lunes, 21 de marzo de 2016

Las Tintas Ferrogálicas (II)

III.- PROPIEDADES


La principal-por no decir única- propiedad de la tinta ferrogálica es su gran resistencia: a la luz y, sobre todo, al agua. Esto la convierte en indeleble y de ello deriva su interés como tinta idónea para documentos oficiales, contratos o escritos a conservar. Ello no significa que sea resistente a todo sino que posee propiedades específicas que permiten esperar de ella una gran duración.

Suele pensarse que hay legislaciones en las que existe la obligación de escribir con tintas indelebles en ciertos documentos o registros públicos. El uso de una tinta o de un color determinado para documentos públicos es algo muy antiguo y tenía por objeto garantizar, en la medida de lo posible la duración, indelebilidad y legibilidad de los textos.


En España, los antiguos reglamentos preveían que la tinta debía ser negra. Actualmente, el artículo 152 del Reglamento Notarial especifica que los instrumentos públicos deberán extenderse con caracteres perfectamente legibles, pudiendo escribirse a mano, a máquina o por cualquier otro medio de reproducción, "cuidando de que los tipos resulten marcados en el papel en forma indeleble". El Real Decreto 1850/2009, de 4 de diciembre, sobre Títulos Académicos y Profesionales, no se refiere a las firmas pero sí habla de la tintas de impresión:

" Las tintas utilizadas en la impresión han de ser fisicoquímicamente estables y de forma especial frente a la abrasión y al efecto decolorante de la luz:


1 Solidez a la luz: mínimo admisible 5 en la escala de lana.


2 Tratamiento adicional de protección para elevar la solidez, especialmente en los tonos del entorno del amarillo magenta.


3 Protección de las tintas metalizadas contra la oxidación.


4 Las tintas invisibles, especialmente el azul, deben ser anclables y resistentes a la migración y corrimiento."

Toda esta cuestión, a la postre, ha dejado de tener demasiada importancia con la aparición de sistemas de impresión informáticos, indelebles y difícilmente infalsificables. El uso del láser, generalizado en oficinas públicas, junto con papeles de oficio especiales, autentificados, y sellos holográficos, ha dejado sin mucho interés el uso de estas tintas salvo en el aspecto de las firmas lo cual, pese a todo, no deja de ser una cuestión menor y que probablemente desaparecerá en breve, desde el momento en que dichos documentos empiezan a ser digitalizados, suscritos, archivados y transmitidos por vía telemática. La firma será sustituida por sistemas informáticos de autentificación, como ya ocurre en muchos casos.


En muchos países, los reglamentos notariales, sin embargo, especifican el color de la tinta que ha de usarse en documentos públicos. Por ejemplo, el de Argentina (negra o azul) y el de Uruguay (negra). El caso de Argentina es curioso porque admite expresamente el uso de estilográfica aunque siempre recordando que la tinta ha de ser indeleble. En Europa, que me conste, sólo dos países tienen regulada la cuestión con referencia al uso obligatorio de las tintas ferrogálicas en instrumentos públicos: El Reino Unido y Alemania. El primero, para la expedición de diversos certificados y para la confección de bitácoras marítimas (algo bastante lógico) y el segundo, para documentos notariales en vigor hasta 1974..En Italia, al igual que en España, sólo se pide que la tinta sea indeleble: "...deve garantire la stabilita delle scritture e perciò deve essere senza anilina né materie corrosive, resistente alla luce ed alle sostanze scoloranti". En Francia tampoco hay previsión reglamentaria alguna.

En España, además de en las notarías, se ha utilizado tinta "oficial" en algunos otros ámbitos como el de la justicia. Hasta los años 60, por ejemplo, en el Tribunal Supremo se utilizaba tinta de color violeta, que también se ha utilizado mucho para entintar sellos de caucho. En correos, el sello de fechas debía ser negro y en la expedición de algunos documentos de identidad o de conducir, también el sello debía ser de color violeta. En los Registros Civiles, se usaba tinta negra y en los Registros Parroquiales, antecedentes de los primeros, también se usaba la tinta negra que solía ser ferrogálica, cuando había medios económicos, o simplemente vegetal y de poca calidad en los demás casos.




IV.- FABRICANTES

Actualmente, hay infinidad de fabricantes artesanos de tintas ferrogálicas con fórmulas diferentes y resultados diversos. También hay marcas asentadas que las producen aunque van despareciendo en favor de las tintas pigmentadas. Cito algunos productos de entre los más destacados teniendo en cuenta que , a veces, resulta difícil identificar una tinta como ferrogálica porque no suelen etiquetarse como tales ni, desde luego, informar de su composición.


