miércoles, 6 de mayo de 2015

Nakaya Piccolo: Una joya sutil

Las primeras formas estilográficas de Nakaya, que apenas datan del año 2002, fueron sus ya celebérrimas long, modelos Cigar y Writer; grandes plumas de limpísimas formas con cuerpos de ebonita torneados a mano y acabadas en un excelente urushi de Wajima que las convirtió -con toda justicia- en un fenómeno comercial fulgurante.

En Octubre de 2005 la empresa ya había consolidado su fama en todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos de América que siempre ha sido su mercado principal ; presentaron entonces un nuevo modelo que, hasta hoy, ha venido recibiendo todo tipo de parabienes y se ha incorporado a la imagen de la marca como diseño de referencia que, de paso, ha dado lugar a otras versiones basadas en el mismo. El gran tamaño de los modelos long, se vió compensado con la extrema portabilidad y  gran comodidad de uso de las pequeñas Piccolo.


A diferencia de cualquiera de las long, la Piccolo es una estilográfica de extremos truncados. No planos, sino cónicos, aunque muy achatados. Sus formas, en consonancia con las clásicas de Nakaya, son absolutamente limpias: un cuerpo cilíndrico recto excepto en sus extremos en que se aprecia un ligero rebaje que remata la pluma con suprema elegancia.



El cuerpo es relativamente grueso en comparación con su longitud. Aunque ello no le priva en absoluto de esbeltez, permite que la escritura sea comodísima ya que el gesto de tomarla entre los dedos se consigue sin esfuerzo alguno, adaptándose a cualquier mano. Si hubiera un grosor arquetípico o ideal, la cintura de la Nakaya se aproximaría mucho a él.

La producción totalmente artesanal de la pluma revela que los perfiles aparentemente rectos aparecen sutilísimamene suavizados por el evidente trabajo manual de los artesanos y, sobre todo, por el riquísimo lacado, que convierten la pieza en algo acogedor y con volumen. Es un efecto formidable.


La elegancia de la pluma es algo patente, especialmente si recordamos que es un modelo de muy contenido tamaño, apenas 130 mm,. que es el de una Sailor Professional Gear estándar. Es, además, una estilográfica ligerísima pues sin capuchón pesa 15 gramos y, como no es aconsejable usarla con él montado, es una de las piezas más livianas del mercado.



El modelo sin clip como el que se muestra luce el acabado urushi en todo su esplendor. El color negro -o roi-ro- es, junto con el rojo, uno de los grandes clásicos de la laca japonesa y se muestra refulgente en su inmaculada ejecución. Sin adornos que distraigan la vista de su impresionante belleza, la Piccolo es una auténtica delicia a la vista y al tacto. Es difícil que las fotografías puedan hacer justicia al brillo, intensidad y profundidad del lacado urushi. No  hay negro tan rico, húmedo, ni acabado tan cálido.



Mecánicamente, la pluma es muy sencilla y se alimenta con cartucho o convertidor. El funcionamiento es, como todas las de la marca y las de la casa matriz, Platinum, absolutamente perfecto.



El plumín monocolor, siendo de origen Platinum, tiene la misma forma pero con un dibujo diferente. Muestra la palabra Nakata, que es el nombre del fundador de la casa junto con el globo terráqueo que identificó a la marca en sus comienzos. Dentro de la filigrana que rodea el plumín, también aparece la indicación 14K referente a la composición del oro, un pequeño kanji para indicar que se trata de la medida broad y, a un lado, la palabra japan. El oro y el negro siempre hacen una combinación perfecta.


Mi Piccolo es una de las primeras que se fabricaron puesto que la adquirí en 2005. En aquella época tenía un precio bastante asequible y ofrecía, como en el caso de sus hermanas mayores, la posibilidad de ajustar el plumín a gusto del comprador. Para ello, había que rellenar un cuestionario en línea donde se indicaban determinadas características de la propia escritura. Con estos datos, los artesanos de Nakaya ajustaban el plumín en flujo, orientación y acabado, de manera que ofreciera siempre un resultado perfecto. El lema de Nakaya es "sólo para sus manos", el mismo que aparece escrito en cada caja de madera que se envía con sus productos. No estoy muy seguro de que el sistema siga siendo totalmente fiel a sus orígenes en estos momentos en que la casa ha multiplicado su producción y el número de sus modelos, pero en mi caso lo fue sin duda alguna.


En consonancia con lo dicho, el desempeño de la Piccolo solo puede calificarse de asombroso. Jamás ha tenido un fallo por pequeño que fuera ni ha presentado problema alguno. En las largas jornadas de escritura en las que me he servido de ella, siempre ha sido una fiel e incansable compañera, adaptada a mi gesto como un guante. El trazo, equivalente a un medio estándar, es constante e invariable sin el mínimo error o titubeo y la máxima suavidad de la escritura está a la altura de los mejores plumines del mundo.



Mi ya casi vieja Piccolo es una pieza insustituible que uso frecuentemente y que cuido con el mayor de los esmeros. Ya se está convirtiendo en un clásico y  ése comentario fue con el me honró el maestro Yoshida, nibmeister de Nakaya, cuando estuvo en España el pasado año.

Esta pequeña maravilla, pura, breve  y hermosa como un haiku, es una muestra de lo mejor que puede hacer Nakaya.

2 comentarios:

  1. Preciosa, y desconocida para mí. Pero 13 cm tampoco me parece que sea tan pequeña, ya que yo me siento cómodo con una M400 o una Duofold International, por ejemplo.
    En cualquier caso un claro ejemplo de menos es más; menos adornos, más elegancia.

    Un saludo.

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    1. Gracias Mario. Los 13cm son con capuchón; sin él, la pluma se queda en unos 117 mm que permiten catalogarla como pequeña. Sin embargo, su anchura y ergonomía hacen que sea muy cómoda de usar. Recuerda, por otro lado, que en las plumas lacadas no es aconsejable montar el capuchón. Un cordial saludo

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