Ya hemos hablado aquí de la mítica Parker T1 y de su directas herederas, las Pilot Myu y Murex. Han sido éstas las únicas estilográficas -junto con la propia Falcon de Parker- cuyo diseño creó una forma única en la que el plumín y la boquilla formaban una sola pieza. La extraordinaria belleza de esta solución ha convertido estas plumas en objetos de deseo y colección entre los aficionados, alcanzando algunos modelos asombrosos precios de venta.
La idea de estas plumas consiste, en realidad, en reproducir uno de los más antiguos instrumentos de escritura: la pluma de ave. Como ella, estos modelos consisten en una sola pieza que hace las veces de extremo de salida (plumín) y boquilla (elemento de sujeción).
Las plumas de ave, utilizadas durante siglos, tenían dos inconvenientes elementales. Por un lado, que carecían de depósito lo que obligaba a mojarla en tinta cada pocas letras. El segundo, era el desgaste del extremo con el que se escribía.
Esto último, obligaba a recortar cada poco la punta dándole nueva forma con acanaladura y, para ello, el usuario se servía del llamado "cortaplumas" nombre que se ha conservado para describir navajas pequeñas de bolsillo.
(foto:victoriamuseum.com)
Pese a sus inconventientes, las plumas de ave resultaban extraordinariamente gráciles y elegantes. Escribir con pluma de ave es ejercitar un viejo arte que obliga a paladear del tiempo de manera muy diferente.
La aparición de la estilográfica, y antes el plumín independiente de acero, hicieron que el instrumento se complicase y que las diversas partes que lo constituían tuvieran que ensamblarse con más o menos elegancia para resultar funcionales.
(foto: hopshopbop)
El experimento estético que lideraron la T1 y la Myu, recuperaba la elegantísima línea continua de las plumas de ave en las que el plumín y el cuerpo de la pluma forman un todo. Claro que la idea presentaba sus inconvenientes siendo el mayor de ellos el hecho de que cualquier daño en el plumín hacía que toda la pluma resultara inservible.
(foto: ulugtekin.com)
No obstante, dado el poco éxito de la idea, los ejemplares fabricados han terminado por convertirse en objetos enormemente deseados por los coleccionistas. La idea podía no ser muy práctica, pero los aficionados superior apreciaron sus enormes cualidades estéticas.
La M90 es la version moderna de la Pilot Myu y, como ella, presenta las purísimas y claras líneas de un diseño difícilmente igualable en cuanto a sus valores estéticos. La limpieza de líneas de las plumas de ave se ve aquí realzada por el acero cepillado y la funcionalidad de una estilográfica moderna.
La diferencia más apreciable entre la Myu y la M90 es la piedra azul que brilla en el extremo del capuchón y que la pluma original no tenía. Por lo demás, las plumas son esencialmente idénticas.
Siendo una pocket pen, la pluma es de pequeño tamaño cuando está cerrada, pero con el capuchón colocado, la estilográfica adquiere un tamaño perfectamente funcional, facilitando una escritura fácil y cómoda.
Además, las líneas de la pluma en posición de escribir son tan puras y limpias como las de la parte inferior con la boquilla y el plumín unidos.
Lo que más resalta estéticamente de la M90 es su plumín integral de manera que todo el instrumento gira en torno a este elemento; la estilográfica aparece como una una pieza única en la que todo el interés de quien la contempla se dirige forzosamente hacia éste extremo. Lo singular no es, pues, el plumín en sí mismo sin que toda la pluma parece un enorme plumín.
El acertadísimo y hermoso diseño de la M90 ha convertida esta pluma en un objeto muy deseado cuyo precio, como es lógico, ha ido subiendo con el tiempo. Encontrarla nueva es cada vez más difícil y, en tal caso, lo que hay que pagar por ella es aún más.
Con todo, la M90 satisfará con creces al aficionado que la adquiera pues es una pluma absolutamente singular. Una reliquia de una época superada que los arriesgados diseñadores de mediados del siglo pasado decidieron homenajear.
