el arco y comenzó a usar el pizzicato como método habitual para seguir la línea en el contrabajo. Hay muchas leyendas, pero, probablemente, fue una moda colectiva que rápidamente demostró su idoneidad para mantener el tempo y progresar en la riqueza y versatilidad armónica del instrumento.
Siguen cinco grandes bajistas del jazz de todos los tiempos. Cada uno aparece aquí por su especial contribución a la evolución musical de este fascinante género y de este hermoso instrumento.

Jimmy Blanton.

El bajo, tal y como lo conocemos hoy en día, casi lo inventó Jimmy Blanton.  Con él y con Charles Webster en su banda, llegó Duke Ellington a su cima en los años 40.
Blanton fue un pionero en el pizzicato sin olvidar algunos insólitos solos con arco, producto de su formación violinística clásica que utilizó profusamente para convertir al contrabajo en un instrumento solista, algo nunca visto hasta entonces.
Blanton sólo tocó con Ellington 2 años. A los 23 murió de tuberculosis. Sin él, el bajo no sería hoy lo que es. Su influencia se extiende a los grandes bajistas posteriores como Mingus, Brown o incluso Clarke.



 Ray Brown

Alumno aventajado de las enseñazas de Blanton, Brown se hizo un nombre trabajando como freelance en los clubes de Nueva York durante los años 40 del pasado siglo. Se casó con Ella Fitzgerald, trabajo con todos los grandes y especialmente con Oscar Peterson con quien terminó por convertirse en un gigante del instrumento.
Sus líneas melódicas son innovadoras y muy originales y su ritmo y su tono, inigualables. Su depuradísima técnica le permitía realizar solos vertiginosos con una riqueza y refinamiento melódico verdaderamente increíbles. Sus grabaciones con Peterson son una biblioteca de referencia para los intérpretes que le siguieron.



Charles Mingus

Mingus era un músico total que, además del contrabajo, el trombón, tocaba el piano, componía y dirigía. Trabajó con el gran Charlie Parker quien percibió en él el gran músico que era. Entre los años 50 y 60 del pasado siglo, produjo obras musicales de extraordinario valor y originalidad. Mingus fue un activista por los derechos civiles y sus cenizas fueron dispersadas en el Ganges.
Mingus tenía un impresionante sentido del groove. Su estilo transmite una incomparable
 sensación de libertad creativa y, como compositor, está en el olimpo de los grandes.



Stanley Clarke

en los años 70, Clark asentó el bajo eléctrico como instrumento definitivo de jazz. Músico de exquisita formación,  fue uno de los grandes innovadores musicales de su época, definiendo, junto a Pastorius, el concepto de jazz-rock. Su fama y sus grandes interpretaciones se cimentaron en los tiempos de colaboración con el gran Chick Corea y su banda Return to Forever.
Clarke es un hombre de amplio espectro y numerosos intereses y, aunque dejó el jazz en un segundo plano a partir de los años 80, sigue siendo un hito en la música moderna y una clave de referencia en este instrumento.


Jaco Pastorius

Cierro este pequeño panteón olímpico con Pastorius. Fue el primer bajista eléctrico puro puesto que los demás lo simultaneaban con el contrabajo. Fue un músico revolucionario; el primero que quitó los trastes al bajo eléctrico tradicional y lo convirtió en un trasunto moderno del contrabajo de jazz. También cambió las cuerdas planas por otras redondas que daban mucha mayor sonoridad al instrumento. También hizo un uso extraordinario de los pedales de efectos.
Autodidacta, heterodoxo, extraordinariamente innovador, persiguió a los inmensos Weather Report hasta que le contrataron como bajista y a los que luego entregó su vida y su talento, con páginas musicales de increíble genialidad y belleza.
Jaco sufría de trastorno bipolar y sus últimos años fueron un triste peregrinar entre hospitales y tratamientos que no le permitían tocar el bajo. Derrotado, alcoholizado, hundido y deprimido por las drogas, murió como consecuencia de la paliza que le propinó un guarda de seguridad por alterar un concierto que se celebraba en el Midnight Bottle Club, de Wilton Manors, Florida. Tenía 37 años.


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