miércoles, 18 de marzo de 2015

Visconti Akhenaton: Arte Florentino.

La maestría de Visconti con el celuloide es de sobras conocida. Quizá no llegue a los límites de Omas pero no queda lejos.

Junto con sus ediciones ordinarias, Visconti pone a la venta cada cierto tiempo algunas ediciones limitadas  sumamente atractivas. La Akenaton es una de ellas, limitada a 99 ejemplares para todo el mundo y puesta en el mercado en 2005.


Se trata de una estilográfica realizada enteramente en celuloide blanco que imita al marfil y acentos de plata dorada o vermeil. Se basa, como muchas otras ediciones limitadas de la casa florentina, en el clásico modelo Voyager que tantos éxitos le ha proporcionado.


Con las generosas dimensiones del modelo genérico, 143 mm., se trata de una pluma de buen tamaño y peso consistente. Una pieza con aplomo pero muy bien equilibrada como todas las de su clase. El plumín es el clásico bicolor de Visconti de la época, un elemento de gran calidad y magnífico desempeño. El sistema de carga es también el clásico vacuum filler de doble depósito de tan buenos resultados y enorme capacidad.


El visor de tinta de la Akenatón está ligeramente modificado con relación al modelo Voyager genérico. Aquí no es plano sino en forma globulada, de manera que resalta sobre la boquilla como un ojo de buey. El efecto es muy armónico.


El celuloide blanco utilizado es muy hermoso y los detalles dorados lo realzan puesto que no son excesivos ni rompen la armonía del conjunto. En realidad, salvo los dos anillos centrales, se limitan a un apéndice en el capuchón que contiene motivos egipcios y que se desliza por la parte trasera, opuesto al clip.


Además del celuloide blanco, el aspecto más distintivo de la pluma es su decoración grabada a punzón en el cuerpo y el capuchón. La apariencia general de la pluma emula las clásicos trabajos de buril sobre marfil, tan típicos del arte oriental y también del europeo del siglo pasado, artesanía que tuvo su fin con la prohibición del comercio mundial de este material.


La Akhenaton está decorada con motivos egipcios muy intrincados que muestran la maestría del artesano grabador. Todos los motivos, llenos de detalles, están coloreados en un negro suave para resaltar el dibujo. El efecto es enormemente atractivo sin resultar recargado ya que el trabajo es muy armónico y equilibrado. La parte de la pluma donde se concentran los grabados es el cuerpo.


El capuchón también tiene algunos aunque de menor complejidad y, en su parte posterior, contiene el número del ejemplar (en éste caso el 94) y el de la edición (99). La boquilla no está grabada.

Soy un gran admirar del modelo Voyager de Visconti y algunas de sus ediciones limitadas, como esta Akenaton, son de extraordinaria belleza y mérito artístico. La edición, si bien agotada, puede aún encontrarse en algunos distribuidores a precios razonables para su gran calidad.

(Agradezco nuevamente a mi buen amigo Ricardo, haberme prestado esta pluma para su análisis)

2 comentarios:

  1. Mi querido Pajarete: no puedo estar más de acuerdo en tus comentarios. Magnífica pluma, buen diseño, maravillosa presentación... pero -y es una opinión muy personal - falla el plumín: ni puedes escribir rápido, ni firmes con el papel recién salido de la fotocopiadora... porque la pluma patinará. Y no es que resbale, que también, sino que dejará de escribir hasta que le saques una gota de tinta. En suma, como la mayoría de las italianas, falla el plumín, muy lejos de los plumines japoneses, para mi, los mejores del mundo y que rozan la perfección. Resumo: belleza y presentación, un 9; calidad materiales, un 8; técnica, un 4. Mucius Scaevola

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    1. Es un placer tenerte por fin aquí, querido Mucius. Estoy de acuerdo en que los plumines italianos son una incógnita salvo honrosas y bien conocidas excepciones, Un fuerte abrazo

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