La idea de estas plumas consiste, en realidad, en reproducir uno de los más antiguos instrumentos de escritura: la pluma de ave. Como ella, estos modelos consisten en una sola pieza que hace las veces de extremo de salida (plumín) y boquilla (elemento de sujeción).
Las plumas de ave, utilizadas durante siglos, tenían dos inconvenientes elementales. Por un lado, que carecían de depósito lo que obligaba a mojarla en tinta cada pocas letras. El segundo, era el desgaste del extremo con el que se escribía.
Esto último, obligaba a recortar cada poco la punta dándole nueva forma con acanaladura y, para ello, el usuario se servía del llamado "cortaplumas" nombre que se ha conservado para describir navajas pequeñas de bolsillo.
(foto:victoriamuseum.com)
Pese a sus inconventientes, las plumas de ave resultaban extraordinariamente gráciles y elegantes. Escribir con pluma de ave es ejercitar un viejo arte que obliga a paladear del tiempo de manera muy diferente.
La aparición de la estilográfica, y antes el plumín independiente de acero, hicieron que el instrumento se complicase y que las diversas partes que lo constituían tuvieran que ensamblarse con más o menos elegancia para resultar funcionales.
(foto: hopshopbop)
El experimento estético que lideraron la T1 y la Myu, recuperaba la elegantísima línea continua de las plumas de ave en las que el plumín y el cuerpo de la pluma forman un todo. Claro que la idea presentaba sus inconvenientes siendo el mayor de ellos el hecho de que cualquier daño en el plumín hacía que toda la pluma resultara inservible.
(foto: ulugtekin.com)
No obstante, dado el poco éxito de la idea, los ejemplares fabricados han terminado por convertirse en objetos enormemente deseados por los coleccionistas. La idea podía no ser muy práctica, pero los aficionados superior apreciaron sus enormes cualidades estéticas.
La M90 es la version moderna de la Pilot Myu y, como ella, presenta las purísimas y claras líneas de un diseño difícilmente igualable en cuanto a sus valores estéticos. La limpieza de líneas de las plumas de ave se ve aquí realzada por el acero cepillado y la funcionalidad de una estilográfica moderna.
La diferencia más apreciable entre la Myu y la M90 es la piedra azul que brilla en el extremo del capuchón y que la pluma original no tenía. Por lo demás, las plumas son esencialmente idénticas.
Siendo una pocket pen, la pluma es de pequeño tamaño cuando está cerrada, pero con el capuchón colocado, la estilográfica adquiere un tamaño perfectamente funcional, facilitando una escritura fácil y cómoda.
Además, las líneas de la pluma en posición de escribir son tan puras y limpias como las de la parte inferior con la boquilla y el plumín unidos.
Lo que más resalta estéticamente de la M90 es su plumín integral de manera que todo el instrumento gira en torno a este elemento; la estilográfica aparece como una una pieza única en la que todo el interés de quien la contempla se dirige forzosamente hacia éste extremo. Lo singular no es, pues, el plumín en sí mismo sin que toda la pluma parece un enorme plumín.
El acertadísimo y hermoso diseño de la M90 ha convertida esta pluma en un objeto muy deseado cuyo precio, como es lógico, ha ido subiendo con el tiempo. Encontrarla nueva es cada vez más difícil y, en tal caso, lo que hay que pagar por ella es aún más.
Con todo, la M90 satisfará con creces al aficionado que la adquiera pues es una pluma absolutamente singular. Una reliquia de una época superada que los arriesgados diseñadores de mediados del siglo pasado decidieron homenajear.
Por casualidad me he cruzado por la web con este modelo, y buscando sobre él he encontrado esta entrada. Desde luego es un diseño muy curioso, y bonito. Poco funcional por el riesgo de que si se te cae o estropea, no hay mucho que hacer. Pero sin duda, si no fuese por ese precio que tiene ahora, sería un interesante instrumento de uso en escritorio, y de los que sólo se dejan mirar.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Cristian. Aparte el riesgo de caídas, la pluma resulta muy manejable y ligera. Yo siempre la utilizo con sumo cuidado pero su rendimiento es excepcional. Un cordial saludo
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