(foto: The Unroyal Warrant)

1.- Montblanc Midnight Blue. (ID No.105194): Ya no se fabrica pero aún puede encontrarse. no es tan resistente al agua como otras aunque siempre deja una imagen legible tras horas de inmersión.

2.- Lamy Blue Black: Tampoco se fabrica pero también se puede conseguir. Sombrea espectacularmente.

3.- Ecclesiastical Stationery Supplies Registrar's Ink. Una tinta inglesa que se fabrica para documentos oficiales. Cambia de color a medida que se oxida. Tiene página web.

4.- Platinum Blue/Black: una de las mejores ferrogálicas por ser muy húmeda y fluida, lo que no es corriente en estas tintas.

5.- Diamine Registrar's Ink: Una pluma cara, seca y de pobres resultados, pero con un público fervoroso.


(foto Diamine)


6.- Rohrer & Klingner Salix. Un azul denso y pastoso de mediocre desempeño pero bellos matices.

7.- Rohrer & Klingner Scabiosa. Un precioso color ciruela de grandes propiedades y notable sombreado

8.- Akkerman Iron-Gall blue-black. Una tinta de color interesante y desempeño medio.

9.- KWZ. Esta casa artesanal polaca tiene tres tintas ferrogálicas, dos verdes y una naranja, todas de gran belleza y, según se dice, basadas en una fórmula que no da problemas.

10.- Pelikan 4001 Blue-Black. No está claro que sea ferrogálica aunque lo fue hace algunos años. Hay quien dice que lo es parcialmente. Es, sin duda, una tinta resistente al agua.

(foto. Elle Ibanez)


V.- EPILOGO

En este estado de cosas, ¿por qué se han puesto tan de moda las tintas ferrogálicas?. No parece muy lógico que, una vez resuelto el problema de la corrosión con las modernas tintas sintéticas, o pigmentadas, resurja con fuerza el interés por un producto con tantos riesgos que, además, lleva aparejados numerosos inconvenientes funcionales. El problema, además, afecta ahora al instrumento puesto que, antes de la estilográfica, se escribía con plumilla y su precio era irrisorio, pero con las plumas no ocurre lo mismo. No solo corremos el riesgo de que nuestro papel termine despareciendo sino que nuestras plumas acaben averiándose o, en el mejor de los casos, con sus colores perjudicados. Y todo para escribir con tintas poco lucidas, secas, con graves problemas de fluidez y continuidad de trazo. Apunto a su favor, en cambio, que sus colores suelen tener matices singulares, más que bellos, extraños y originales.

Desde el punto de vista legal, la utilización de las tintas ferrogálicas no deja de ser un recurso algo obsoleto si bien es cierto que, en algunos casos, su uso resulta en último caso justificado o facilitador de una ulterior prueba técnica o caligráfica.



¿Cuál es, por tanto, la razón de este fenómeno? Es probable que la misma que ensalza, por ejemplo, la flexibilidad de los plumines, es decir, una simple moda. Sus problemas y desventajas resultan especialmente evidentes cuando su utilidad deviene, como ocurre actualmente, del todo marginal.

Salvo casos muy especiales, las tintas ferrogálicas deberían carecer de interés para el usuario medio u operador legal que, en cualquier caso, puede sustituirlas puntualmente por casi cualquier otra cosa, más sencilla, más barata y de mucho mejor resultado. ¿Merece, pues, la pena, adquirir un frasco de ferrogálica para realizar algunas firmas? ¿Acaso estamos escribiendo un diario que queremos dure quinientos años?. Hay tintas indelebles mucho más funcionales que ellas y enormemente más seguras. Pero las ferrogálicas siguen llenando páginas y llenando los secretos anhelos de muchos aficionados. Diletantismo o moda, siguen a nuestra disposición.

5 comentarios:

  1. Buenos días Pedro.Excelente epílogo para este interesante artículo.Es verdad que el uso de las tintas ferrogálicas parece tener últimanente un repunte curioso,sin duda cuestión de moda supongo que como bien dices como pasa con los plumines flexibles,que tienen la etiqueta de excelsitud para muchos estilófilos.A mi juicio,salvo por los colores únicos de algunas de estas tintas y su sombreado ya no tiene mucho sentido,tal vez el capricho de probarlas,se habla tanto de ellas en la red,que despiertan sin duda mucha curiosidad.El mercado nos provee hoy de excelentes tintas permanentes basadas en nano pigmentos y medios acrílicos,fijas a la luz y al agua y completamente seguras en su uso,eso si,conviene siempre no dejarlas mucho tiempo olvidadas en una pluma sin uso.Sailor fabrica un bellísimo negro(Kiwa guro)y un extraordinario azul/negro(Sei boku)de hermoso color y sombreado a mas de una nueva serie,Storia de vivos colores.Platinun fabrica cuatro, negro,azul,sepia y rojo magenta,excelentes también.
    De Atramentis tiene una serie maravillosa,Document ink,excelentes y casi indestructibles que uso con frecuencia y funcionan de fábula.La lista va en aumento dado que son todas seguras y verdaderamente permanentes.Yo uso entre las ferrogálicas la azul negra de Pelikan y la Scabiosa de R&k y me encantan, pero entiendo que a día de hoy son un capricho demodé.

