Hace pocos días, uno de mis amables lectores, rfueris, hizo referencia a un interesante artículo publicado por Brian Gray de Edison Pen Co.
http://edisonpen.com/reevaluate-converters
(foto: Edison Pen Co.)
El título es "Reconsiderando los Convertidores" y excitó mi curiosidad pues, en efecto, existe una cierta moda anticonvertidor en los círculos estilófilos que suelen lamentarse de la pena que les produce contemplar una gran pluma dotada de ése sistema el cual, a su juicio, redunda en la disminución del valor del instrumento.
Sin ánimo de reproducir aquí los sólidos argumentos del artículo en cuestión al cual remito por su gran interés, sí me ha parecido interesante hacer algunas breves consideraciones al respecto puesto que, en efecto, dicha moda existe y merece cierta glosa.
Vaya por anticipado que yo no soy anticonvertidor. Tengo muchas estilográficas con ese sistema y no tengo queja alguna de su funcionamiento. El convertidor, como muy bien señala Gray, es sólo un sistema para llevar la tinta hasta el interior de la pluma. Una vez la tinta ahí, todas las estilográficas funcionan igual y su mejor o peor desempeño tiene que ver, básicamente, con el conjunto plumín/alimentador, que es la pieza fundamental para que se desarrolle el fenómeno de la capilaridad en el que se basa toda estilográfica.
(foto: thenakedlistener)
El convertidor no es más que un pistón pequeño, con el tamaño y la capacidad de un cartucho. Pero, a diferencia de éste, permite usar tinta embotellada directamente del tintero. El cartucho también se puede rellenar con una jeringuilla pero su ventaja fundamental es que son herméticos de origen lo que permite que se puedan transportar mucho más cómodamente que un tintero.
Tanto el convertidor como el cartucho son intercambiables, de modo que la misma pluma puede rellenarse de tres formas: a pistón (sumergiendo el plumín en tinta y accionando el convertidor), con un cartucho de recambio (insertado en el tetón de la boquilla) o previamente rellenado (con jeringuilla y posterior inserción).
Nada de esto incide, en absoluto, en el desempeño de la pluma.
(foto: levenger)
Como puede apreciarse, las dos enormes ventajas del sistema cartucho/convertidor son la versatilidad y la eficiencia. También tiene otras como la facilidad de limpieza, mantenimiento y sustitución de piezas.Su principal inconveniente es, en cambio, la escasa capacidad. Pero este es un defecto relativo puesto que es muy fácil transportar limpiamente una docena de cartuchos y disponer de tinta de reserva en cualquier lugar y momento, cosa que no se puede predicar de ningún otro sistemas. Esto es lo que ha convertido al cartucho en universal.
(foto: briarinkandtime)
¿Desmerece este sistema a una estilográfica de calidad? No me lo parece aunque reconozco que los aficionados no sólo enjuiciamos las piezas por su utilidad sino por su complicación o por su belleza. He aquí donde el cartucho/convertidor muestra sus debilidades y los motivos por los que es generalmente denostado en círculos estilófilos. Es un sistema sencillo. No es hermoso, no es atractivo, no intriga. Es eficaz, pero aburrido. Frente a algunas diabólicas pero fascinantes invenciones como el snorkel de Sheaffer, el cartucho resulta algo pedestre.
(foto: jetpens)
Reflexionemos, pues, sobre las razones que nos llevan a despreciar al cartucho/convertidor. Ninguna se refiere a sus enormes ventajas sino a su pobreza conceptual. Nos gustan los mecanismos complejos, como la maquinaria de un reloj manual, porque son hermosos en sí mismos. Son la prueba de cómo se resuelve un problema de manera ingeniosa y elaborada, llena de ocurrencias o detalles sugerentes y atractivos. El humilde cartucho/convertidor supera en versatilidad y eficiencia a cualquier otro sistema pero no es hermoso y ésta, su gran virtud, se convierte en su peor pecado.
http://edisonpen.com/reevaluate-converters
(foto: Edison Pen Co.)
El título es "Reconsiderando los Convertidores" y excitó mi curiosidad pues, en efecto, existe una cierta moda anticonvertidor en los círculos estilófilos que suelen lamentarse de la pena que les produce contemplar una gran pluma dotada de ése sistema el cual, a su juicio, redunda en la disminución del valor del instrumento.
Sin ánimo de reproducir aquí los sólidos argumentos del artículo en cuestión al cual remito por su gran interés, sí me ha parecido interesante hacer algunas breves consideraciones al respecto puesto que, en efecto, dicha moda existe y merece cierta glosa.
