Urushi, en japonés significa, simplemente, laca. El urushi es la savia o resina natural extraída del Árbol de la Laca, una planta de la familia de los anacardos (Toxicodendron vernicifluum) nativa de Japón, China y Corea. La resina es un producto muy tóxico que ha sido usado desde hace 9.000 años para diversos fines, sobre todo utilitarios y ornamentales pero que también tiene propiedades medicinales y gran potencia como adhesivo.
(foto: cnseed)
La savia del árbol proporciona, probablemente, la laca natural de mayor dureza y resistencia que se conoce. Se extrae de los árboles mediante incisiones parecidas a las que practican los resineros mediterráneas. La producción es muy pequeña puesto que los antaño grandes bosques de esta planta se han visto muy reducidos en la actualidad.
(foto: cnseed)
La savia del árbol proporciona, probablemente, la laca natural de mayor dureza y resistencia que se conoce. Se extrae de los árboles mediante incisiones parecidas a las que practican los resineros mediterráneas. La producción es muy pequeña puesto que los antaño grandes bosques de esta planta se han visto muy reducidos en la actualidad.
El secreto de la dureza del urushi radica es su peculiar composición. La mayoría de las pinturas endurecen por evaporación de algún disolvente que las integra. El urushi lo hace absorbiendo la humedad ambiental. Contiene una sustancia llamada urushiol, un aceite que, expuesto a la humedad y al calor, provoca la activación de una enzima que extrae oxígeno del aire y lo incorpora al propio aceite el cual, como consecuencia, se solidifica.
(foto: Kyotoguide)
El segundo gran secreto del urushi es que, al solidificarse, no se altera su contenido en agua, de manera que siempre parece húmedo y brillante, como si estuviera permanentemente mojado.
El segundo gran secreto del urushi es que, al solidificarse, no se altera su contenido en agua, de manera que siempre parece húmedo y brillante, como si estuviera permanentemente mojado.
Cuando se extrae, la resina es de un color marrón oscuro o ambarino pero posteriormente se colorea. Tradicionalmente, se han utilizado dos colores. El negro, que se obtiene añadiendo polvo de hierro el cual provoca una reacción en el urushiol que lo convierte en un negro profundo. El rojo, por su parte, se obtiene añadiendo óxido férrico. Las tonalidades modernas se consiguen añadiendo pigmentos.
(foto: hanamiweb)
Tradicionalmente, el urushi ha sido utilizado en Japón para conferir resistencia y durabilidad a sencillos objetos cotidianos como tazones, bandejas, cucharas, estuches o cuencos que, al mismo tiempo, se embellecían. También se aplicó a armaduras. La laca se aplicaba sobre objetos de madera. Sólo a partir del siglo XX se comenzó a ensayar su aplicación a la ebonita con buenos resultados. Ello abrió las puertas a las estilográficas lacadas al estilo tradicional japonés y, al mismo tiempo, al maki-e.
Tradicionalmente, el urushi ha sido utilizado en Japón para conferir resistencia y durabilidad a sencillos objetos cotidianos como tazones, bandejas, cucharas, estuches o cuencos que, al mismo tiempo, se embellecían. También se aplicó a armaduras. La laca se aplicaba sobre objetos de madera. Sólo a partir del siglo XX se comenzó a ensayar su aplicación a la ebonita con buenos resultados. Ello abrió las puertas a las estilográficas lacadas al estilo tradicional japonés y, al mismo tiempo, al maki-e.
(foto: jpanproducts)
Los objetos lacados con urushi tienen una asombrosa resistencia al agua y a otros agentes externos como los hongos, la sal, el moho, el calor y cualquier tipo de agente atmosférico. Pueden durar cientos de años. Pero nuestra maravillosa laca tiene un punto débil: los rayos ultravioleta. Sometida a una exposición prolongada al sol, pierde sus propiedades, su belleza y su resistencia. Por eso los objetos tradicionales lacados en urushi se conservan guardados en bolsas de tela. Lo mismo sirve para las modernas estilográficas. El sol acabará con su incomparable belleza. Así pues, guardadlas de él y tendréis estilográficas para siempre.
Primero fue el lacado urushi que, 8.500 años después de haber sido inventado, llegó a Amsterdam de la mano de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. 1.000 años antes, alrededor del 800 de nuestra era, había nacido el maki-e. Pero esta será otra historia.
Como ya te he dicho... El trabajo manual, la artesanía, la miniatura... Me producen fascinación. El tiempo que se dedica, la atención máxima y el resultado de una pieza única cada vez son un lujo. Un post de lo más interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias de nuevo, amiga mía. Comparto totalmente tus sentimientos.
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