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  2. Interesantes observaciones, Javier, con las que estoy plenamente de acuerdo. Recibe un fuerte abrazo, amigo mío.

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  3. Buenos días, Pedro.

    Soy habitual seguidor de "El Pajarete", que considero mi manual de cabecera, pero hasta ahora no me había atrevido a escribir.

    He leído en otro blog, con cierta alarma, que la tinta de J. Herbin "Perle Noire" es ferrogálica. Llevo unos meses utilizándola en exclusiva para una Parker 51 aerométrica. ¿Es verdaderamente ferrogálica?¿debería dejar de utilizarla, o hacerlo con estilográficas de menor valor? En caso afirmativo, ¿cómo debería limpiar la Parker?

    Quedaría muy agradecido si pudieras aclararme tales dudas y sacarme de esta zozobra.

    Un afectuoso saludo,

    Fernando

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    1. Gracias por tu comentario, Fernando. No te preocupes, la Perle Noire no es ferrogálica así que puedes usarla con tranquilidad. Es. eso sí, una pluma muy pigmentada de ahí su negro intenso por lo que conviene limpiar bien la pluma después de su uso. Un saludo muy cordial

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  4. Creo que ese cuidado hay que tenerlo ya más que nada, bien al usar estas tintas con plumas veteranas con ciertos materiales o características en su construcción, o bien al querer matar la curiosidad con tintas ferrogálicas antiguas o pensadas para usar con plumilla o pinceles, pero usándola en alguna estilográfica (sea ésta antigua o moderna, da igual). Porque el mayor riesgo a día de hoy creo que apunta más al tipo de pigmentación y partículas que tenga la tinta, que por lo general de ser más al estilo antiguo, pues lógicamente tenderán a atascar una estilográfica que no se use asiduamente como mínimo.

    Actualmente, por ejemplo, la misma Rohrer & Klingner, Platinum o De Atramentis especifican que usan formulaciones y técnicas modernas, especialmente con nano pigmentos como ya comentaron tiempo atrás. Y especifican claramente que sus tintas son seguras para uso en estilográficas. Viendo con el auge la cantidad de usuarios que usan estas tintas sobre todo de estos fabricantes para escritura o dibujo en sus estilográficas, siendo los menos los que reportan problemas recurrentes, habrá que pensar que el asunto es fiable y funciona.

    Siempre habrá casos especiales y que reporten más casos problemáticos. Y se han dado y dan con tintas precisamente que ni se anuncian que sean (porque no lo son) permanentes. Como algunas de Noodler's por ejemplo, algún rojo de Diamine o el rojo brillante de Pelikan por decir dos. Y salvo alguna muy contada que en alguna pluma ha hecho destrozo por reacción química con los materiales de la pluma (pasó con un azul de Noodler's, y no permanente ni ferrogálica), en todas las demás suele encontrarse problemas de atascos que se solucionan con más o menos lavados (o no en los menos) sobre todo por tema de las partículas que contienen y cómo secan y solidifican.

    Yo en lo personal, veo muchas de ellas bastante seguras. Y como hay cosas que se prefiere que tengan una resistencia, como en algunos dibujos (no digamos si luego te da por aplicar algo de humedad, sea pasando algún rotulador o acuarela) o algunos documentos, pues rápido me busqué algunas que anunciaran como permanentes o con cierta resistencia al agua. En mi caso empecé por la Quink negra de Parker que se sigue anunciando como permanente, y también me hice con su azul-negro (ídem), que es cierto que tienen una cierta resistencia. Y a día de hoy tras años de uso, pues puedo decir que no me han aportado ningún problema en las estilográficas que las he venido usando con más o menos asiduidad. Lo único que he apreciado es que alguna tienden a teñir más plástico o resina del depósito, lo cual en caso de limpieza pues lleva a un par de aclarados más. Pero tampoco nada más extraordinario que también pasa con tintas no permanentes (por ejemplo, el azul Parker a secas, exige un par de llenados más de agua en una TWSBI Eco que tengo para dejarla limpia, igual que con la azul-negro que sí va marcada como permanente.

    A mí, me convencen y no las veo redundantes. Y de hecho estoy por hacerme con el azul-negro de Pelikan, y con la Salix y Scabiosa de Röhrer & Kligner.

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