Vaya por anticipado que yo no soy anticonvertidor. Tengo muchas estilográficas con ese sistema y no tengo queja alguna de su funcionamiento. El convertidor, como muy bien señala Gray, es sólo un sistema para llevar la tinta hasta el interior de la pluma. Una vez la tinta ahí, todas las estilográficas funcionan igual y su mejor o peor desempeño tiene que ver, básicamente, con el conjunto plumín/alimentador, que es la pieza fundamental para que se desarrolle el fenómeno de la capilaridad en el que se basa toda estilográfica.
(foto: thenakedlistener)
El convertidor no es más que un pistón pequeño, con el tamaño y la capacidad de un cartucho. Pero, a diferencia de éste, permite usar tinta embotellada directamente del tintero. El cartucho también se puede rellenar con una jeringuilla pero su ventaja fundamental es que son herméticos de origen lo que permite que se puedan transportar mucho más cómodamente que un tintero.
Tanto el convertidor como el cartucho son intercambiables, de modo que la misma pluma puede rellenarse de tres formas: a pistón (sumergiendo el plumín en tinta y accionando el convertidor), con un cartucho de recambio (insertado en el tetón de la boquilla) o previamente rellenado (con jeringuilla y posterior inserción).
Nada de esto incide, en absoluto, en el desempeño de la pluma.
(foto: levenger)
Como puede apreciarse, las dos enormes ventajas del sistema cartucho/convertidor son la versatilidad y la eficiencia. También tiene otras como la facilidad de limpieza, mantenimiento y sustitución de piezas.Su principal inconveniente es, en cambio, la escasa capacidad. Pero este es un defecto relativo puesto que es muy fácil transportar limpiamente una docena de cartuchos y disponer de tinta de reserva en cualquier lugar y momento, cosa que no se puede predicar de ningún otro sistemas. Esto es lo que ha convertido al cartucho en universal.
(foto: briarinkandtime)
¿Desmerece este sistema a una estilográfica de calidad? No me lo parece aunque reconozco que los aficionados no sólo enjuiciamos las piezas por su utilidad sino por su complicación o por su belleza. He aquí donde el cartucho/convertidor muestra sus debilidades y los motivos por los que es generalmente denostado en círculos estilófilos. Es un sistema sencillo. No es hermoso, no es atractivo, no intriga. Es eficaz, pero aburrido. Frente a algunas diabólicas pero fascinantes invenciones como el snorkel de Sheaffer, el cartucho resulta algo pedestre.
(foto: jetpens)
Reflexionemos, pues, sobre las razones que nos llevan a despreciar al cartucho/convertidor. Ninguna se refiere a sus enormes ventajas sino a su pobreza conceptual. Nos gustan los mecanismos complejos, como la maquinaria de un reloj manual, porque son hermosos en sí mismos. Son la prueba de cómo se resuelve un problema de manera ingeniosa y elaborada, llena de ocurrencias o detalles sugerentes y atractivos. El humilde cartucho/convertidor supera en versatilidad y eficiencia a cualquier otro sistema pero no es hermoso y ésta, su gran virtud, se convierte en su peor pecado.
Muy bueno. Yo ya tengo dos convertidores y estoy muy contento. No me importa trastear con la tinta de estilográfica porque venía de la plumilla. Es mucho más limpia, la tensión superficial no tiene nada que ver con la de la tinta china y facilita el manipulado. También tengo cartuchos, claro. A diferencia de muchos aficionados, soy eminentemente práctico. Me gustan las máquinas sencillas, que son las que menos fallan. Los ingenieros siempre dicen que una máquina simple que ejecuta su trabajo, es muy superior a otra más compleja que hace lo mismo. La belleza está en la sencillez. Pero soy un simple aficionado inicial, solo tengo cuatro plumas y no creo que aumente más, tal vez una con trazo más generoso que esté a buen precio.
ResponderEliminarPosteriormente, cuando la afición se vuelve coleccionismo, entran en juego otras fuerzas...
La Navaja de Ockham, amigo mío. Tienes toda la razón.
EliminarUna pregunta, aprovechando que tengo alrededor a grandes conocedores de las mecánicas de las estilográficas. Yo como quien dice, soy nuevo en esto. Recientemente instalé un convertidor pelikan a mi estilográfica de diario, la Pilot Urban. justo el de la fotografía que ilustra el artículo. Todo perfecto. La cuestión es que he notado que según va avanzando la escritura, varias páginas tal vez, el flujo de tinta va reduciéndose poco a poco y tengo que desenroscar, dar media vuelta o una completa al convertidor y bajar el émbolo para que el flujo vuelva a ser normal. La tinta es una Waterman absolute brown. ¿Es normal? En la Hero 369, aerométrica, punta fina, no sucede, el flujo siempre es constante y mira que me parecía simplón el sistema. Con la 369 tengo una tinta Parker Quink Blue. Estoy esperando dos Diamine para cambiar colores y probar.
EliminarUn saludo.
Ivan, es porobable que necesites limpiar bien el convertidor con agua y detergente porque puede que la tinta no fluya bien y se quede fijada -por la tensión superficial- a sus paredes. Si antes no te pasaba con los cartuchos normales de la Urban, es casi seguro de que se trata de eso, Ya me contarás.
EliminarUn saludo muy cordial
Sí, sí, puede ser. No se me ocurrió eso. Es igual que con las plumillas nuevas, que suelen llevar la cera y la tinta hace cosas extrañas.
EliminarGracias. Un saludo.
Pues mi Urban rajó dos convertidores Pelikan. Mira no vaya a ser eso también en tu caso.
EliminarPues vas a tener razón, porque lo acabo de sacar para limpiarlo y está rajado. Así que ya tengo localizado el problema. Pediré un lote a China, la pena es que tardan bastante.
EliminarUn saludo.
Cosas veredes... En teoría, son perfectamente compatibles y, de hecho, Cult Pens, recomienda los convertidores Pelikan para las Urban. Aquí tenéis un cuadro comparativo muy completo que os puede servir:
Eliminarhttp://www.refillfinder.com/catalog/refill-size-guide.html
Una más que apuntar, Pedro. La siguiente prueba, con piezas chinas.
EliminarPues a mí también me llamó la atención el enlace que envió rfueris y está claro que los argumentos que se dan son irrefutables. Por otro lado, aunque no soy anticonvertidor (en general no soy anti nada) sí que tengo la opinión que un sistema de carga "complejo" le da valor a la pluma; por poner un ejemplo, en mi caso particular valoraría mucho más una Duofold con carga por embolo.
ResponderEliminarNo dudo de la practicidad del convertidor y evidentemente soy usuario habitual de este sistema, ya que es el más práctico y facilita el mantenimiento y limpieza, pero, aprovechando tu ejemplo "relojeril", donde esté el encanto de un reloj mecánico que se quite la fiabilidad y sencillez de un cuarzo.
Un cordial saludo.
Exactamente Mario. La complejidad mecánica, aunque tenga sus desventajas, es atractiva en sí misma.
EliminarEn efecto, una de las líneas de coleccionismo puede ser precisamente los sistemas de llenado originales. Yo también soy un coleccionista modesto, pero en mi caso por falta de presupuesto. Sin negar lo práctico del cartucho, no es santo de mi devoción, salvo cuando salgo de viaje. Mi vector, que siempre llevo encima, va con mínimo dos cartuchos de guarnición.
ResponderEliminarDe mis posesiones, el sistema que más me gusta como concepto es el snorkel pero lamentablemente es muy poco operativo. Yo, con todo lo que se pueda opinar al respecto, soy de émbolo, y me gustan mucho las Pelikan en ese sentido. Un cordial saludo a toda la familia plumista.
Esa colección sería muy interesante aunque te advierto que te enfrentas a decenas de modelos y versiones. Tengo pensado hacer un pequeño resumen-esquema de esos sistemas para intentar hacer un compendio histórico.
EliminarMuy interesante el artículo que da origen a la entrada. Ya iba yo detrás de una Vacumatic y ahora ya estoy totalmente convencido. Por probar... Simplemente.
ResponderEliminarEl sistema Vacumatic es uno de los grandes; no te arrepentirás.
EliminarCaramba, Pedro. Qué honor que cites el enlace que aporté hacia esa información. Muchas gracias y me alegro de que resulte útil.
ResponderEliminarEn cuestión de si la complejidad de un sistema u otro añade valor a una pluma, creo que en realidad todo depende de la armonía.
Una Omas arco brown es para dejar boquiabierto, pero quién dice que sea de menor mérito una lamy 2000? La forma y la función, como decía la escuela Bauhaus.
En resumen. Yo veo la 845 urushi que enseñaste en una entrada, con un convertidor con70 y no le puedo poner la menor pega. Más bien al contrario.
Un afectuoso saludo.
Hago un adendum para aclarar un párrafo que releido, me parece confuso.
EliminarAl hacer la comparación de la Omas con la Lamy no me refería a su sistema de llenado, que es un pistón en ambas, sino en que una es de un diseño intrincado principalmente por la riqueza del celuloide y la otra es la simplicidad formal por antonomasia. Y ambas son preciosas en mi opinión.
Un saludo
Al César lo que es del César, amigo mío, y este blog se alimenta en gran medida de los comentarios, observaciones e intereses de sus lectores. Gracias a tí por tu aporte.
EliminarLas dos plumas que citas son dos epítomes de sus diferentes estilos. Ambas me parecen grandes piezas y las dos son, en efecto, preciosas.
A veces me pasa que te dejan todo perdido y no sabes por donde empezar a limpiar, llevo unos años en el negocio pero si que es algo que me saca muchas veces de mis casillas como bien explicas en el artículo, me he divertido mucho!
ResponderEliminarMe alegro mucho Aaron. ¡Gracias por tu comentario!
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